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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 19 DE SEPTIEMBRE DE 2007

 
OPINIÓN / EDITORIAL

Gran pacto presupuestario

La última Sesión Plenaria Ordinaria en la Asamblea, que tuvo lugar el pasado lunes, concluyó con un irónico cruce de acusaciones entre la portavoz del Grupo Parlamentario Popular, Yolanda Bel, y su homóloga socialista, Inmaculada Ramírez, a cuenta de cuál de los dos partidos demostraba mayor flexibilidad en sus posiciones a la hora de apoyar propuestas de su adversario político si estas contribuyen al interés general de los ciudadanos. Fue, en realidad, un baile de reproches sin sustancia alrededor de pequeñas mociones que no tuvo la menor trascendencia mediática. Ayer, por primera vez en años, un político de la Asamblea dio por primera vez en años una rueda de prensa con todo el boato para anunciar un gran pacto por el bien de los ceutíes. Mohamed Ali compareció ante los medios para anunciar que hoy apoyará los Presupuestos de la Ciudad elaborados por el Gobierno y para alabar la “reflexión” del Ejecutivo ceutí para aceptar las tres enmiendas de mayor calado que había presentado a las cuentas públicas: la implantación del Ingreso Mínimo de Inserción (IMI), la gratuidad de los libros de texto y el compromiso de una acción “concreta” y “prioritaria” en el Príncipe Alfonso. Siendo digna de mención la actitud de Ali, que también advirtió de que como es su deber seguirá criticando todo aquello que considere que deba criticar, aún es más reseñable el comportamiento del Gobierno de Juan Vivas, que al fin y al cabo es el que tiene la sartén por el mango. Con su mayoría absoluta, revalidada hace apenas medio año en las urnas con aún más margen del que ya tenía desde 2003, el Partido Popular podría haber hecho caso omiso de las alegaciones de UDCE-IU con toda la legitimidad que le daría el respaldo que recibió en las urnas su programa electoral. O, en cualquier caso, intentar vender las iniciativas pactadas como propias y no dejar que lo hiciera su rival político. El juego limpio demostrado por ambos partidos en estas conversaciones es, por ello, un ejemplo a seguir por todos los demás.
 

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