PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - DOMINGO, 10 DE FEBRERO DE 2008

 
ANÁLISIS

Miscelánea semanal

Por Manuel de la Torre


Lunes. 4

Camino por la Avenida de Sánchez-Prados cuando muchos periodistas, todos juntos, se dirigen hacia el Ayuntamiento. Me imagino, por la hora, las dos de la tarde pasada, que van a cubrir la comida de los populares con Mariano Rajoy en el Hotel Tryp. Yo los veo desde la acera de enfrente. Y es en ella, entre el hotel y el llamado también Palacio de la Asamblea, donde me hallo con Carmen Echarri y Luis Manuel Aznar. Y es la directora del decano la que me saluda al pasar, con las mejores maneras y por tanto no puedo por menos que pararme con ellos y ponerme a pegar la hebra. A mí se me ocurre, para evitar cualquier rigidez momentánea, aprovechando que la tribu periodística se agolpa en la entrada del City Hall, decirle a Carmen que quienes más han arremetido contra Juan Vivas son los que ahora ocupan cargos en gabinetes de análisis, Radio Televisión Ceuta y demás chiringuitos preparados al efecto. Carmen se ríe y me sigue el juego, pero sin decir ni pío al respecto. Eso sí, está tan dispuesta como yo a que la conversación se mantenga dentro de las reglas del juego. Olvidándonos de discusiones pasadas y de los enfrentamientos habidos por defender los intereses de nuestras respectivas empresas. Que siempre serán motivos de permanente discordia. Es nuestro sino. Ahora bien, lo mismo que en otras ocasiones yo no he tenido el menor inconveniente en dirigirme a una Carmen Echarri ceñuda y distante de mí, hoy ha sido ella la que ha sido capaz de alegrar su gesto y convencerme de que quería oírme decir las cuatro guasas de costumbre. Algo es algo...

Martes. 5

Leo que José Enrique Díaz se reunirá por la tarde con Felipe Escane, presidente de la Asociación Deportiva Ceuta y con Cecilio Castillo y Antonio García-Gaona, vicepresidentes. El motivo es que no quiere seguir actuando como entrenador. El hombre ha pasado de una euforia desatada cuando lo de Mazarrón, donde se le llenó la boca de testes triunfales, para sentir más tarde un enorme canguelo a la hora de sentarse en el banquillo. Un pánico que se debe, según lo ha venido contando el técnico sevillano, a que detrás de él se sitúa un individuo que le insulta sin cesar. A pesar de ese estado depresivo que dejaba entrever el entrenador y, cómo no, de su ansiedad por estar fuera de su casa tantos días, yo esperaba que la directiva se hubiera mantenido en sus trece y nos hubiera dicho: el entrenador seguirá siendo José Enrique Díaz. Y si se niega, pues está en su derecho, llegaremos a un acuerdo con él para que se vaya cuanto antes a esa Sevilla donde le esperan los suyos. Pero la directiva, tan novata y tan generosa, ha picado el anzuelo y le ha buscado sustituto en un santiamén. Y ya tenemos al tercer entrenador del equipo en Ceuta. ¡Qué derroche económico!... ¡Y qué sensación de falta de autoridad están dando los directivos! Me cuesta trabajo decirlo: pero están cometiendo errores imperdonables. Eso sí, la persona que debería llamarles la atención, seguramente será la que les ha dicho que lo que ellos hagan estará bien hecho. Esperemos que Benigno Sánchez permanezca en su puesto hasta el fin de la temporada. Y que el equipo gane todos los partidos.

Miércoles. 6

Con Luis Vicente Moro tuve yo poco trato. Ninguno durante sus primeros años como delegado del Gobierno. Ya que estuve mucho tiempo alejado de la profesión por haber sido objeto de un atentado en toda regla. Nada más regresar al tajo, recibí una llamada de alguien cercano a él con el fin de que aceptara una invitación para comer en sitio céntrico. Y no tuve el menor inconveniente en acudir a esa reunión en la cual se habló de varios asuntos locales. En las distancias cortas, y cuando él se lo proponía, debo decir que Luis Vicente se ganaba muy pronto la voluntad de los demás. Aunque en mi caso no pudo. De modo que un día chocamos y jamás volvimos a dirigirnos la palabra. Lo cual no es óbice para que a mí me haya producido cierto malestar el verle ya en varias ocasiones sentado ante quienes lucen puñetas en la bocamanga. Lo cual nunca es agradable. Es verdad, como le he leído a Tomás Partida, que viéndole en la sala de lo penal uno termina compadeciéndose de su soledad. La de quien durante varios años gozó de un poder omnímodo y se vio constantemente adulado por cuantos le temían más que le respetaban. Es el sino de muchos hombres: un día consiguen encaramarse a un puesto desde el cual miran hacia abajo y ven a los demás insignificantes. En cambio, los de abajo suelen ver gigantes en las alturas del poder. Y deciden convertirse en corifeos de ellos por egoísmo exacerbado. Me conmueve la soledad de Luis Vicente Moro en el banquillo de los acusados.

