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                     El hecho de que los ceutíes, por 
					casi 18.000 votos, hayan decidido elegir como senadora a Luz 
					Elena Sanín ha provocado un claro efecto enorgullecedor al 
					otro lado del Atlántico. 
					 
					No son pocos los medios de comunicación que han destacado la 
					noticia. Las agencias ha funcionado y España [concretamente 
					Ceuta] es noticia en Colombia, Ecuador, Venezuela, México y 
					hasta algunas cadenas norteamericanas de ambito latino 
					porque Luz Elena Sanín, una reconocida hispano-colombiana se 
					ha convertido en senadora de España. Algo por lo que también 
					debemos enorgullecernos en Ceuta, sencillamente porque hasta 
					en eso podemos dar ejemplo de diversidad y de integración. 
					 
					Ceuta es, sencillamente diferente. Quizá sea diferente para 
					muchos asuntos, algunos más agradables que otros. En este 
					caso podemos afirmar que es una evidencia que los ciudadanos 
					no han mirado la partida de nacimiento de nadie. Se ha 
					comprobado que los ceutíes han elegido a la persona, en 
					primer lugar y al partido político en segundo lugar o 
					viceversa, pero nunca se miró cualquier otro asunto de 
					índole más innoble. Algo que repercute definitivamente en la 
					buena imagen de una población acostumbrada a convivir y que 
					no rechaza, en ningún momento, lo diferente sino todo lo 
					contrario, lo acoge, porque enriquece. Quizá muchos no se 
					den cuenta de la riqueza intrínseca con la que cuenta Ceuta 
					y los ceutíes. 
					 
					Luz Elena ha causado un efecto exportador evidente que no 
					debe obviarse. El mundo latinoamericano está conociendo que 
					Ceuta existe a este lado del Atlántico, en el norte de 
					Africa y que es parte integrante de la nación española [la 
					madre Patria] porque una de las actas para el Senado será 
					para una representante ceutí oriunda de Colombia. Española 
					orgullosa y reconocida, Sanín Naranjo es un eslabón 
					necesario e importante para ejemplificar a las claras la 
					realidad de Ceuta y la auténtica realidad de España. 
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