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sociedad - LUNES, 3 DE MARZO DE 2008


José Aureliano Martín. reduan.

entrevista
 

«No hay correlación estadística entre el número de inmigrantes censados y el aumento de la delincuencia»

Aureliano Martín ha recibido el Premio de Investigación de la Fundación Sindical de Estudios de CCOO por un trabajo en el que, entre otras cosas, alerta del peligro de posibles brotes racistas ante el inicio de una crisis económica
 

CEUTA
Rober Gómez

local
@elpueblodeceuta.com

El jefe de la Asesoría Jurídica de Comisiones Obreras de Ceuta, José Aureliano Martín Segura, ha sido galardonado ‘ex aequo’ con el Premio de Investigación 2008 de la Fundación Sindical de Estudios de CCOO por el trabajo titulado ‘Inmigración en España. ¿Factor de desarrollo o fuente de delincuencia? Un análisis económico’. Una de sus conclusiones evidencia que “la inmigración es factor de riqueza para la economía española y no es fuente de delincuencia”, pero advierte que también puede ser “una fuente de problemas si no se planifican adecuadamente las necesidades laborales, sobre todo cuando el mercado de trabajo empieza a dar signos de saturación, como es nuestro caso”.

Pregunta.- ¿Orgulloso de ser el Premio 2008 de la Fundación Sindical de Estudios de CCOO?

Respuesta.- Sin duda. Más que por el Premio en sí, que es lo de menos, porque se puedan divulgar las ideas de este trabajo, que pueden dar luz de cara a la percepción que se tiene de los inmigrantes.

P.- ¿La inmigración va a ser el gran problema del siglo XXI?

R.- Sí, por supuesto. La inmigración es el problema del siglo XXI. Afecta a todos los países.

P.- ¿Cómo está afectando la inmigración a España?

R.- España tenía tres millones y medio de inmigrantes en 1970 y ahora hay cuatro millones, de los que un millón no están legalizados. Nuestro país ha sido el mayor receptor de la Unión Europea, con un incremento medio anual del 11,8% entre 1992 y 2003. Esto no quiere decir que en España haya más inmigrantes que en Holanda o Alemania, pero si que llevamos un ciclo de crecimiento importante desde el año 1994, porque se ha creado muchísimo empleo. Lo que ocurre es que ha sido empleo en la construcción y en los servicios de una forma precaria. La inmigración ha sido una fuente de riqueza para España y también para los países de procedencia, a través de sus remesas de dinero. Los inmigrantes ayudan, además, a la estabilización del mercado de trabajo y a regular la inflación a través del control de los salarios, pero también pueden ser una fuente de competencia desleal con los trabajadores autóctonos, sobre todo si no están regularizados. No obstante, los inmigrantes han cogido empleos que los españoles no querían, han aumentado la cotización a la Seguridad Social y pagado impuestos y el Estado ha conseguido un superávit importante. Sin embargo, pueden ser una fuente de problemas si no se planifican adecuadamente las necesidades laborales, sobre todo cuando el mercado de trabajo comienza a dar signos de saturación, como es nuestro caso.

P.- ¿Y cómo ha afectado la emigración a los países de origen?

R.- Se ha detectado que las remesas que envían los emigrantes a sus países de origen suponen, según datos de la ONU, 130 billones de dólares, frente a 79 billones que se da en ayuda al desarrollo a nivel internacional. Estas remesas casi duplican las ayudas del famoso 0,7% del PIB, aunque nunca se cumple esa cantidad. Además hay una ventaja, que mientras la ayuda al desarrollo muchas veces se pierde en redes de corrupción locales, las remesas van directamente a los familiares. Con esos dineros se construyen viviendas, se crean negocios, los niños van a la escuela, se aumenta el consumo... Es una de las mejores formas de ayudar a los países subdesarrollados.

P.- ¿Cómo se presenta en nuestro país el futuro respecto a la inmigración?

R.- Puede ocurrir en nuestro sistema del bienestar que si no se planifica el mercado de trabajo, si no se calcula cuáles son nuestras necesidades, llegue un momento en el que se sature. Si estamos empezando una crisis importante, a pesar de que algunos lo niegan, y empieza a descender el número de trabajadores necesarios en la construcción y otros sectores, los primeros a los que les va a afectar va a ser a los inmigrantes. Ante esa situación puede haber, si no se planifica adecuadamente, competencia entre los locales y los inmigrantes; y ahí puede haber un peligro por un brote de racismo. Los inmigrantes está comprobado que no han quitado trabajo a los autóctonos, porque los puestos que han cogido han sido en su mayoría los que ya rechazaban los locales, pero puede ocurrir que ahora haya competencia debido al aumento del paro. Una gran bolsa de trabajadores ilegales es una fuente de empleo precario y explotación de lo más miserable, la cual, en algunos casos, interesa a los empresarios.

P.- ¿Cómo se planifica esto?

R.- Entre otras cosas, es importante no hacer nada que fomente el efecto llamada y controlar la entrada para que no haya inmigración ilegal. Otro problema puede ser que en las ayudas sociales se prime a los inmigrantes. Hay que ayudarles, pero sin olvidar nunca las necesidades locales. El estado del bienestar tiene mecanismos suficientes para atender a ambos colectivos.

P.- ¿La inmigración es sinónimo de delincuencia?

R.- Estadísticamente no hay correlación. El número de inmigrantes censados no es el causante del incremento que haya podido haber en la delincuencia a nivel general. Sin embargo, hay otras variables que sí pueden influir en la delincuencia, como el crecimiento del desempleo, la disminución del PIB, de las plazas para que los hijos de los matrimonios estén atendidos, la disminución de plazas universitarias y, muy importante, el aumento de la economía sumergida. Si se atacan estos factores y se controla la inmigración irregular se podrá llegar al desarrollo sostenible.
 

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