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sociedad - DOMINGO, 24 DE FEBRERO DE 2008


practicando El kin-ball sport. nicol's.

reportaje
 

Los ceutíes ya pueden
practicar kin-ball sport

AMEFIS trae a la ciudad un nuevo
deporte federado que desarrolla
aptitudes físicas, técnicas y estratégicas
y promueve valores como la cooperación,
el ‘fair play’ y la igualdad de género

CEUTA
Susana Hevia

local
@elpueblodeceuta.com

En una sociedad donde se pone de manifiesto constantemente la individualización en todas las facetas de nuestra vida (afectiva, social, educativa,…) emerge un deporte, todavía lactante, pero de gran repercusión, fundamentalmente en el ámbito educativo: el kin-ball sport.

La Asociación de Maestros de Educación Física de Ceuta (AMEFIS) ha organizado un curso teórico práctico de este novedoso deporte con el objetivo de buscar una mayor motivación del alumnado y de introducir esta práctica física en la ciudad a través de la escuela. Tras más de un año intentándolo, AMEFIS consiguió que viniera a Ceuta un entrenador de la Asociación Española de Kin-Ball (AEKBS) para enseñar en un taller de 25 personas los aspectos básicos del juego (estrategia, reglamento, materiales,…) y así poder empezar a desarrollar el deporte en la ciudad.

Una vez completados los créditos teóricos presenciales de este curso, impartidos por Fernándo Sánchez (jugador y entrenador de la Federación Española) los asistentes se “sorprendieron” por lo “diferente y divertido” que es este deporte de tal manera que, ahora, además de incluirlo en la escuela, se plantean formar varios equipos en la ciudad “para hacer campeonatos y participar también en las competiciones a nivel nacional”, apunta Jesús Checa, presidente de AMEFIS.

¿Qué es el kin-ball?


El kin-ball sport es un deporte muy joven, federado y en continua expansión, que fue inventado por el licenciado en Educación Física canadiense Mario Demers en el año 1986, con el objetivo de promover la salud, la cooperación, el trabajo en equipo y la deportividad.

Según la federación española de kin-ball ya hay “más de cuatro millones de personas, en más de 10 países de América, Asia, y Europa”, que practican este deporte, que ha sido presentado como deporte de exhibición en los Juegos de Québec en un par de ocasiones. Además, ya se han iniciado las gestiones correspondientes para presentarlo como deporte olímpico

¿Cómo nace el kin-ball sport?


Durante los años 80, el profesor de educación física Mario Demers, preocupado por la educación que se impartía en los colegios de su localidad, Québec (Canadá), y cansado de enseñar siempre con los deportes tradicionales, se dedicó a pensar en una nueva actividad que les motivara a participar en la práctica deportiva.

Tras barajar varias posibilidades, este profesor fue descubriendo que un sistema de juego de tres equipos era mucho más efectivo que los tradicionales para facilitar la implicación y la participación de todos los jugadores y en 1.986 creó el kin-ball sport.

¿Cómo llega a España?


Una vez desarrollado el kin-ball, Demers empezó a promocionarlo por Canadá y posteriormente por otros países hasta que en el año 2000 este profesor llegó a España invitado por el INEF de Madrid. A partir de este contacto del inventor del kin-ball con la capital del país, se creó un pequeño grupo de entrenamientos, y la empresa distribuidora de material para esta práctica deportiva también empezó a organizar varias sesiones de ensayos.

En el año 2003, se celebró el campeonato de Europa en Francia y en nuestro país se preparó a un equipo que representara a España en esa competición. Varios profesores y técnicos de educación física asistieron a este evento y regresaron a España encantados con la experiencia y con una gran motivación que les hizo crear la Asociación Española de Kin Ball Sport (AEKBS) en noviembre de ese mismo año, con el objetivo de promocionar el kin-ball a través de varias acciones como la creación de escuelas y clubes escolares y universitarios, organización de competiciones y eventos, formación de profesionales, entre otras. “Entre 2003 y 2007 hemos conseguido que el Kin Ball se arraigue en varias provincias” señala Fernando Sánchez Morales, que además de jugador y entrenador es el director de promoción de este deporte en nuestro país. En España ya hay creadas cinco asociaciones territoriales y se están organizando eventos y competiciones oficiales a lo largo del año, tanto por parte de la AEKBS como por parte de las asociaciones territoriales, que dan la clasificación para el campeonato de España. En el 2007 se celebró en Asturias y lo ganó esta misma región.

“La guinda a estos cuatro años de expansión la hemos puesto en noviembre del año pasado con la organización del campeonato del mundo en Bilbao”, apunta Sánchez. Canadá, “con varios años de ventaja sobre los demás países”, se ha llevado el oro y España, pese a tener “muy buen nivel a nivel internacional”, sólo ha podido ser séptima a nivel masculino y sexta en femenino. Actualmente, en nuestro país ya hay registradas “más de 300” fichas de practicantes de kin-ball sport.

¿Qué se necesita para jugar al kin-ball?


Para jugar un partido de kin-ball sport se necesita: tres equipos de cuatro jugadores, un recinto cubierto de 20 x 20 metros (la mitad de una cancha de futbol sala), una pelota gigante de 1,22 metros de diámetro y tan sólo un kilogramo de peso y “muchas ganas de divertirse”, señala Fernando Sánchez, “aunque también solemos recomendar el uso de rodilleras”, continúa.

¿Cómo se juega?

