Demasiados ceutíes siguen muriéndose por enfermedades que
podrían haberse evitado con mejores ciudados médicos. Menos
que antes, pero muy por encima todavía que la media
nacional. Así lo acredita la última Encuesta de Condiciones
de Vida que el Instituto Nacional de Estadística (INE), con
datos relativos al año 2006, ha dado a conocer esta semana.
Según este estudio y sin considerar el sexo del cadáver ocho
de cada cien españoles que murieron entre 2001-2005 podrían
seguir vivos si hubieran recibido mejores ciudados médicos.
En el mismo periodo se podrían haber evitado 14,1 de cada
mil muertes en la ciudad autónoma, el peor índice de toda
España con excepción de Melilla (14,9).
Ambas ciudades registran, eso sí, mucho mejores datos que en
el lustro anterior (1996-2000), cuando casi veinte (19,6) de
cada mil fallecimientos entraban dentro de la categoría de
mortalidad evitable. En ese mismo periodo a nivel nacional
morían por enfermedades sensibles a una mejor asistencia
sanitaria 9,7 personas.
El INE considera “muerte evitable por cuidados médicos” la
provocada por enfermedades del aparato circulatorio,
respiratorio y tumores, lo que en teoría y según los
miembros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas
(CSIC) Penélope Castejón Villarejo y Antonio Abellán García
debería igualar las estadísticas entre hombres y mujeres, ya
que mientras estas padecen más de las primeras los hombres
sufren más habitualmente del sistema respiratorio y tumores.
En Ceuta la estadística tampoco arroja grandes diferencias:
la mortalidad evitable de los hombres ceutíes en el siglo
XXI (16,2) duplica la media nacional (8,9). Ninguna otra
región salvo Andalucía (11,6) y Canarias (11,4) roza
siquiera la decena de muertes evitables por cada mil.
Melilla, completamente al margen, registra un índice de
19,5, pero aún que en el periodo 1996-2000 y es la única
provincia de todo el país que retrocede en sus números (de
17,6 a 19,5).
La tasa de mortalidad evitable femenina ceutí (13,7) casi
dobla también la nacional (7,6) y es, con mucho, la peor de
todo el Estado (Melilla registra 9,8).
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Un indicador “muy útil” para evaluar las políticas
preventivas y los programas sanitarios
Tras décadas de descensos
generalizados de la mortalidad general hasta niveles de ocho
fallecidos por mil habitantes (7,7 por mil en 1980, la más
baja de la Historia), la mortalidad en España se mueve
actualmente en torno a nueve fallecidos por cada mil
habitantes. Pero existe una mortalidad evitable, que los
especialistas definen como la que es sensible a la
prevención primaria o a los cuidados médicos: la que se
podría haber evitado si la enfermedad hubiese sido prevenida
o hubiese respondido a un tratamiento; para su cálculo se
propone el análisis de la mortalidad causada por diferentes
tipos de enfermedades y es un indicador “aproximado” que
refleja proporciones más elevadas de muertes evitables entre
los varones (8,9 durante los últimos cinco años por 7,6 en
las mujeres). Esta mortalidad evitable manifiesta una
relación estrecha con riesgos de comportamiento y hábitos no
saludables (tabaquismo, alcoholismo, conductas violentas) y
es, según el CSIC, un indicador muy útil para evaluar las
políticas preventivas y los programas sanitarios de
prevención y tratamiento de enfermedades.
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