Jueves. 7

Me desayuno con la lectura de un escrito –titulado: Aróstegui, el apóstol de la mentira- perteneciente al Gabinete de Prensa del Partido Popular. En el cual llaman mentiroso, calumniador, insidioso y demás lindezas al Secretario de Política Municipal del PSPC. Los populares han venido soportando, sin decir esta boca es mía, todos los ataques de JLA al Gobierno presidido por Juan Vivas. Pero ha llegado un momento en el cual la callada por respuesta podría entenderse como un sometimiento a la voluntad de quien ha decidido que el pulso que le está echando a Vivas lo tiene que ganar por encima de todo. Aunque sea a costa de dejarse en el envite algo más que pelos en la gatera. Y es que el hombre a quien ya empiezan a conocer como el iluminado, una especie de Rasputín en ciernes, ha optado por confundir a los concesionarios del Mercado de Abastos. Se ha atrevido a meter la cizaña de la desconfianza entre ellos. Con lo que eso significa. Y, claro, el PP ha levantado ya la voz contra quien considera que está trabajando para empresarios en la sombra. A mí me parece estupendo que el iluminado haya alertado a los comerciantes del mercado de la posibilidad de que el Presidente de la Ciudad no cumpla con lo que les ha prometido. Sí, tal y como suena... Por más que uno sepa que Aróstegui ha querido poner a los concesionarios desconfiados y avizores, por intereses propios. Sin embargo, su jugada acabará por convertírsele en efecto bumerán. No hay que ser muy listo para darse cuenta de que el Gobierno de la Ciudad, en cuanto pueda, se comprometerá con los concesionarios de manera que le sea imposible jugarles una mala pasada. De modo que, en esta ocasión, su maldad ha servido para hacerles un bien a quienes viven de vender sus productos en el mercado. Y yo me alegro muchísimo.

Viernes. 8

Perderle el miedo a la muerte es una aspiración de todos los que aún vivimos. Dicen que quienes lo consiguen son más libres. Es un asunto tan debatido como capaz de generar controversias. Lo que sí está claro es que nadie quiere morir hecho una piltrafa. Bueno, sí es verdad que muchos de los gurús y de los santos son personas que han hecho del sufrimiento un modo de vida. Saco este breve a colación porque estoy en un establecimiento público y llegan hasta mí las palabras de dos señoras septuagenarias y que dicen ser de misa y comunión diaria. Hablan de la muerte y de cómo la hermana de una de ellas, llevada de sus creencias en Dios, había sufrido lo indecible hasta cerrar los ojos definitivamente. La afectada por el caso de su hermana, le cuenta a la amiga que lo que más desea, cuando le toque pasar por ese trance, es acostarse y aparecer ya cadáver por la mañana. Por más que sus hijos se lleven tan penosa impresión. De lo contrario, si se trata de pasar lo que pasó su hermana, ella les pedirá a los suyos que recurran a la sedación. O lo que crean conveniente con tal de evitarle un sufrimiento tan grande. La amiga daba muestras de estar en su misma línea. Por la noche, en “Cuatro”, Iñaki Gabilondo entrevista a Mariano Rajoy y le pregunta por el derecho a morir dignamente. Y Rajoy le contesta que él “es partidario de luchar por la vida de la gente”. ¡Toma del frasco, Carrasco! Y, lógicamente, el entrevistador insiste. Y no hubo maneras de sacar al candidato popular de su concisa contestación: “Soy partidario de luchar por la vida de la gente”. Claro que de no haber respondido así, menuda bronca le hubiesen dado desde el púlpito de la Cope. Ay, don Mariano...

Sábado. 8

La mañana está tomada por el viento de levante. Para colmo se han suspendido los barcos y nos hemos quedado sin periódicos. Salgo de la “Boutique de la Prensa” con el ceño fruncido cuando me hallo con Taffi. El cual, tan jovial y atento como siempre, me pregunta por la situación de la Asociación Deportiva Ceuta. Quiere saber qué opino yo de todo lo ocurrido en relación con el director técnico y la directiva. Puesto que dice haber leído lo que escribí al respecto el viernes pasado. Mi respuesta es clara: si leíste “El Oasis” de ese día, dedicado a Felipe Escane, poco o nada me queda ya por decirte. Entonces va Taffi y con su característica buena fe me pone al tanto del enorme cabreo que tiene el presidente de la Ciudad por todo lo que viene sucediendo en el club. Y, dada su forma de ser, quiere saber si Juan Vivas ha hablado conmigo. Mi contestación no podía ser sino la siguiente: ¿por qué habría de hablar el presidente de la ciudad conmigo de fútbol? Ni de fútbol ni de nada... Pues te aseguro que está que arde con la situación, me dijo. Y más que lo va a estar cuando se entere de que hay directivos del club que no soportan las críticas por haberse dejado manejar por José Enrique Díaz y la han tomado con uno de los redactores de esta Casa. Bien haría, pues, Cecilio Castillo en aceptar el ridículo a que los ha sometido el técnico sevillano. Porque poco o nada va a conseguir con amenazas e insultos. En mi caso, concretamente, lo único que he hecho es relatar un pasaje de una conversación con Felipe Escane. Callando, además, lo más sustancioso de sus declaradas cuitas por el mal comportamiento del ya reseñado director técnico. Así que lo que tiene que hacer, el vicepresidente, es cumplir con sus obligaciones como directivo y si el entrenador se lo pidiera, que todo es posible, poner al servicio de éste sus grandes conocimientos del deporte rey. Y a otra cosa, mariposa.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto