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OPINIÓN - DOMINGO, 27 DE ENERO DE 2008

 

OPINIÓN / EL OASIS

Gilipolladas, las justas
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Es persona que une a su cultura mamada la adquirida con sus estudios y su pasión por la lectura. Todavía, a pesar de sus años, siente gran apetencia de conocimientos y por eso dedica cada día un tiempo a informarse lo mejor posible. Su cuenta corriente es saneada y se puede permitir el lujo de hacerle una higa, llegado el caso, a quienes gobiernan la ciudad.

Es sábado y nos encontramos a la altura de la “Boutique de la Prensa”, en la avenida de Sánchez-Prados, y nos ponemos a charlar. Lo primero que hace es provocarme con el asunto de Casillas. Y es que le gusta oírme... En realidad, nos profesamos simpatía y ambos nos concedimos hace mucho tiempo la libertad de hablarnos sin tapujos. Sale a relucir, como no podía ser menos, el problema de la Manzana del Revellín. Una obra en la cual unos pocos han querido centrar el interés de todos los ceutíes, dice él.

Deslizo mi pregunta como quien no quiere la cosa:

-¿Quieres decirme que tú no estás a favor de quienes han puesto el grito en el cielo porque el Mercado de Abastos sea trasladado a la dichosa manzana?

-No. Y te diré más: yo considero que los listos de turno se han montado una farsa y serán secundados por quienes se apuntan a las protestas por sistema, con la mejor voluntad, y, cómo no, por los cursis de siempre.

Pues andan diciéndoles a los ciudadanos que se van a mezclar violines con lechugas...

-Aróstegui y compañía se distinguen ahora por ser muy graciosos. Son los mismos que dijeron impropios de Manolo Peláez cuando éste declaró que estaba dispuesto a cerrar el Mercado de Abastos por su falta de higiene.

Tienes tanta razón como bien andas de memoria. De modo que te acordarás de cómo le recordaron a Peláez esa frase que estaba tan de moda en aquellos años: el barco sale a las ocho... Cuando lo que tocaba era indignarse contra quienes habían permitido que el mercado estuviera en un estado lamentable.

-Claro... Y hasta podríamos hablar de esta avenida, cuando se llamaba Gran Vía, y contando con una calle trazada y urbanizada, se había convertido en una especie de muladar. Y, a pesar de que el Ayuntamiento contaba con un presupuesto de más de dos mil millones, para una población de 65.000 habitantes, imperaba el silencio entre algunos de los que ahora incitan a la rebelión contra Juan Vivas por la idea del mercado.

¿Qué harías tú de estar en la situación del Presidente de la Ciudad?

-Lo que él está haciendo: solicitar informes jurídicos y técnicos y decidir lo mejor para la ciudad en todos los aspectos. Y, cuanto antes, empezaría a informar a los ciudadanos de los resultados obtenidos. A fin de combatir la recogida de firmas iniciada tras leerse un manifiesto amparado por los intereses de cuatro o cinco personas harto conocidas.

¿Crees que el ruido que puedan hacer esos pocos hará que a Juan Vivas le tiemble el pulso?

-Espero que no. Más bien creo que no. Hasta ahí podríamos llegar. Juan Vivas necesita hacer esa gran obra que tiene en mente y que será motivo de orgullo para los ceutíes. Y no se arredrará. Y tampoco veremos violines mezclados con lechugas. Ya está bien de aguantar tonterías, mentecateces y gilipolladas.
 

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