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ACTUALIDAD - SÁBADO, 12 DE ABRIL DE 2008


Gutiérrez Romer. s.a.

ENTREVISTA / Francisco Manuel Gutiérrez
 

Francisco Gutiérrez: «Es necesario que Ceuta cuente con un juzgado para violencia de género»

El magistrado del Juzgado de Instrucción e Instancia número 3 de Ceuta desgrana en su libro los aspectos procesales de la violencia de género, destacando como novedad la protección a la mujer extranjera

CEUTA
Sheila Anaya

local
@elpueblodeceuta.com

Pregunta.- ¿Cómo surgió la idea de escribir este libro?

Respuesta.- La idea comenzó cuando inicié los estudios de Doctorado en la Universidad de Sevilla. Yo quería hacer la tesis sobre el tráfico de drogas pero el catedrático que la dirigía me dijo que ese era un tema muy trillado en el que poco podía aportar. Entonces me propuso hacerla sobre violencia de género. Al principio pensé que de este tema tenía poco que decir en materia jurídica pero luego vi que no. Dentro del ámbito de la violencia de género yo me decidí a escribir sobre los trámites procesales. Me metí a ver que antecedentes había, la problemática en las competencias de los juzgados de violencia sobre la mujer, miré la diferencia que había entre le legislación y su evolución anterior, etcétera. Luego también me di cuenta de que debía tocar el tema de las medidas judiciales de protección y seguridad de las víctimas así que hice un estudio más concreto de las llamadas ‘órdenes de protección’ recabando información sobre su aplicación en los juzgados y sus lagunas.

P.- ¿Cual señalaría como la gran novedad?


R.- Hago referencia a un tema curioso y poco tratado que tiene lagunas y que es la violencia sobre la mujer extranjera, desde un punto de vista práctico. De lo que se trata es de dar solución a estos problemas que yo ya sufrí diariamente como titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Aracena, por lo que sé qué dificultades se presentan en la práctica. También hago referencia a la creación de una nueva figura que es la del fiscal delegado de violencia de género. Analizo sus funciones y cual debería ser su participación en los procesos civiles y penales. Por último, hay que tener en cuenta que con la ley cambió la competencia territorial del tribunal que se hace cargo de los hechos, ya que antes se establecía el juzgado del lugar donde se había cometido el delito y ahora se realiza en el tribunal competente del sitio donde reside la víctima.

P.- ¿A quién va dirigido el libro?

R.- No está destinado solo al ámbito judicial sino a todos los operadores que intervienen en esta materia, como Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, abogados, cuerpo sanitario, maestros y a todos los interesados en conocer el tema desde el punto de vista procesal de una forma práctica.

P.- Los casos de denuncias interpuestas por hombres van en aumenta. ¿Cual es la situación en esta ley?

R.- Esta normativa tiene 116 cuestiones de inconstitucionalidad que se han planteado, porque se decía que no se podía legislar en función de que el sujeto activo fuera un hombre y el pasivo mujer. El tema está en que cuando la agresión se produce de hombre a mujer es delito y de mujer a hombre es falta. Hasta el momento no se ha resulto ninguna cuestión pero mi opinión es que la ley ataja el problema de la violencia sobre la mujer pero se olvida del resto de agentes sensibles de sufrir agresión, como menores, discapacitados y hombres. Yo no pienso que la ley sea inconstitucional porque existe una discriminación positiva que se fundamenta en que cada vez hay más agresiones y hay que ponerles freno con el endurecimiento de las penas.

P.- En muchos casos la denuncia produce un daño a la imagen del hombre sin haberse demostrado su culpabilidad, ¿cómo se recoge esto?


R.- Este es el problema de tener tanta alarma social con el tema de la violencia sobre la mujer. Yo entiendo que los cuerpos de seguridad tengan una circular, pero si se trata de una denuncia de maltrato detienen inmediatamente a esa persona, mientras que para otro tipo de delitos sólo se les toma declaración. Para mí es lo mismo, lo que hay es que valorar el peligro y el riesgo. No es lo mismo denunciar una simple coacción a sufrir una agresión fuerte, pero lo que no se puede hacer es proceder a la detención por el mero hecho de denunciar sin hacer ninguna diligencia más. Así, a lo mejor se sufre una situación de daño moral sin motivo.

P.- ¿Cómo se tratan estas cuestiones en los juzgados de Ceuta?


R.- Aquí no hay un juzgado específico para violencia de género y esa es una de las conclusiones más importantes que saco en el libro, porque ahora se van a crear en 15 lugares con menos volumen y población que Ceuta. De todas formas, mientras todos los partidos judiciales no cuenten con este tribunal no estaremos cumpliendo los preceptos de la ley. Aquí esta labor se compatibiliza con la labor ordinaria en el Juzgado de Instrucción número 4, pero eso provoca que no se atiendan los procesos adecuadamente por el volumen de trabajo. Esto hace que la mujer muchas veces no se decida a dar el paso adecuado y denunciar la agresión, y no se le presta asistencia, ya que no se canaliza de forma adecuada. Por ello, mi compañero del Juzgado número 4 ha hecho varios informes, al igual que la Secretaría de Gobierno, el Colegio de Abogados, el de Procuradores y la Delegación del Gobierno.

P.- ¿Piensa que los habitantes de un territorio con tanta mezcla de culturas como Ceuta están concienciados sobre la violencia de género?


R.- Aquí ocurre muchas veces el mismo caso que en el ámbito rural. No es una generalidad, pero hay un porcentaje muy pequeño que denuncia porque piensa que así va a obtener una orden de protección, y esto es algo así como el título que le dan a muchas personas para poder acceder a muchas ayudas: sociales, de vivienda, de renta de empleo, inserción. Es más, se ha detectado algún caso en el que hay una connivencia entre agresor y víctima para denunciar, obtener la protección y después solicitar una ayuda. Esto hace que la mujer que realmente ha sido maltratada muchas veces no se atreve a denunciar. En esta variable también entras la cultura musulmana que hay en Ceuta, porque las mujeres consideran que deben aguantar al hombre porque Dios les ha concedido el derecho a vivir con esa persona, así que lo llegan a aguantar todo y no denuncian. Lo mismo ocurre con el ámbito rural, donde no se ha llegado a esa sensibilización y esa prevención, donde la mujer piensa que se casa para toda la vida y tiene que aguantar lo que le echen.

P.- ¿Cómo se podría evitar esto?


R.- Por el principio de mediación. Si el juez le tomara declaración a todas las víctimas y no lo hiciera el funcionario, se daría cuenta perfectamente de cual miente, cual no y las contradicciones que se produce. Pero como en Ceuta no hay un juzgado específico, es imposible que el juez realice todas las declaraciones porque tiene causas civiles, penales, con preso y además violencia de género.
 

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