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sociedad - MIÉRCOLES, 9 DE ABRIL DE 2008


francisco y maría junto a su hijo. s.a..

NEGLIGENCIAS MÉDICAS
 

Los hijos que no pudieron vivir

Francisco Carrasco y María del Valle, padres de los mellizos que fallecieron en el Hospital del INGESA pocas horas después de nacer, denuncian que su caso se encuentra paralizado un año y medio después
 

CEUTA
Sheila Anaya

local
@elpueblodeceuta.com

Francisco José Carrasco y María del Valle iban a ser padres de unos mellizos, un niño y una niña. Ella estaba embarazada de 26 semanas cuando comenzó a tener dolores en un costado que la familia atribuyó a un cólico nefrítico que ella había sufrido dos días antes. Inmediatamente, acudieron al Hospital del INGESA, donde les dijeron que estaba de parto. Esto sucedió el 30 de noviembre de 2006. Los niños pesaron poco más de 600 gramos, a lo que los padres exigieron que fueran evacuados inmediatamente a la Península para recibir una asistencia más amplia y meterlos en una incubadora.

Sin embargo, Francisco cuenta que “nos dijeron que eso no merecía la pena porque de todas formas morirían al cabo de los diez minutos, por lo que no iba a dar tiempo a trasladarlos”. Así, según la versión de los padres, los médicos desatendieron el auxilio a los pequeños y el resultado fue el fallecimiento del niño a las 13 horas del nacimiento y el de la niña a las 20 horas. En ese tiempo, se sucedieron una serie de extrañas circunstancias que llevaron a la muerte de los pequeños. “Mi padre los tapó con una sábana, pero cuando llegó la ginecóloga se la quitó porque decía que eso era alargarle la agonía” asegura Francisco. “No les dieron dieron asistencia ni les hicieron pruebas de ningún tipo, los dejaron morir desnudos y liados en una toalla” explica María.

Tres meses después, los padres interpusieron una denuncia contra el hospital, desde el que “alegaron que no habían cometido ningún error, sólo enseñarnos los niños”. Así, se abrió una causa que aún hoy continúa pendiente en los juzgados de Ceuta en el que hay tres imputados por homicidio imprudente y negación del auxilio: los dos pediatras y la ginecóloga que atendieron a María.

Petición de inhabilitación

Durante la declaración de los tres médicos, estos admitieron no haber prestado asistencia a los pequeños. Además, en el caso de uno de ellos, se certificó mediante el Colegio de Médicos que “no poseía la formación adecuada para estar en Pediatría, mientras que el otro ni siquiera tiene el MIR, así que si no están cualificados que no trabajen en el hospital”. “Incluso uno de ellos dijo que los bebés murieron por problemas del corazón, pero no pudo demostrar esto porque no había ninguna prueba” señala María. Estas tres personas continúan a día de hoy trabajando en el área de maternidad del Hospital del Ingesa. Y esto es precisamente lo que aterroriza a Francisco y María, el hecho de que “siguen allí y nuestro caso puede volver a repetirse otro día con cualquier otra persona”. Eso es lo que persigue el matrimonio, ya que “el dinero no nos interesa, si viene será bienvenido pero no será disfrutado con gusto” declara el padre de los pequeños. Por ello, su principal reclamación es la inhabilitación de los médicos que les atendieron aquel día.

Los últimos documentos aportados por la familia al juez fueron unos peritajes avalados por un catedrático de la Universidad de Comillas en el que se estudió la viabilidad de los niños para seguir con vida. Sin embargo, el tribunal solicitó otro peritaje comparativo “que es el que ahora estamos esperando desde hace cuatro meses” comentan los padres. Pero este trámite se está alargando más de lo esperado a causa de la huelga de justicia, por lo que esperan que su caso “sea resuelto pronto, porque esto no puede alargarse durante años”. A esto, añaden que “sabemos que según el protocolo, cuando un neonato vive más de cinco minutos los médicos deben prestarle asistencia”.

Otro asunto es el de la autopsia, que los padres pidieron cuatro veces “y que el juez no consideró necesario hacer porque los médicos reconocieron que no los asistieron”. Pero el abogado del matrimonio, José Luis Ortiz, va más allá, y dice que “en este caso hay una mano negra, alguien que no quiere que esto salga a la luz”. Entre los motivos, destaca que “el hospital habló con los padres y les dijo que correría con los gastos del entierro, pero no les dijeron que los iban a meter en una fosa común”. Por ello, el abogado concluye que “los enterraron con prisa para que no se descubriera que realmente murieron de frío por estar tantas horas desasistidos”. Para Ortiz, otra coincidencia extraña en este caso es que “el forense alegó que tenía amistad con los imputados y posteriormente el juez dictó una providencia y se nombró de oficio a otra persona, la cual exigía 6.000 euros de provisión”. Si finalmente se estima una mala praxis, el caso pasará al Juzgado de lo Penal.

Ahora, Francisco y María son padres de un precioso niño de apenas cuatro meses que, curados de mal, nació en el hospital Virgen del Rocío de Sevilla.
 

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