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cultura - SÁBADO, 19 DE ENERO DE 2008


José Sacristán en la entrevista. M.G.

entrevista a JOSÉ SACRISTÁN
 

«Con Pablo Picasso, Sigmund
Freud, Albert Einstein y Karl Marx
se puede explicar el siglo XX»

José Sacristán actuó ayer en Ceuta
por primera vez en su carrera como
actor en la obra ‘Un Picasso’, que él
mismo dirige y que tendrá esta noche
una segunda representación en el
auditorio Siete Colinas (20:30 horas)

CEUTA
Rober Gómez

local
@elpueblodeceuta.com

Pregunta.- ¿Cómo es esta adaptación de ‘Un Picasso’?

Respuesta.- Esta obra parte de un hecho real que le sucedió a un personaje universal. Con Pablo Picasso, Freud, Einstein y Karl Marx se puede explicar el siglo XX. Manejando nombres y fechas reales, Hatcher sitúa a Picasso frente a un personaje de ficción y una trama de ficción. A través de Picasso, el autor cuenta todo aquello que tiene que ver con el poder, el sexo, las bajadas a los infiernos y las contradicciones de los seres humanos. Lo que en principio parece una pelea, entre el pintor y la funcionaria que trabaja para los nazis, acaba siendo una extraña danza.

P.- ¿Es esta una obra en la que se ha implicado al cien por cien, dado que la dirige e interpreta?

R.- No sólo eso. Trabajé también en la versión. Nacho Artime me dio carta blanca para acercar el texto a los españoles lo más posible.

P.- ¿Fue muy complicado transformarse en Picasso?


R.- No trato de imitar a Picasso. Mi amiga Emma Coen me dijo que Picasso era románico y yo era tirando a gótico. Si tratase de imitarle sería estúpido, porque físicamente no nos paracemos; pero sí trato de reproducir un caracter, una personalidad.

P.- ¿Teatro o cine?

R.- Me da igual el medio. Lo que prefiero es una historia o un personaje. No soy de los que dice que el teatro es la panacea. El teatro cuando no se hace bien es mejor no hacerlo. No hay género ni medio que por sí mismo se justifique. Lo importante es una buena historia y un buen personaje.

P.- Pero lo que sí parece verdad es que el teatro da prestigio y el cine popularidad.

R.- El teatro da prestigio si lo haces bien, porque sino es lo contrario. El teatro lo que sí es, es una gimnasia distinta a la del cine o la de la televisión; y como actor conviene practicar todos los ejercicios posibles, pero no hay un género que dé más prestigio que otro, sino que depende de cómo se haga. Para mí es igual de difícil hacerlo bien en el teatro que en el cine que en la televisión.

P.- ¿De qué salud goza el teatro en España?


R.- Seguramente la que le corresponde, la que le permite contar con un número de personas fieles. Fuera de las grandes ciudades es distinto. Si tú tuvieras que depender del dinero de la taquilla, el teatro seguramente hubiera desaparecido de la mayoría del territorio, no sólamente de España. Se cuenta afortunadamente con la sensibilidad y atención de las personas que programan teatro. Entre unos y otros vamos consiguiendo que el teatro sea un hecho vivo, pero si tuviéramos que depender de las personas que se interesan por él, el teatro como negocio no existiría salvo en las grandes ciudades.

P.- Tengo entendido que hizo la mili en Melilla, no sé si estar aquí en Ceuta, en el norte de África, le trae algún tipo de recuerdo.


R.- Nunca había estado en Ceuta, pero, de cualquier manera, hace tanto tiempo que hice la mili... (ríe) Guardo un recuerdo muy singular de aquel tiempo, porque para mí fue una suerte que me tocara Melilla, porque yo ya quería ser actor desde antes de los 14 años, cuando vi mi primera película en el cine de mi pueblo y trabajaba de mecánico para ayudar a mi familia. La manera de cortar este cordón umbilical era que se produjera un acontecimiento como este, que me obligara a irme de mi casa. Entonces la mili duraba 18 meses y fue el tiempo suficiente para meditar y reflexionar que a mi vuelta no iba a volver al taller.

P.- Hay una película en su filmografía que me encanta: ‘El viaje a ninguna parte’. ¿Se parecían en algo sus comienzos como actor a lo que aparece en la película?


R.- Ni siquiera los orígenes de Fernando (Fernán Gómez) fueron tan duros. La película es un homenaje emocionadísimo y muy tierno a los actores. Mis comienzos fueron más parecidos a lo que aparece en la película Cómicos, de Juan Antonio Bardem. Viajábamos en los vagones de tercera, pero no andando ni en carreta.

P.- Era un buen amigo de Fernando Fernán Gómez. Supongo que le echará de menos.


R.- El vacío de Fernando es imposible de llenar. Era uno de los hombres más importantes de la cultura de este país. He tenido la inmensa suerte de ser amigo suyo.

P.- A usted le tocó hacer muchas películas del denominado ‘landismo’. ¿No fue una generación de actores desaprovechada?


R.- Me siento orgullosísimo de haber hecho todas las películas que he hecho con mis amigos Alfredo Landa, José Luis, Mariano... Como no soy idiota, algunas me gustan más, otras menos y algunas nada, pero no consiento que ningún pijo las menosprecie. Gracias a esta gente he podido dar de comer a mi gente y aprender lo que he aprendido. Este oficio sigue dando un sentido a mi vida. Alfredo Landa es un actor inmenso desde que empezó haciendo reír o llorar, antes de que ganase el premio al mejor actor en Cannes. Se hizo lo que se tuvo que hacer. No obstante, yo tuve la suerte de estar a finales de los setenta cuando apareció la tercera vía y un cine más crítico. Ahora tengo la posibilidad de rechazar algunos proyectos. Si algo no me gusta muchísimo, me quedo en casa.
 


“La madre naturaleza se ha mostrado extremadamente generosa con Bardem”

José Sacristán no ahorra palabras para describir el talento de Javier Bardem, primer actor premiado con el Globo de Oro: “Maravilloso, formidable, impresionante”. Sacristán recuerda que “esta criatura viene de una saga familiar increíble, pero, en el caso de Javier, es que la madre naturaleza se ha mostrago extremadamente generosa”. Así, el actor madrileño no tiene pelos en la lengua para decir que “Javier tiene un talento acojonante, una voluntad de hierro y luego un físico que las cámaras hay que anclarlas con hormigón porque se van detrás de él”. Sacristán celebra que Bardem haya tenido un reconocimiento internacional que ningún actor español ha logrado y lo ve ganando el Óscar. “¿Por qué no?”, contesta el protagonista de La vaquilla.
 

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