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OPINIÓN - JUEVES, 6 DE MARZO DE 2008

 
OPINIÓN / COLABORACIÓN

La extraña reclamación de Hacienda

Por Ramón Ros


Estaba concluyéndose el expediente para la licitación de las obras de soterramiento del tráfico en el centro de la ciudad (independencia-alcalde vítori-plaza de la constitución), cuando la Ciudad Autónoma recibe un escrito del Ministerio de Hacienda reclamando la devolución de la parcela donde se ubica actualmente el mercado central, parcela esta que fue objeto de cesión al Ayuntamiento de Ceuta en los albores del pasado siglo y sobre la que la Ciudad ya había manifestado su intención de actuar desde hace varios meses.

La actuación que la Ciudad Autónoma ha programado en esa parcela, consiste en la demolición del edificio del actual Mercado Central, en concordancia con el proyecto de soterramiento del tráfico que va en paralelo al mismo, recuperando así el antiguo foso de la Almina y su recinto amurallado y por tanto un gran espacio histórico y de esparcimiento para todos los ceutíes. En definitiva, una actuación que huye de la especulación del suelo y recupera historia y espacio para los ciudadanos, al tiempo que mejora la prestación de algunos servicios, como el tráfico, la instalación de un intercambiador de autobuses y la solución a largo plazo sobre un nuevo Mercado Central más moderno y competitivo.

No parece desde ningún punto de vista jurídico racional, que se modifique sustancialmente el uso de la parcela, que sigue al servicio de los ciudadanos, aunque formalmente haya que solucionar eso que el Gobierno de la Ciudad ha calificado con acierto como incidente administrativo.

Lo cierto es que las cesiones de suelo que durante el pasado siglo fue realizando el Estado a favor del Ayuntamiento, estuvieron promovidas por las necesidades de una ciudad que crecía día a día y que por tanto necesitaba ampliar servicios, viales y todo tipo de dotaciones e infraestructuras, todo ello frente a la cada vez menos necesaria ocupación de suelo sobre todo por parte del Ministerio de Defensa, que finalmente y ya en el siglo XXI ha decidido concentrar en una base única todas sus fuerzas y equipamientos en la ciudad.

La reacción del Gobierno de Ceuta a la pretensión del Estado a estas alturas sobre la parcela en cuestión ha sido la adecuada, al estar cargada de prudencia y de sentido común, apelando a la lógica de las cosas y al mutuo respeto entre administraciones, a las que se presume, a las dos, que trabajan únicamente en defensa del interés general de los ceutíes, lo cual descarta cualquier intencionalidad en el acto formal de la reclamación por parte del Gobierno de España, si tomamos en consideración que la misma se produce en el momento en que el Gobierno de la Ciudad iba a plantear la licitación del proyecto y de las obras del soterramiento y derribo del actual Mercado Central y coincidiendo al tiempo también con la celebración en unos días de las elecciones generales.

Si ciertamente lo único que ha ocurrido tiene que ver con cuestiones administrativas, nadie puede en principio sospechar que “alguien” está jugando en estos momentos tan decisivos a poner zancadillas al Gobierno de Vivas sobre algo que sólo tiene el carácter de una obra para mejorar los servicios públicos y la imagen y la proyección de Ceuta. Y si sólo se trata de cuestiones administrativas, el arreglo será fácil, sencillo y rápido.

Pero si “alguien” ha tratado de utilizar esta cuestión para seguir erosionando la imagen del Presidente, se estaría jugando a ese juego sucio partidista que sólo pretende asolar y se olvida de lo más importante: los ciudadanos.

Las primeras reacciones del PSOE y de la UDCE, han sido claramente desafortunadas, casi de animal carroñero, tildando al Gobierno de Vivas de falto de previsión y demás calificativos que no merece la pena reproducir, haciendo oídos sordos a las explicaciones dadas sobre un expediente bien construido, que no se derrumba en absoluto por un incidente como el suscitado por el Ministerio de Hacienda, que, sin duda, tendrá solución.

Lo razonable es lo manifestado por el Gobierno Autónomo en su comunicado de prensa, que consiste en mantener una reunión aclaratoria con la Administración del Estado, por cuanto los servicios jurídicos de la Ciudad entienden que la cesión que en su día realizó el Estado es efectiva y la actuación programada encaja perfectamente con los fines de la misma. Lo razonable igualmente es trabajar en defensa del interés general y no del interés partidista y desde esta perspectiva se puede prever un rápido acuerdo entre ambas administraciones, aunque este acuerdo escueza a más de uno que desearía ver a Vivas humillado y frustrado en cuanto a sus expectativas de programación política.

Este es el momento de la tranquilidad, de la altura de miras y de la más absoluta lealtad institucional. El griterío no conduce a nada, sólo a pequeñas satisfacciones para algunos que se conforman con bien poco.
 

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