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sociedad - JUEVES, 6 DE MARZO DE 2008


juana fortes. m.z..

juana fortes, ii premio maite alascio
 

«Al Partido Comunista
habría que besarle los pies»

Una década después de su regreso a Ceuta tras veinticinco años en Madrid, Juana Fortes recibirá hoy el Premio Maite Alascio, el galardón que premia a las mujeres que comparten sus valores; “un ángel”, dice
 

CEUTA
Gonzalo Testa

local
@elpueblodeceuta.com

Militante “de toda la vida” de Comisiones, el único carné socio-político que permanece en su cartera, Juana Fortes (Ceuta, 1945), ex militante del Partido Comunista y del PSOE, al que le gustaría volver en Ceuta para “renovarlo” y hacerlo “más coherente”, ha sido distinguida con el II Premio Maite Alascio de CCOO, un galardón que lleva el nombre de quien fue una de sus mejores amigas (“para mí era un ángel”, confiesa) y que a ella le hacen más ilusión que el María de Eza y seguramente el Nóbel o el Príncipe de Asturias. Roja de verdad, esencia de izquierdas en frasco pequeño, Fortes, que vivió y sufrió en primera línea la nefasta dictadura y la resaca de la Transición dice que no lo merece. Hoy, a las 20.30 horas, lo recogerá en el Hotel Ulises.

Pregunta.- Después del María de Eza y el Mujer Vecinal del año, el Maite Alascio. ¿Orgullosa?

Respuesta.- Sí, aunque aquí en Ceuta este premio interesa a pocas personas un galardón que reconoce los valores de la izquierda.

P.- ¿Qué les pasa a los ceutíes con la izquierda?

R.- Ceuta ha siempre ha sido muy de derechas. Lo es y lo es, punto. Yo no tengo nada contra la derecha, pero ni los medios dan a este premio la relevancia que al María de Eza, que sin menospreciar a nadie sé que fue gobernadora de Ceuta mientras su marido hizo un viaje a América. Maite Alascio fue la auténtica abogada de los pleitos pobres, la que luchó y luchó por ganar juicios que consideraba justos. Para mí era un ángel.

P.- Muy de derechas pero aquí también gobernó el PSOE. ¿O hasta los socialistas son de derechas?

R.- No creo, aunque yo no vivía en Ceuta cuando ocurrió eso. Nada más volver yo aquí ganó el GIL las elecciones y yo me llevé un berrinche de tres pares de narices tras una campaña con muchísimos ataques personales, que me parecen deleznables los haga quien los haga.

P.- ¿Por qué deja el carné del PSOE alguien como usted, una roja convicta y confesa?

R.- Lloré y sufrí mucho cuando lo de aquel de la Guardia Civil [Luis Roldán] y en un ataque de rabia me di de baja.

P.- ¿Y Zapatero no le ha hecho cambiar de opinión?

R.- Zapatero me tiene... Super reilusionada, pero yo no pinto nada en el PSOE. Me gustaría volver con el tiempo junto a la gente que tenga ilusión por renovarlo y hacerlo mucho más coherente, en Ceuta, de lo que ha sido durante los últimos meses.

P.- ¿La izquierda ha tenido que renunciar a muchos de sus valores para seguir pudiendo gobernar?

R.- Sí, a muchos valores de verdadera izquierda, porque si no aquí no podría sobrevivir. Todo el mundo reconoce los valores de sus dirigentes, pero no se les vota, y aunque bajan el listón no hay manera de atraer al votante.

P.- Zapatero sí engancha. ¿Cómo está viendo esta campaña?

R.- En Ceuta lo veo... Mal. Mal para el PSOE, aunque me gustaría que ganara. A nivel nacional, muy bien. Creo que Zapatero está convenciendo a muchos indecisos que en su momento votaron al PSOE y que después se quedaron en un punto muerto PP-PSOE según les diera.

P.- ¿También él triunfa a costa de irse al centro?

R.- No, a costa de cuatro años haciendo muchas cosas tan buenas como las leyes de Igualdad, Dependencia, matrimonio homosexual....

P.- Y a los sindicatos, ¿cómo les ve? ¿Entregados también?

