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Para contrarrestar una de las
críticas que con más frecuencia reciben los grupos dedicados
a la defensa de la conciencia medioambiental (la de moverse
en la utopía y entregarse exclusivamente a la crítica fácil
de quien no tiene que solucionar un problema, sino
simplemente ponerlo una y otra vez en la picota),
Ecologistas en Acción presentó ayer ante el Ministerio de
Medio Ambiente una propuesta concreta como alternativa a la
incineración para mejorar la gestión de los residuos sólidos
urbanos que actualmente se realiza en Ceuta.
De acuerdo con los detalles que la organización dio a
conocer ayer del documento elaborado, su planteamiento está
basado en ‘las 3 R (Reducir, Reutilizar, Reciclar)’, para lo
que instar a “utilizar sistemas de separación en origen” y a
“tratar la materia orgánica in situ con sistemas de bajo
consumo de energía (una escasa inversión en maquinaria e
infraestructura y generadora de puestos de trabajo)”. Es,
según sus propias palabras, “una propuesta de gestión
sostenible a largo plazo y acorde con la lucha contra el
cambio climático” que además saldría “mucho más barata que
la incineración”. A la espera de que la Administración
central o la autonómica, que lleva meses en la tarea de
elaborar su Plan de Gestión de Residuos, valoren la
propuesta de Ecologistas en Acción, su aportación debe
servir al menos para que las dos instituciones reflexionen
de nuevo sobre un asunto de importancia capital para
cualquier ciudad, pero mucho más para una con las
características geoestratégicas de Ceuta.
Todos los agentes implicados parecen coincidir en que el
modelo del traslado indiscriminado de residuos a la
Península no parece la opción más sostenible para esta
ciudad, pero tampoco es razonable que mientras se decantan
por una u otra opción los ceutíes sigan sin poder reciclar
todo el vidrio, el papel o el plástico que desean. La falta
de contenedores específicos para estos residuos es una
carencia que la Consejería de Medio Ambiente debe paliar
cuanto antes para que, se construya una incineradora o no,
haya que quemar lo menos posible en cualquiera de los casos.
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OPINIÓN / EDITORIAL
