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economía - MIÉRCOLES, 20 DE FEBRERO DE 2008


pleno del ces. reduan.

consejo económico y social
 

Un Pleno de trámite

El CES aprueba el dictamen que insta a comprar o expropiar parte de la Manzana
 

CEUTA
Gonzalo Testa

local
@elpueblodeceuta.com

El Pleno de ayer del Consejo Económico y Social (CES) de Ceuta para debatir la propuesta de dictamen de su Comisión de Economía y Fiscalidad sobre el expediente elaborado por la Ciudad para alquilar una parte de la Manzana del Revellín y trasladar allí el Mercado Central de Abastos fue como uno de esos partidos intrascendentes de final de temporada en los que técnicos y jugadores apelan al orgullo y a la metafísica más que a los puntos o votos en juego que, de cualquier forma, de (casi) nada servían. Con la decisión del Gobierno ceutí de llevar el Mercado al complejo diseñado por Álvaro Siza tomada y anunciada públicamente el martes de la semana pasada, los consejeros se repartieron los papeles y, con los representantes de CCOO y la Ciudad-Procesa como protagonistas, se entregaron a la tarea de repetir argumentos y tirarse alguna puñalada.

El Pleno arrancó modosito, con los consejeros ‘cortados’ por la presencia de tanto periodista y algún espectador ilustre como la portavoz socialista en la Asamblea, Inmaculada Ramírez, y entraron en harina con CCOO llevando la iniciativa. Los comisionistas ya lucieron táctica la semana pasada, cuando aplicaron a rajatabla el Reglamento del CES para boicotear la convocatoria del Pleno de urgencia y chinchar al Ejecutivo ceutí, que había retrasado un día su reunión semanal del Consejo de Gobierno para anunciar con todos los papeles en la mano su decisión.

El lunes, CCOO presentó una enmienda a la totalidad sobre la propuesta de dictamen que salió de la Comisión de Fiscalidad y, con José Antonio Alarcón y Manuel Calleja como directores de orquesta, dijeron que a su juicio: a) no es necesario demoler el actual edificio del Mercado, que además se ha rehabilitado hace “relativamente poco”; b) que la política de mercados del Gobierno es errática y que “no parece lógico” que se priorice gastar tantos millones de euros en el Central cuando el de Hadú, que atiende al 80% de los ceutíes según sus cálculos “no reúne los requisitos mínimos de calidad”; c) que hay otros lugares para trasladar el Mercado pero que la Ciudad lo quiere en la Manzana “para resolver su problema con ella”; d) que la Manzana debe ser para equipamiento cultural; e) que el precio del alquiler se ha calculado como si fuera uso comercial cuando no lo es; e) que los informes se solicitaron y elaboraron “a la medida”.... Lo de siempre: “Hay que volver al contenido del acuerdo plenario inicial de 1997”.

Al corte, en representación de la Ciudad, salió Gabriel García-Parada, que aún con mucho recato se encargó de rebatir la mayor. A su juicio el traslado está avalado tanto por el precario estado del Mercado como por la necesidad de poner en valor el Foso de la Almina y mejorar la trama urbana de la zona y que los comisionistas se oponen desde una opción “política” desde la cual “cualquier argumento que hubiese planteado el Gobierno habría sido también desechado”

A sus respectivas derechas, Calleja y el gerente de Procesa, José Diestro, protagonizaron el choque dialéctico más agrio de la tarde. El primero acusó al Gobierno de “buscar la Manzana” por encima de todas las cosas y de “despreciar” al CES por tomar su decisión sin esperar a su dictamen definitivo; de Siza dijo que, a la vista de su último pronunciamiento, “parece estar dispuesto a decir ‘sí’ a cualquier cosa; por ejemplo, a un mercado”. Para terminar, señaló a Diestro como el autor de un informe sólo con datos fusilados de Internet.

Le llegó entonces el turno de hablar al representante de la Delegación, José María Mas, que a lo Guti, en un gesto que según varios de sus compañeros no es la primera vez que protagoniza, el asesor de Arreciado dijo que puesto que ya había una decisión tomada por parte del Gobierno el debate era tan insustancial que, con el permiso de los presentes, él se iba. Con la misma, se levantó y se fue.

Autoexpulsado Mas, lo que aparentemente dejaba con uno menos a los anti-traslado, Alarcón levantó el micrófono para rebajar tensiones y pedir un poco de tuteo y buen rollo a los presentes. Diestro, que fue el único que no se rió de las chanzas del comisionista, recogió el guante que le había tirado Calleja y arremetió contra el sindicato por “maniobrar” con el único objetivo de dilatar la “legítima” toma de decisiones del Gobierno. “No sois tontos pero sí dais palos de ciego”, prosiguió el gerente de Procesa, que atribuyó a sus adversarios falta de datos, de información y de criterio.

“Dicen ustedes que esta decisión se toma por la sentencia del TSJA en un sentido negativo, pero yo quiero presentar esta oportunidad que se crea en positivo: la sentencia deja un espacio que iba a ser comercial y que ya no lo va a ser, que ya está construido y que se puede adaptar”, argumentó Diestro. “¿Por qué no hacerlo? Porque ustedes lo único que quieren es que la Ciudad no se vaya de rositas de la Manzana, no debatir sobre el traslado”, se respondió.

Como era de esperar, tanto la Confederación de Empresarios como la Cámara de Comercio se situaron más cerca de la Ciudad que de los sindicatos. En nombre suyo, Javier Flores y Luis Moreno recordaron que lo suyo en esta historia era velar por intereses empresariales y no políticos y recordaron que en la propuesta de dictamen ya se señalaba que los intereses de los concesionarios se protegerían al máximo. Antonio Gil (UGT), coherente, defendió también el valor del dictamen, que según dijo va “mucho más allá” de la pregunta “con trampa” que le había hecho llegar la Ciudad al CES, aunque aseguró que no votaría a favor del mismo “porque compartimos el deseo de que la Manzana tenga un uso 100% cultural”.

Inés López, la revelación

Vista para votación la enmienda, Basilio Fernández dio entonces el uso de la palabra a la consejera de Consumidores y Usuarios, Inés López, que hasta entonces había pasado desapercibida. Hasta entonces, porque cuando habló del “debate este” al que había asistido no dejó títere con cabeza. “El actual Mercado no es ni cómodo ni accesible ni de fácil acceso, pero parece que nadie aquí se preocupa de las 500 personas que vamos a diario allí”, arrancó López, que incluso dijo haber hecho “una encuesta” sobre el asunto en la que se pone de manifiesto el descontento de los concesionarios.

“La gente tiene ganas de cambio” [¿quién dice esa frase a diario? ¿Rajoy?], concluyó la consejera, que después de definir el tema como “algo más político que social” sumó su voto al de Ciudad, Procesa, CECE y Cámara. Resultado: 9 votos en contra de la enmienda de CCOO; 4 abstenciones (UGT y Fernández) y tres a favor.

La votación sobre la propuesta de dictamen en sí, que insta a la Ciudad a buscar la compra del inmueble en lugar del mero alquiler, reprodujo las mayorías con el único cambio del presidente, que en esta ocasión votó a favor. Resultado: el Mercado, a la Manzana. Sin cambios.
 

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