R.- Son menos duros y más templados. Yo conozco Comisiones desde sus inicios en Madrid, cuando la lucha era mucho más dura y España seguía presa del núcleo de derechas que no se había reciclado en partidos como Alianza Popular y el PP después. Ceden más ante las presiones, pero es comprensible.

P.- ¿Comprensible por qué?

R.- Porque entonces había muchas cosas por las que luchar y poco que perder. Hoy está casi todo conseguido.

P.- ¿No cree que sigue habiendo cosas por las que pelear?

R.- ¡Por supuesto! Igualdad de derechos, equiparación entre mujeres y hombres... La mujer tiene un cerebro igual que el del hombre, pero se la sigue sin considerar igual.

P.- Parece evidente que la sociedad se comporta así pero, ¿no cree que las mujeres siguen sin verse a sí mismas iguales al hombre?

R.- Muchas sí. Es un camino que hay que recorrer. Hay mujeres concienciadas, pero otras no, sin preparación, en el mundo rural, atrapadas bajo el yugo del hombre... Tenemos que levantarnos, asumir nuestra feminidad y decir: yo tengo los mismos derechos que tú y no me vas ni a pagar ni a mandar ni a pagar menos, porque trabajo tanto o quizá más que tú.

P.- Hay en Ceuta una muletilla para quien opina sobre esta ciudad sin ser caballa que le sitúa directamente entre ‘los de fuera’. Usted que pasó tantos años en Madrid, ¿veía esta ciudad igual cuando se fue y cuando volvió?

R.- Estaba más avanzada en todo pero todavía era muy carca. Llegué con el fenómeno del GIL y mis amigos me llamaban y me decían ‘¿pero qué pasa ahí?’ y no sabía qué contestarles. Viví mi retorno horrorizada.

P.- ¿Dónde están los ceutíes que, por miles, votaron al GIL?

R.- ¡No tengo ni idea! Muchos están reciclados y afiliados al PP, cuya militancia no abandonaron ni cuando se fueron con el GIL.

P.- Usted el único carné que no ha abandonado es el de CCOO

R.- Siempre he sido de Comisiones, desde su fundación.

Un homenaje para el PCE

P.- El sindicato ‘comunista’, por adjudicarle un tópico. Usted que fue del PCE, ¿cómo analiza su lenta agonía, ahora como IU?

R.- El PCE nació IU y de ahí Nueva Izquierda... Se fueron desgajando tantas ramas que... El partido vivió su apogeo cuando no había otra izquierda y aglutinaba a todos los que pensábamos así, pero cuando se legalizó el PSOE se fue difuminando. Al Partido Comunista hay que besarle los pies porque si la izquierda se mantuvo en España fue gracias a él. Se le debe un homenaje por guardar el germen de la izquierda para después repartilo en otros partidos.

P.- ¿No le da la impresión de que el espectro ideológico es cada vez más estrecho?

R.- Sí, y yo creo que la izquierda tiene más culpa que la derecha, que no cambia, que mantiene sus postulados.

P.- Llamazares ha recordado en un mitin que su padre le decía que “no hay nada más tonto que un obrero votando a la derecha”, pero ahora se topa con que en muchos barrios obreros calan más discursos como el del PP sobre la inmigración. ¿Cambiaron las prioridades?

R.- Yo también lo digo lo del padre de Llamazares. Yo soy más izquierdista que el PSOE, pero... Digamos que es el mal menor, pero quede claro que política al magen yo, como decía el mío, he intentado no retirar nunca a un amigo de mí ni por su raza ni por su religión ni por su opción política.

P.- Ahora que está de moda hablar de niñas, ¿cómo sale una niña tan roja de una familia de derechas?

R.- Yo tenía un tío militar guapísimo que se llamaba Alfonso que nunca estaba y que de golpe y porrazo dejó de estar para siempre. Estaba en un campo de concentración en Alicante y de repente lo desaparecieron. A mi bisabuelo se lo llevaron y no volvió nunca. A mi abuelo, que pasó muchísimos años en la cárcel, lo salvaron unas monjitas a las que él había ayudado antes...

P.- ¿Llegó a pisar una celda?

R.- Sí, unos días, aquí en Ceuta, en el cuartel de la Guardia Civil. Me denunció un compañero, me llevaron al cuartel y de allí al barco, en 1975, camino de Madrid. Fue muy duro, pero más por lo que sufrieron mis padres esos días que por mí.
 

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