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cultura - LUNES, 7 DE ABRIL DE 2008


estatua de la columna de Hércules. ep.

La historia del Estrecho
 

La catarata de las
Columnas de Hércules

El Mar Mediterráneo perdió sus aguas hace 5,6 millones de años, y tras varios centenares de miles en los que se vio reducido a un pequeño lago, volvió a llenarse rápidamente en un acontecimiento dramático
 

CEUTA
Fernando M. Caracena

local
@elpueblodeceuta.com

Según los mitos griegos, el décimo trabajo de Hércules consistió en robar las vacas del monstruoso Gerión que vivió en una isla que posteriormente pasaría a ser parte de lo que hoy es Cádiz. A su paso el héroe erigió las Columnas de Hércules: Gibraltar y Ceuta, antiguamente conocidos como Calpe y Abila. Los mitos difieren en si las construyó para conmemorar su paso o para avisar a los marineros que sólo más allá de estas tierras se encontraba el Océano y el fin del mundo. En una de las versiones se refiere también que Hércules separó las montañas anteriormente unidas y creó el paso del Estrecho de Gibraltar. Hay estudiosos que consideran que los mitos contienen vestigios de hechos históricos reales transformados en fábulas extraordinarias por el pensamiento mítico. En este caso la peripecia de Hércules guarda relación con algo que pasó realmente, pero en un periodo muy anterior a los tiempos en los que ningún griego, indoeuropeo u hombre moderno pisara la tierra.

Hace unos 5,6 millones de años, el Mediterráneo se desecó. Quedó reducido a un pequeño lago de una altísima salinidad y los territorios anteriormente sumergidos bajo la línea del mar emergieron durante unos 260.000 años. Pero tras este tiempo las aguas volvieron a ocupar las cuencas mediterrráneas a una velocidad extraordinaria desde un punto de visto geolólogico. ¿Cuáles fueron las extraordinarias fuerzas que provocaron un hecho dramático similar al que cuentan los mitos antiguos?

La deriva continental

La teoría geológica de las placas tectónicas sostiene que la superficie terrestre, la litosfera, está dividida en placas de tierra sólida que se sostienen sobre material en estado semi-fluido. Hay siete placas principales de gran tamaño y algunas más pequeñas como la placa Arabe o la India. Ceuta se encuentra muy cerca del borde de la placa africana, próxima al punto de encuentro entre ésta y la placa euroasiática que se produce aproximadamente en el valle del Guadalquivir.

Las placas no se encuentran estáticas sino que se desplazan a una velocidad variante y dependiente de cada región, pero como dato aproximativo se puede dar la cifra de un movimiento de 2,5 centímetros al año. No es mucho, pero con la acumulación de tiempo provoca grandes transformaciones en la superficie terrestre. Se piensa que el movimiento está provocado por las corrientes de convección producidas por el magma del manto que quiebran y fraccionan la litosfera. Las corrientes de convección se producen por diferencias de temperatura, el magma que se encuentra a mayor profundidad se calienta por su mayor cercanía al núcleo lo que hace cambiar su densidad y que el fluido ascienda, una vez enfriado cerca de la superficie el fluido vuelve a descender. Se sabe que en la parte inferior a la litosfera, la astenosfera, poseen patrones regulares de estos flujos que duran miles de años y actúan de forma similar a una cinta transportadora.

Este lento y continuo movimiento ha provocado muchas transformaciones en la superficie de la Tierra. Se ha teorizado que las masas terrestres se unen y vuelven a desunir de forma cíclica formando lo que se conoce como supercontinentes cada cierto tiempo. Algunos de estos supercontinentes han reunido a la mayor parte de las superficies emergidas en todo el mundo. Se ha teorizado que el primero fue Vaalbará y que han existido otros como Rodinia o Pannotia.

El último de los supercontinentes, y el más conocido, fue Pangea que surgió hace unos 300 millones de años y se volvió a dividir hace 200. Estas tierras se partieron en dos continentes que a su vez se subdividieron en varias más. En el encuentro de la placa africana y la euroiasiática, tras un alejamiento y una deriva de millones de años, es donde se produce la desecación del Mediterráneo. La dirección del movimiento de los continentes era, a grandes rasgos, Europa dirigiéndose hacia el sur y África hacia el norte. Las salidas por las que se comunicaba el Mar Mediterráneo en aquel entonces estaban situadas más al sur que el estrecho actual, en la separación que poco a poco iba menguándose con el recorrido de África y Europa. Cuando hace unos 5,6 millones de años el acercamiento es suficiente, las comunicaciones mediterráneas se cierran y el mar queda aislado de los oceános y se reduce drásticamente.

El aislamiento duró varios centenares de miles de años. En el estrecho actual se había erguido el macizo bético-rifeño y sus montañas formaban un dique que impedía que las aguas del Atlántico alimentaran las cuencas mediterráneas. Pero hace algo más de 5,3 millones de años se produjo una desglaciación que provocó el ascenso de los mares. El ascenso fue suficiente como para superar el antiguo dique y formar una catarata que debió ser absolutamente espectacular y una de las mayores de la historia. El Mediterráneo volvió a llenarse rápidamente y la poderosa catarata provieniente del Atlántico desgastó la roca del macizo bético-rifeño y lo dividió en dos. A partir de entonces el aspecto del Mediterráneo es muy similar al actual.

Una de las curiosidades que ha dejado este acontecimiento en el Mediterrráneo es su batimetría. El relieve de las superficies sumergidas en el Mediterráneo describe la trayectoria de antiguos ríos que surcaron las tierras anteriormente secas, continuación en ocasiones de cuencas de río actuales, y en El Estrecho queda la huella del enorme torrente de agua que entró proveniente del Atlántico.
 


El futuro del estrecho: la colisión entre los continentes europeo y africano

El proceso de la deriva continental no se va a detener porque el hombre se encuentre en la superficie de la Tierra. El acercamiento entre Europa y África continúa, existe entre ambas una falla deformante que hace que la Península Ibérica se dirija hacia el sureste en dirección al Mediterráneo y que África lo haga hacia el noroeste en dirección al Atlántico. La colisión entre ambos continentes se producirá en un futuro y el Mediterráneo volverá a secarse. En realidad, en base a la teoría de la formación de supercontinentes de forma cíclica, se espera que para dentro de 250 millones de años todas las masas continentales vuelvan a unirse en lo que se conoce como Pangea Última o Amasia, aunque los procesos en los que se basa la predicción pueden cambiar.
 

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