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ACTUALIDAD - LUNES, 10 DE DICIEMBRE DE 2007


zona del sardinero. reduan.

LAS NAVES DEL SARDINERO, EN EL CENTRO DE LA CONTROVERSIA
 

La Ciudad, decidida a intervenir “urbanísticamente” en el
Sardinero para ordenar la zona

Los propietarios de los barracones, que ayer
se volvieron a incendiar, han recurrido por dos veces el mandato institucional que les obliga a mantenerlos en condiciones
 

CEUTA
Gonzalo Testa

local
@elpueblodeceuta.com

El Gobierno de la Ciudad Autónoma de Ceuta está “decidido” a intervenir urbanísticamente “más pronto que tarde” en los antiguos pabellones del Sardinero, refugio habitual de inmigrantes irregulares que origen marroquí, que ayer volvieron a requerir la intervención del Cuerpo de Bomberos para extinguir otro de los incendios que habitualmente se generan en su interior a causa de la acumulación de todo tipo de desperdicios por parte de sus ocupantes habituales. Mientras sus propietarios, las empresas Borrás y Eroski, mantienen bloqueado el Decreto que les obliga a hacerse cargo de su conservación la Ciudad estudia qué hacer.

El Gobierno de la Ciudad Autónoma de Ceuta que preside Juan Vivas tiene la intención “definitiva” de intervenir “urbanísticamente”, muy probablemente a través del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que se está elaborando, en la barriada del Sardinero, donde permanece enquistado desde hace ya más de un año el problema de qué hacer con los barracones propiedad de Borrás y Eroski que ayer de madrugada volvieron a incendiarse, presumiblemente por culpa de los inmigrantes irregulares marroquíes que siguen ocupándolos.

La demolición de ambas naves se presenta como “inminente” desde el primer semestre de 2006, cuando el entonces consejero de Fomento, José Antonio Rodríguez Ferrón, comenzó las negociaciones con las empresas dueñas de los solares para pactar su demolición. Las expectativas fueron tan lejos que incluso llegó a anunciarse, que si no había contratiempos, antes de que terminase el verano del año pasado se rubricaría un convenio urbanístico que obligaría a sus propietarios a derruir.

Más aún: la Ciudad aseguró que una de las empresas dueñas del solar, Eroski, ya había encargado un estudio arquitectónico para el derribo y que ya se habían iniciado los trámites para conceder los permisos correspondientes. “Todo podría estar en unas dos o tres semanas”, se adelantó.

Dieciocho meses después, sin embargo, las naves del Sardinero siguen siendo un quebradero de cabeza para los vecinos de Residencial Galera y el resto de fincas colindantes. La última vez, la noche de ayer, cuando residentes en la zona advirtieron al 112 de que habían oído una explosión en su interior. Cuando los bomberos llegaron al lugar de los hechos y pudieron acceder a los barracones a través de un butrón se encontraron lo mismo de siempre: basura y desperdicios ardiendo en varias “habitaciones”, según reza literalmente el parte elaborado por el Servicio de Extinción de Incendios.Fuentes de la Ciudad explicaron ayer que la Administración cursó hace meses, con los preceptivos informes de la Consejería de Sanidad, Fomento y Gobernación en la mano, un decreto que instaba a sus propietarios a responsabilizarse de mantener la parcela en las debidas condiciones de seguridad y salubridad, lo que materialmente pasa por demoler las inservibles estructuras.

Dicha orden fue recurrida una primera vez con argumentos desestimados por la Ciudad, a la que se presentó un segundo recurso contencioso-administrativo que mantiene paralizada la asunción de dicha responsabilidad.

“No se puede derribar”

“La Ciudad no pude saltarse el procedimiento establecido y derribar los barracones”, reconocieron ayer fuentes de Fomento, “pero sí está decidida a intervenir más pronto que tarde urbanísticamente en la zona para ordenarla”.

Los solares anexos a Cruz Blanca donde se asientan las naves están calificados para uso dotacional y de equipamientos, aunque en el proceso de redacción del nuevo PGOU se le podría añadir algún tipo de uso residencial para facilitar las gestiones con los propietarios de los solares.

Responsables políticos y técnicos de las consejerías de Gobernación y Fomento mantuvieron este fin de semana varias reuniones para intentar encontrar la fórmula para solucionar el conflicto de las naves, que según se anunció el año pasado se demolerían y dejarían paso a un aparcamiento público hasta que se decidiese un destino definitivo para los terrenos. Ahora la Ciudad está “decidida” a escoger cuanto antes ese destino con la esperanza de que agilice las gestiones anteriores.
 


Administración y vecinos comparten que la
única alternativa “lógica” es tirar los antiguos barracones

El 6 de julio del año pasado el presidente Vivas ya reconoció ante los medios de comunicación que su Gobierno, en su deseo de dar satisfacción a los vecinos del entorno y dar solución a un problema endémico de la barriada, que su Ejecutivo había llegado a estudiar la posibilidad de emprender la demolición por razones de salud pública o de ruina inminente. En ambos casos se encontró con una respuesta negativa de los servicios técnicos municipales, por lo que la Ciudad trabaja desde entonces con una única salida: que tiren los barracones sus propietarios”. Entretanto la Ciudad está obligada a mantener la limpieza en la zona y a preservar, en la medida de lo posible y con toda determinación, las condiciones de salud pública en el área. Dicha tarea, que ha incluido tapiar mil y una veces el acceso a las naves y enviar otras tantas veces a las brigadas de Obimace para adecentar los alrededores, cuesta “mucho dinero” a la Hacienda autonómica según fuentes de la Ciudad, que comparte con las asociaciones de vecinos más cercanas (Residencial Galera y Ferrocarril) la idea de que sólo existe una alternativa “lógica”: tirar los pabellones.
 

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