El kin-ball es un deporte que se practica en un campo de 20 x 20 metros, en tres tiempos, de quince minutos cada uno, cuya peculiaridad principal es que juegan tres equipos (de cuatro personas) a la vez. El balón lo pone en juego uno de los equipos mediante un saque especial. Siempre va a haber un equipo que tenga la posesión del balón, que, a su vez, va a ser el responsable de atacar y que tiene que conseguir que la pelota toque el suelo antes de que lo recepcione el equipo al que va dirigido ese ataque. Antes de lanzar la bola, el atacante nombra a uno de los otros dos equipos (“omnikin” y el color del equipo) que deberá recepcionar el balón evitando que éste toque el suelo y, una vez conseguido, organizar rápidamente su saque.

El reglamento del juego garantiza que se valore la capacidad estratégica de los equipos así como el cumplimiento y la promoción de los valores que su Mario Demers pretendía inculcar a los alumnos de las escuelas: cooperación, participación mixta, juego limpio.

Valores que promueve el kin-ball


El hecho de que lo haya inventado un profesor con el objetivo inicial de usarlo como una herramienta educativa en su trabajo se ve reflejado en la cantidad de valores que promueve este deporte.

Por un lado, premia el juego limpio (‘fair play’). “El respeto y la tolerancia son nuestros ideales” recalca Fernando. El reglamento del kin-ball castiga duramente las actitudes antideportivas y no permite el contacto físico con los rivales.

Además, es un deporte muy cooperativo, todos los jugadores participan en cada punto ya que todos tienen que tocar el balón antes de lanzar, y ninguno puede lanzar el balón dos veces seguidas. Con esta norma, se permite que alguien sea individualmente bueno pero ello no excluye la participación por un igual del resto de compañeros.

Este juego también facilita situaciones de éxito para todos lo que garantiza el disfrute del grupo de participantes. Por ejemplo, en cada una de las jugadas intervienen todos los componentes de cada conjunto y el sistema de puntuación asegura que todos los equipos puntúen, ya que si uno comete falta los otros dos suman puntos. Por otro lado, si dos equipos tienen una diferencia de dos puntos no se pueden atacar entre sí (en este caso sólo se podría atacar al primero) y el primero no puede atacar al que vaya tercero. Con esta paridad en el marcador se consigue que todos los equipos estén implicados en el partido hasta el último minuto.

Fernando Sánchez también destaca su accesibilidad, lo que favorece su implantación y práctica en los colegios. Es “muy sencillo” aprender a jugar, incluso desde los 8 años. Aunque como las normas son “un poco complejas para los más pequeños, “es recomendable” comenzar con un juego sencillo e ir metiendo reglas poco a poco”. Tiene ese “carácter coeducativo”, todos están “obligados a participar colectivamente en ataque y en defensa, el deporte ya viene adaptado a los centros y el balón, aunque sea grande, rápidamente aprenden a manejarlo”.

Por otro lado, el kin-ball promociona la igualdad de género, participan juntos hombres y mujeres. Con esta medida, en la escuela se consigue “romper los tabúes que tienen los más pequeños de que los niños juegan por un lado y las niñas por otro”, explica Sánchez. Y es que para jugar al kin-ball a nivel nacional es requisito indispensable que los equipos participantes sean mixtos. Sólo en competiciones internacionales, a nivel de selección, se separan las categorías masculina y femenina.

Es un deporte que favorece la no violencia. El contacto físico y la agresión verbal no están permitidos, de igual forma no existe riesgo de lesión.

Pero el kin-ball también requiere un esfuerzo físico. “Es un deporte “muy intenso” que exige un trabajo aeróbico “excelente”. “Cada vez que un equipo va a lanzar la pelota, los compañeros se agachan para colocársela al lanzador. Entonces constantemente te estás agachando y levantando, esprintando para coger un balón, corriendo para lanzar, es muy explosivo, aclara el director de promoción de kin-ball en España. Con este deporte se desarrollan capacidades físicas como velocidad de reacción, visión espacial, fuerza, coordinación, equilibrio.

Por todo ello, el kin-ball sport, además de ser un deporte completo, es una herramienta educativa muy útil, divertida y recomendable para personas de cualquier edad, generalmente a partir de quinto de Primaria.

Dificultades de implantación

Al ser un deporte minoritario, el material de uso es caro, por ejemplo la pelota cuesta alrededor de 150 euros, sin el compresor necesario para llenarla de aire. Sólo existe una casa distribuidora de balones de kin-ball que es canadiense, por lo que además en España el precio de los productos se encarece aún más por la importación.

Por otro lado, la Asociación de Maestros de Educación Física se encuentra con otro problema añadido para promocionarlo en la ciudad: la necesidad de un recinto cerrado para su práctica. Las características del balón requieren que se juegue en un pabellón interior para que éste no se estropee y “en Ceuta están casi siempre ocupados por los deportes tradicionales”, lamenta el presidente de la asociación Jesús Checa. En cualquier caso, los integrantes de AMEFIS, promotores de este deporte en la ciudad, están dispuestos a practicar este deporte al menos una vez a la semana “a la hora que sea y el día que nos den”, por lo que esperan tener acceso semanal a alguna de las pistas cubiertas de la ciudad.

Todos las personas interesadas en conocer o practicar este deporte pueden ponerse en contacto con AMEFIS (asociación de maestros de educación física) a través de su página web: www.amefis.es.
 

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