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ACTUALIDAD - VIERNES, 25 DE ENERO DE 2008


inmediaciones de la manzana. reduan.

la manzana ¿punto y final? - la crónica
 

El acuerdo sobre el Mercado, condicionado por el alquiler de las tres plantas superiores

La decisión final está vinculada, según la propiedad, al arrendamiento del resto del inmueble para los usos que la Ciudad considere, por otros 700.000 euros al año
 

CEUTA
Antonio Gómez

local
@elpueblodeceuta.com

Han sido muchas y tensas las reuniones mantenidas, tanto a nivel interno del propio Gobierno, como con los propietarios de la parte privada de la Manzana del Revellín. Esta ha sido y es todavía la parte más espinosa a la que se ha enfrentado y se lleva enfrentando el presidente Vivas. La parte privada no acepta sólo el alquiler del espacio que ocupe el mercado, sino que va más allá y exige a la Ciudad que también arriende los tres superiores, incluso con una indemnización por las expectativas comerciales frustradas. De tal modo que si no se aceptan estas condiciones la operación del traslado del mercado quedaría abortada.

No han sido pocos los escollos que han debido de sortearse para hacer converger casi todos los cabos hacia el visto bueno definitivo del mercado central en la manzana del Revellín, como punto y final a un largo culebrón judicializado. Tanto avanza en el sentido de que el complejo de Siza contará con un mercado, que el inductor del ‘freno a la manzana’, ya sin argumentos jurídicos, pretende movilizar a partidos de la oposición y determinadas asociaciones.

Como se sabe, tanto la Ciudad como la sociedad privada acordaron que la fórmula de uso de los bajos del complejo [edificio que da la espalda a la calle Padilla] fuese el del alquiler. La primera tasación, la correspondiente a la superficie que ocupará el Mercado ha sido admitida por ambas partes [algo más de 700.000 euros anuales].

Del mismo modo, para evitar pérdida de tiempo, se solicitó al arquitecto, Alvaro Siza [redactor del proyecto] que autorizase a MERCASA el diseño interior de las instalaciones del mercado. De hecho MERCASA está subcontratada para este proyecto concreto.

Pero no todo es el coste del alquiler por el espacio utilizado. Al Mercado hay que dotarlo de las instalaciones vanguardistas previstas para erigirse en una instalación de primer orden que conjugue la idea de un mercado digno y propio para el lugar donde será ubicado. En este caso la cifra se elevaría a unos 6 millones de euros, cuya financiación evitaría sedes bancarias incorporándose al proyecto de soterramiento por el que la empresa constructora adjudicataria [todo apunta a una UTE Corsan-Dragados-Isolux] se haría cargo de la financiación del proyecto y las obras posteriores aplicando el llamado ‘método alemán’ por el que la Ciudad comenzaría a pagar 4 ò 5 años después.

El entronque entre la obra de soterramiento, la gran plaza [tras el derribo del actual mercado], el intercambiador de autobuses subterráneo, la obra de la Manzana del Revellín y la vinculación del Patio Hachuel, se afianza aún más [con este método de financiación]. Por lo que se hacía obligado el traslado del mercado.

Que se alquile todo el inmueble

La dirección de las conversaciones para alcanzar el acuerdo con la sociedad manzana del Revellín, recayó sobre el Consejero de Hacienda, Francisco Márquez, quien sin embargo y en el último instante, vio como se le podía caer todo el castillo de naipes, cuando alcanzado ya el acuerdo sobre el alquiler para el mercado al que antes nos hemos referido, recibió del representante de la sociedad privada la ingrata noticia de que ese acuerdo estaba vinculado a que el resto del inmueble también debía ser alquilado por la Ciudad para los usos que esta considerase, por un precio similar, otros 700.000 euros anuales, más una indemnización por las expectativas comerciales frustradas.

De tal modo que si no se aceptaban estas condiciones, la operación de alquiler sólo para el mercado quedaría abortada.

Ningún funcionario de la Ciudad estaba dispuesto a avalar la necesidad de ubicar oficinas públicas con ese coste, ya que el resto del inmueble, el que se asoma a lo largo de la calle Padilla, no permitía otro tipo de uso público por su propia estructura.

Y así las cosas, el Presidente pareció estar incluso dispuesto a buscar otra ubicación para el mercado central en los bajos de la marina, tras una tensa reunión que mantuvo con la propiedad y a la que asistió también el vicepresidente del Gobierno, Pedro Gordillo.

No obstante, la intervención de este último, a favor de seguir negociando con la ‘Manzana’, derivó en la posibilidad de acuerdo y tras llamar el vicepresidente a Márquez, le dio instrucciones para que se tasase el resto del inmueble al objeto de alcanzar un acuerdo de alquiler similar al del semisótano [donde se instalará el mercado], para ubicar determinadas oficinas de la ciudad en las plantas superiores del edificio.

Las expectativas de conseguir otros setecientos mil euros anuales [700.000] en concepto de alquiler de oficinas por parte de la propiedad privada parece que habrán de rebajarse [ya estaría en marcha una nueva tasación], sin embargo el resultado final supondrá un alquiler de más de un millón de euros, que la Ciudad deberá afrontar durante los próximos 30 años.

¿Indemnización?

La cuestión de la indemnización, quedará aparcada de momento o tal vez jamás aflore oficialmente y se resuelva mediante otro tipo de compensaciones.

Otro importante capítulo a resolver será el de los traslados de establecimientos que no tendrán cabida en el nuevo mercado, ubicados actualmente entre el sótano del actual y su perímetro exterior, cuyos titulares recibirán indemnizaciones en algunos casos, rentas de inactividad en otros y reubicaciones en algunos otros casos, que serán los menos. En cualquier caso, supondrá todo ello una importante partida económica a la que la Ciudad deberá también hacer frente.

El remate final de la parte pública de la manzana del rebellín, exigirá igualmente a la Ciudad un nuevo esfuerzo económico, elevándose la inversión final a cerca de cuarenta cinco millones [45.000.000] de euros, sin contar los costes de mantenimiento de las futuras instalaciones.

Ha sido y sigue siendo la Manzana del Revellín, una aventura urbanística y financiera que le está pesando a la Ciudad Autónoma más de lo que nadie pudo en principio prever, sólo queda esperar que el resultado final satisfaga a los ceutíes, pues de lo contrario habrá sido la pifia más grande de la historia moderna de Ceuta.
 


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