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OPINIÓN - JUEVES, 24 DE ENERO DE 2008

 

OPINIÓN / EL OASIS

La verdad del cuento
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Mustafa Mizzian debe estar todavía reponiéndose del ataque de risa nerviosa que le habrá causado la negativa de Mohamed Alí a formar parte del Gobierno presidido por Juan Vivas. Porque Mizzian, el político que más ha ayudado a los populares en momentos cruciales, se dio cuenta de que la oferta a la UDCE estaba encaminada a dejarle a él sin el cargo que le habían prometido los gobernantes durante el Plan Especial que se hará en el Príncipe Alfonso.

Es una verdad indiscutible que a la coalición UCDE-IU le sentaba muy mal, pero que muy mal, lo que se anunciaba como algo que pronto se convertiría en una realidad: el nombramiento de Mizzian como persona de suma confianza del gobierno local, en una barriada donde hay en juego innumerables votos. Durante meses, el otrora líder exitoso del PDSC ha estado esperando la llamada de Pedro Gordillo para que le dijera que lo suyo estaba ya resuelto.

Pero los días pasaban y cuando MM decidía preguntar por su nombramiento le contaban el cuento del alfajor y, lógicamente, la intranquilidad se iba apoderando de él hasta causarle trastornos físicos. Porque, dado que de tonto no tiene un pelo, se percataba de que le estaban dando largas. O sea, que estaban jugando con él... Pues las excusas que le daban no tenían ni pies ni cabeza.

A Mohamed Alí no le gustaba la idea de que MM obtuviera un papel destacado en el Plan Especial del Príncipe Alfonso. Y no hace falta ser adivino para pensar que sigue en sus trece y que hará todo lo posible para que ese nombramiento no se produzca nunca. Pues ello sería como permitir que alguien trate de disputarle los votos en un terreno que él considera ganado para su causa.

Así, el hombre fuerte de UDCE-IU no dudó en dejarse fotografiar con Gordillo a cada paso y éste daba siempre la impresión de que su buen hacer daría los frutos consiguientes: convertir a Alí en un apéndice del PP. Eso sí, a costa de incumplir las promesas hechas a quien había que pagarle los servicios prestados años atrás. Lo cual no es tarea difícil. Ya que MM es para el PP una vieja gloria de la política a quien se le hará su homenaje para agradecerle sus servicios prestados, cuando convenga a la causa del Gobierno.

Mas en política los hombres proponen y el diablo, en forma de intereses nunca claros, juega su papel y da al traste con todo lo ideado.

Y ahora tenemos el siguiente cuadro. Mizzian, una vez que consiga dominar su risa nerviosa, recuperará el resuello perdido y volverá a pensar que muy pronto será publicado su nombramiento como figura principal en el Plan Especial del Príncipe. Mohamed Alí seguirá sacando pecho. Pues está convencido de que su renuncia a formar parte del Gobierno popular le permite llamar nuevamente a las puertas del PSOE para que lo acojan en su seno. Y lo hace reclamando el mismo papel que los socialistas de Melilla le han dado a Mustafa Aberchan. Y todo ello apelando a su manifiesta condición de progresista. Y nos queda, para cerrar la columna, referirnos a Gordillo. Quien se ha expresado con rotundidad: Que no crea Mohamed Alí que le vamos a permitir que se apunte ningún tanto en la reforma del Príncipe ni tampoco en lo tocante a la gratuidad de los autobuses... El siguiente paso debería ser anunciar lo de Mizzian a bombo y platillo. Pues las elecciones generales, aquí, se las llevará el PP de calle.
 

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