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OPINIÓN - SÁBADO, 24 DE NOVIEMBRE DE 2007

 

OPINIÓN / EL OASIS

Otilio Ridruejo
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Dado que sigo teniendo la buena costumbre de leer todo lo que se me pone a tiro, he vuelto a comprobar cómo Otilio Ridruejo, en el “Faro de Melilla”, sigue su cruzada contra Diego Martínez, presidente de la Federación de Melilla de Fútbol, y Francisco Robles, consejero de Deportes y Juventud de la Ciudad.

Otilio, nada tiene que ver con Pepe Gotera, no cesa de arremeter contra la gestión de los personajes ya reseñados. Los tilda de chanchulleros. De pegarse unos viajes con amigos al último Mundial, con dineros de no se sabe dónde. De hacer regalos y dar comilonas a tutiplén. Y de propalar las mentiras de Ángel María Villar. El cual, según Otilio, trata por todos los medios de tener contento a Martínez para que le vote en las próximas elecciones. Y destaca, además, los 280.000 euros anuales que recibe la federación en concepto de subvención por parte del Gobierno de la Ciudad de Melilla.

A mí me gusta la guerra emprendida por el tal Otilio contra los barandas que mandan en el deporte melillense. De hecho, ya me cae bien sin haberlo visto en mi vida. Porque entiendo que está cumpliendo con una función fundamental: que es denunciar la mala gestión, con aprovechamiento propio, de unos dineros públicos por parte de Martínez y Robles.

Otilio, a quien felicito por su tenacidad y por el valor que viene demostrando con sus denuncias, debe estar muy seguro de cuanto dice. Ya que de lo contrario, en cualquier momento, podría verse sentado ante quienes lucen puñetas en las togas. Lo cual nunca es agradable. Porque es bien sabido que quienes se lo llevan calentito, es decir, casi todos los que meten las manos en las cuentas públicas, suelen ser personas que no cesan de hablar de orden, de justicia, de leyes, de valores, y, desde luego, no paran de airear su fe en Dios.

Así que Otilio, Ridruejo de apellido, procura protegerte con la documentación debida en relación con tus denuncias y también, cómo no, bien harías en no descuidarte lo más mínimo en otros aspectos. Por ejemplo: no sería extraño que un buen día, en cualquier esquina, te salieran al paso unos matones oficiales con la orden de provocarte para, a renglón seguido, mandarte al hule del dolor. Te lo dice alguien que sabe de ese asunto lo suficiente como para ponerte en guardia. Sin ánimo de asustarte. Pero sí para decirte que cundir el miedo entre quienes denunciamos corrupciones es la mejor manera que tienen los ladrones de continuar su labor de enriquecimiento con absoluta y total impunidad.

Tampoco deberías, intrépido Otilio, fiarte mucho de quienes te permiten escribir esas denuncias en tu medio. Pues si cualquier día, Dios no lo quiera, te alisasen las costillas en cualquier emboscada, vete preparando para lo peor: o sea, que no habrá nadie de tu entorno, una vez que hayan sacado la nota tan tópica como corporativista de protesta, que te ampare. Incluso te auguro que dirán de ti que te has pasado en tus denuncias contra dos personas que ya estaban hartas de ser expuestas en plaza pública por la inquina que tú les tienes. Y es que, Otilio Ridruejo, los presidentes de las federaciones de fútbol suelen pertenecer, casi todos, a la ‘obra de Dios’. ¡Lagarto, lagarto!... Espero que me entiendas. Un abrazo.
 

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