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sociedad - MARTES, 18 DE MARZO DE 2008


ceballos durante la celebración. rincón.

semana santa 2008 / misa crismal
 

Monseñor Antonio Ceballos bendice los santos óleos en la Misa Crismal

Numerosos fieles se dieron cita ayer tarde
en la Catedral para celebrar junto al obispo la consagración del Santo Crisma
 

CEUTA
José Manuel Rincón

local
@elpueblodeceuta.com

El obispo de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, monseñor Antonio Ceballos Atienza finalizó ayer su estancia en nuestra ciudad, tal y como viene haciendo año tras año, con la celebración de la Santa Misa Crismal, la cual dió comienzo a las ocho de la tarde en la Santa Iglesia Catedral. Ceballos Atienza llegó a nuestra ciudad el pasado Viernes de Dolores participando en el tradicional Besamano y Besapie de la Cofradía del Mayor Dolor y en el Via Crucis organizado por el Consejo de Hermandades. Finalmente el pasado domingo celebró la bendición de palmas y estuvo presente en el inicio de la Semana Santa de Ceuta.

La Santa Iglesia Catedral acogió, en la tarde noche de ayer, la celebración de la Misa Crismal, donde el obispo de Cádiz y Ceuta, Antonio Ceballos Atienza celebró con todos los presbíteros de la diócesis y los cientos de fieles que se dieron cita en el Templo Catedralicio dicha Misa. Fieles estos que se vieron divididos ya que parte estaba acompañando al Señor de Ceuta en su traslado desde la Iglesia de San Ildefonso hasta su Casa de Hermandad, y la otra parte fue la que asistió a la Seo Septense para celebrar junto al obispo la consagración del Santo Crisma.

En este sendito hay que comentar que la Misa Crismal es una de las principales manifestaciones de la plenitud sacerdotal del obispo y como signo de la unión estrecha de los presbíteros con él. En ella el obispo, Antonio Ceballos Atienza, consagró el Santo Crisma, bendiciendo posteriormente los óleos de los catecúmenos y de los enfermos.

El Santo Crisma, es decir el óleo perfumado que representa al mismo Espíritu Santo, nos es dado junto con sus carismas el día de nuestro bautizo y de nuestra confirmación y en la ordenación de los diáconos, sacerdotes y obispos.

La palabra crisma proviene de latín: chrisma, que significa unción. Así se llama ahora al aceite y bálsamo mezclados que el obispo consagra para ungir a los nuevos bautizados y signar a los confirmados. También son ungidos los obispos y los sacerdotes en el día de su ordenación sacramental.

La liturgia cristiana ha aceptado el uso del Antiguo Testamento, en el que eran ungidos con el óleo de la consagración, los reyes, sacerdotes y profetas, ya que ellos prefiguraban a Cristo, cuyo nombre significa “el ungido del Señor”.

El crisma se hace con aceite y aromas o materia olorosa para significar “el buen olor de Cristo” que deben despedir los bautizados.

Con el óleo de los catecúmenos se extiende el efecto de los exorcismos, pues los bautizados se vigorizan, reciben la fuerza divina del Espíritu Santo, para que puedan renunciar al mal, antes de que renazcan de la fuente de la vida en el bautizo.

Finalmente el óleo de los enfermos, cuyo uso atestigua el apóstol Santiago, remedia las dolencias de alma y cuerpo de los enfermos, para que puedan soportar y vencer con fortaleza el mal y conseguir el perdón de los pecados. El aceite simboliza el vigor y la fuerza del Espíritu Santo.
 

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