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					Ya confirmó la Ciudad en ruedad de prensa ofrecida por el 
					consejero de Hacienda que el estudio y análisis de los 
					informes sobre el traslado del mercado a la manzana del 
					Revellín era sólo un primer paso [parte del trabajo que 
					debía realizar el Ejecutivo], antes de entrar a proponer a 
					la parte privada la decisión adoptada en base a 14 informes 
					solicitados tanto a funcionarios municipales de la escala 
					técnica, como a tres consultoras, dos privadas [Cuatrecasas, 
					y Valmesa] y otra pública ˆMercasa]. 
					 
					Continúan las negociaciones entre la Ciudad Autónoma de 
					Ceuta [parte pública con intereses en el Complejo Cultural y 
					la sociedad ‘Manzana del Rebellín S.L.’ [parte privada] 
					sobre la cuestión del traslado del mercado central de 
					abastos para adaptarlo, como uso dotacional, e incorporarlo 
					a los metros cuadrados [unos 6.200] de superficie que ha 
					restarse de la antigua parte comercial [por imperativo 
					judicial]. 
					 
					La Ciudad, como se conoce, solicitó numerosos informes que 
					avalasen y dedujeran claridad sobre la posibilidad legal y 
					apropiada, desde todos los puntos de vista, de incorporar al 
					complejo de Alvaro Siza el mercado central de abastos que ha 
					de trasladarse necesariamente para liberar el centro de la 
					urbe ceutí y ganar espacio público para los ciudadanos. 
					 
					Tres razones fundamentales esgrime el Gobierno: La peligrosa 
					antigüedad de la edificación sobredimensionada para el 
					mercado; la recuperación del Foso de la Almina que resulta 
					ser un Bien de Interés Cultural; y por la necesidad de 
					entroncar la ciudad adecuadamente apostando por una reforma, 
					entre otras, del tránsito vial actualmente encorsetado por 
					la ubicación del mercado. Quedaba claro que la apuesta de la 
					Ciudad, después de la presentación del consejero de 
					Hacienda, que el traslado era absolutamente posible, pero 
					que sin embargo debía contar con la aceptación de la parte 
					privada. 
					 
					En cualquier caso, mientras que la Ciudad calculaba 
					escrupulosamente la superficie donde debería ir destinado el 
					nuevo mercado [que no afecta, en absoluto, al resto de uso 
					publico-cultural], la sociedad privada mantenía que, de 
					igual modo, había que dar una salida al resto del inmueble 
					[unos 2.000 m2 distribuidos en tres plantas]. Por eso se 
					puso sobre la mesa la posibilidad de arrendar el resto del 
					inmueble con unas condiciones similares a la superficie del 
					mercado. En cualquier caso, por un precio superior al millón 
					de euros. 
					 
					Las negociaciones continúan en varios frentes, aunque 
					cualquier solución puede adoptarse, desde el momento en que 
					todas las posibilidades se encuentran sobre la mesa. 
					 
					¿Expropiación? 
					 
					Se baraja también la expropiación. No en vano es una de las 
					figuras analizadas en los diversos informes efectuados. Se 
					compararon los gastos derivados de un alquiler propuesto a 
					30 años y una expropiación basada en un justiprecio sobre la 
					superficie empleada [unos 16 millones de euros de coste]. No 
					hay nada cerrado y cualquier medida puede adoptarse en 
					función de la situación en que se sucedan los distintos 
					escenarios planteados. 
					 
					El consejero de Hacienda ya informó en rueda de prensa que 
					la propiedad privada ha facilitado “siempre las cosas” y en 
					los próximos días se sabrá la decisión. 
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