Los 204 musulmanes de Ceuta (160) y Andalucía (44) que ayer
debían haber partido hacia La Meca para cumplir con uno de
los cinco pilares del Islam en un viaje concertado con la
agencia ‘Almina Tours’, una de la media docena de operadores
autorizados para organizar este tipo de expediciones en toda
España, se acostaron ayer con menos expectativas de poder
realizar su peregrinación después de que sus gestiones ante
la Ciudad Autónoma, la Delegación del Gobierno y la Comisión
Islámica de España no diesen durante las últimas 48 horas
los frutos esperados.
El embajador de Arabia Saudí en España, Saud Bin Naif Bin
Abdulaziz Al Saud, sigue cerrado en banda a admitir la
gestión de los visados del grupo de ceutíes fuera del plazo
establecido. “En ninguna embajada del mundo se aceptan
pasaportes a estas alturas”, reconocía ayer Mohamed Amar,
uno de los perjudicados por las “serias anomalías” que,
según la versión de los bloqueados, se han producido durante
la organización del viaje.
El colectivo sigue convencido de que ‘Almina Tours’ no ha
solucionado la penalización que, según sus propias fuentes
en Oriente Medio, le impuso el Ministerio de Inmigración
saudí [barajan la cifra de 150.000 euros] por sus
deficiencias en la organización de estas peregrinaciones en
años anteriores, especialmente sonadas en 1999 y 2006.
El responsable de la agencia, Armando Díaz, se negó ayer en
declaraciones a este periódico a comentar este punto,
idéntica actitud a la que mantuvo sobre la denuncia de los
peregrinos sobre su diligencia a la hora de tramitar sus
visados ante las autoridades saudíes. “Les ha engañado otras
veces y este año ha intentado hacer lo mismo: pedir los
visados sin tener un billete de ida y vuelta cerrado para
cada pasajero, como es preceptivo, sino con una simple
reserva”, criticaron airados varios de los musulmanes
ceutíes que ayer se concentraron durante buena parte de la
tarde ante la Delegación del Gobierno, donde fueron
recibidos posteriormente por su secretario general.
Gestiones frustradas
Sin embargo, este no fue capaz de hacer nada más allá de
comprometerse a que la Delegación moverá todos los hilos que
pueda para intentar variar la posición de Arabia Saudí vía
Ministerio de Asuntos Exteriores, aunque las gestiones
frustradas ante el secretario de Organización del Ministerio
de Inmigración saudí dan poco pie a la esperanza.
La Ciudad, adonde se dirigieron posteriormente, tampoco
puede tocar muchas teclas más de las que ya ha utilizado,
por lo que a última hora de la noche los portavoces
oficiosos del grupo parecían asumir que la posibilidad de
embarcar en alguno de los dos vuelos que ‘Almina Tours’ dice
tener reservados desde Lisboa y Madrid para los próximos
miércoles y jueves [el viernes, día 15, es el último para
acceder a la ciudad santa de Al Medina] depende casi de un
milagro.
“No se trata sólo del asunto económico, que también es muy
importante [cada peregrino ha pagado un mínimo de 3.300
euros por el viaje, aunque se negaron a los 500 por visado
que se les propuso abonar]”, advirtió ayer el presidente de
la UCIDCE, Laarbi Maateis, junto al grupo de concentrados en
la Plaza los Reyes, donde oraron para encontrar una solución
a este conflicto. “Muchos de ellos”, apuntó Maateis, “han
vendido joyas y propiedades para hacer este viaje que ahora
ven en el aire, pero deben saber que ante Alá ya han
cumplido con su deber religioso”, les quiso tranquilizar.
Como último recurso y gracias a la intermediación de la
UCIDCE el colectivo remitió ayer un burofax a La Zarzuela
solicitando, como ya hicieron en 1999, que la Casa Real
interceda por ellos ante Riad para que haga una excepción y
conceda los visados necesarios para su viaje. “Están jugando
con la moral de todos nosotros”, denuncia uno de los
afectados, Mohamed Amar
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