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OPINIÓN - DOMINGO, 3 DE FEBRERO DE 2008

 

OPINIÓN / SNIPER

De “cacería” por Nador
 


José Luis Navazo
jlnavazo@telefonica.net
 

A las 12 en punto de la noche, hora española, entraba por la melillense frontera de “Beni Anzar” entre una “bocinada” de automóviles que esperaban, retenidos e impacientes, la vuelta a Marruecos. A mediodía me entró el antojo y tras una mirada a la inconfundible mole del “Yebel Zeitum” (accesible desde Zarka, en las vergeles “huertas de Kittán”) me dije: “¡Hala, a dar un garbeo por Melilla”. Y nada, tras un pis pas de siete horas (intermitentes pero continuos bancales de niebla entre Bab Berred y Targuist ralentizaron la marcha) y 450 kms. desde Tetuán “ya soc aquí”, degustando una riquísima tarta de almendra en la moderna cafetería “La Cascada” (en la barriada El Real, cerca de la rambla de La Legión), después de tapear como Dios manda en el tradicional bar “Cinema” (que sigue como siempre, los buenos rockeros y los ricos yantares nunca cambian), donde recalé con unos estupendos amigotes después de darnos un paseíllo por la ciudad, bañada por el sol tras la llovizna nocturna y disfrutando con una primaveral temperatura de 23 grados. El sábado empezó bien, con un café con churros en el “Playing” servido por una encantadora camarera y luego, como ya les comenté, a patear por el paseo marítimo. A mi derecha el espigón “Adolfo Suárez” (la denominación es mía, piensen un poco y encontrarán el por qué…), del industrial puerto marroquí de Nador, parecía adentrarse en las españolas aguas melillenses como una premonitoria amenaza… Me siguen, ¿verdad?. Disfrutando de la brisa (Eolo soplaba desde poniente) recapitulaba en el rápido viaje, con nada menos que 11 controles policiales y de la Gendarmería Real en ruta seis de ellos en los últimos 150 kms. del recorrido, entre la presa “Abdelkrím El Khatabi”, Kassita y Nador. Sean pacientes, sigan y leerán por qué.

La geografía de Ceuta, entre dos mares y a caballo de dos continentes tiene más fuerza paisajística pero, a nivel humano, Melilla es más rica y acogedora. ¿Se imaginan en Ceuta a una multitud de jovencitas musulmanas vestidas de “faralaes” en la Feria o disfrazadas en Carnavales? No, claro. Pues en Melilla la convivencia es más realidad que propaganda, se respira un aire más libre y, sin duda, la integración funciona mucho mejor. En Ceuta, ciudad más cerrada y de talante más fundamentalista, unos y otros deberían preguntarse las razones y por eso, uno que presume de apertura y tolerancia se encuentra más a gusto entre la sociedad melillense que -perdonad, amigos- en el conjunto de la sociedad “caballa”, en general tan pegada fatuamente de sí misma.

¡Ah, los controles de seguridad!. Claro, verán: paré en Nador a estirar las piernas y tantear un poco el ambiente, encontrándome la populosa ciudad policialmente “tomada”; empecé a comprender tanto control en el camino. Oficialmente las estrictas medidas de seguridad (se hablaba de un refuerzo de al menos 200 agentes de paisano, husmeando, de “cacería” humana desde el martes) se deberían a la huelga del sector servicios, pero en fuentes habitualmente bien informadas se comentaba un fallido atentado terrorista en un “cybercafé” y, sobre todo, el reciente descubrimiento de un importante alijo de armamento escondido parece ser en un “container”. Sumen ustedes: dos más dos son cuatro, ¿no?.
 

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