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sociedad - MIÉRCOLES, 16 DE ENERO DE 2008


contenedores. cedida.

ALTERNATIVAS A LA INCINERACION
 

Los ecologistas
abogan por ‘las 3 R’

La organización Ecologistas en
Acción presenta al Ministerio de Medio Ambiente una propuesta de gestión de residuos “alternativa a la incineración” para las dos ciudades autónomas basada en “reducir, reciclar y reutilizar”
 

CEUTA
Gonzalo Testa

local
@elpueblodeceuta.com

La asociación Ecologistas en Acción presentó ayer al Ministerio de Medio Ambiente una propuesta alternativa de gestión de los residuos para Ceuta y Melilla basada en ‘las 3 R (Reducir, Reutilizar, Reciclar)’, utilizando “sistemas de separación en origen, tratando la materia orgánica in situ con sistemas de bajo consumo de energía (lo que exigiría “una escasa inversión en maquinaria e infraestructura” que además generaría puestos de trabajo”)”. “En resumen”, explicó la organización no gubernamental asociada en Ceuta a Septem Nostra, “una propuesta de gestión sostenible a largo plazo y acorde con la lucha contra el cambio climático y mucho más barata que la incineración”.

Su propuesta viene avalada, según destacó ayer la confederación en un comunicado de prensa, en la experiencia de la ciudad autónoma de Melilla, donde según recordaron “lleva años funcionando (mal) una incineradora de residuos”. “El Plan Nacional Integrado de Residuos (PNIR) prevé para Ceuta la construcción de otra incineradora de residuos municipales”, recordó Ecologistas en Acción, cuyos responsables consideran que “la incineración es la peor opción de tratamiento para los residuos, la más cara, la menos ecológica y la más peligrosa”.

“Parece que la administración, lejos de velar por el interés general y por una gestión ambientalmente sostenible, esté sucumbiendo a las presiones de los lobbys proincineración en detrimento de políticas de reducción, reutilización y reciclaje”, lamentó la organización ecologista, que no escatimó críticas a la incineración: “Destruye los recursos contenidos en la basura, dificulta la puesta en marcha de planes de reducción, aprovechamiento y reciclaje, tiene un coste económico elevado y conlleva unos gravísimos impactos de contaminación ambiental y de afección a la salud”, enumeraron entre sus defectos, que a su juicio no tiene sólo consecuencias en materia medioambiental, sino también para la salud humana.

En ese sentido, Ecologistas en Acción advirtió ayer de que “la combustión de los residuos domésticos produce hidrocarburos aromáticos policíclicos, dioxinas y furanos, micropartículas, metales pesados y otros compuestos altamente tóxicos”. “Estos contaminantes”, prosiguió la organización en su nota de prensa, “se depositan, acumulan e introducen en la cadena alimentaria y afectan a la calidad de la leche y de los huevos de los animales de los alrededores”.

La Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) es una de las fuentes en las que se basa la propuesta de Ecologistas en Acción para descartar la viabilidad de una incineradora en Ceuta, ya que según subrayaron este organismo “ha confirmado que las dioxinas causan cáncer, pues aunque los riesgos no se manifiestan de una forma aguda e inmediata, los efectos reales a largo plazo de pequeñas y constantes exposiciones a estas sustancias pueden tener unas repercusiones muy negativas para muchas personas”.

“Gasta más de lo que produce”

Otro de los argumentos que ha utilizado la confederación ecologista, co presencia en todas las regiones del Estado, para rechazar la instalación de una incineradora en Ceuta es su nula capacidad de generar energía a partir de la combustión de los residuos: “Las incineradoras suelen ser promocionadas como instalaciones productoras de energía, ya que pueden generar electricidad”, señalaron antes de de dejar claro que “un análisis detallado de su ciclo de vida completo revela que gastan más energía de la que producen”. “Los productos incinerados deben ser reemplazados con nuevos productos, y extraer y procesar materiales vírgenes y convertirlos en nuevos productos consume mucha más energía y causa más daños ambientales que la que consumiría reutilizar o fabricar a partir de materiales reciclados”, argumentaron.

La “estrategia” de ‘las 3 R’ pasa por “reducir nuestros consumos cotidianos de recursos (energía, agua...) y de productos nocivos” como “la mejor forma de prevenir y evitar que se genere más basura comprando más sabiamente y utilizando los productos de la manera correcta”.

La segunda pata de esta propuesta implica “reutilizar los productos lo más posible”. “Se trata de usar los productos a un grado máximo y con un mínimo impacto sobre el ambiente; por ejemplo, utilizando los frascos y latas para guardar infinidad de cosas o trasformarlos en elementos útiles”, explicaron los ecologistas.

Finalmente, la R de reciclar alude al proceso que permite que “materiales de desperdicio” sean recolectados y transformados en nuevos materiales “que pueden ser utilizados o vendidos como nuevos productos o materias primas”. “Hay gente que piensa que a estas 3 R habría que añadirles algunas más”, opina Greenpeace y otras organizaciones ecologistas, “como la de repensar, que implicaría que los algunos productos deben ser diseñados nuevamente para hacerlos menos contaminantes, menos consumidores de recursos...”.

Yolanda Bel aseguró en agosto del año pasado, nada más llegar a la Consejería de Medio Ambiente, que la Ciudad apuesta por una planta de “valorización”, algo “distinto” a lo que se entiende “por una incineradora como tal a la antigua usanza”.
 


Una confederación adscrita al “ecologismo social”

Ecologistas en Acción es una confederación de más de 300 grupos ecologistas distribuidos por pueblos y ciudades. Forma parte, según explica en su página web oficial, del llamado “ecologismo social”, que entiende que los problemas medioambientales tienen su origen “en un modelo de producción y consumo cada vez más globalizado” del que derivan también otros problemas sociales y que hay que transformar si se quiere evitar la crisis ecológica. Para ello realiza campañas de sensibilización, denuncias públicas o legales contra aquellas actuaciones que dañan el medio ambiente, a la vez que elabora alternativas concretas y viables en cada uno de los ámbitos en los que desarrolla su actividad. La organización se estructura territorialmente mediante Federaciones.
 

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