PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - MIÉRCOLES, 16 DE ABRIL DE 2008

 

OPINIÓN / EL OASIS

García-Arreciado debe continuar
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

El delegado del Gobierno, Jenaro García-Arreciado, debe estar hecho un flan. Por más que él trate de aparentar calma, seguro que tiene puesto sus cinco sentidos en Elena Salgado: ministra de Administraciones Públicas, que habrá de decidir si el onubense continúa en el cargo.

A García-Arreciado se le nota demasiado que desea permanecer al frente de la Delegación del Gobierno. Y se le nota, sin duda, porque siempre se ha expresado sin ambages al respecto. En una palabra, sus manifestaciones han sido siempre claras y concisas: me gustaría seguir. Lo cual demuestra que el político onubense está ya muy seguro del terreno que pisa.

Conviene destacar, pues, que al delegado no le arredran los problemas ni las críticas tendenciosas ni, por supuesto, el tener que defenderse todos los días de las tarascadas de los parlamentarios populares. Sabe que en esta ciudad puede ser sambenitado en un santiamén. Y tantas veces como se oponga a los intereses de una clase que está convencida de merecerlo todo. Y nunca le ha temblado el pulso cuando ha hablado o actuado. No siempre con acierto. Faltaría más.

García Arreciado se ha ganado con creces el derecho a que la ministra siga confiando en él. Y sería una decisión atinada. Porque toda gestión está necesitada de continuidad. En su caso, además, está demostrado que ha adquirido la experiencia suficiente para desempeñar mejor su cometido. Nada le es ya extraño y se ha aprendido de memoria cómo desenvolverse en una tierra donde no resulta tarea fácil defender las posturas del Gobierno.

Pero tampoco conviene olvidar lo bien que se ha adaptado a Ceuta. Lo cual no ha estado al alcance de todos los delegados del Gobierno que han pasado por aquí. El ejemplo más reciente lo tuvimos con Jerónimo Nieto. Quien era un hombre pegado a un bostezo y que vagaba mustio como alma en pena. Tal era la sensación de abatimiento que daba el abulense, que un día le pregunté a un parlamentario del PP, el motivo por el cual exhibía tamaña tristeza el delegado del Gobierno. Y la respuesta fue la siguiente: “Vino porque sí. Y está deseando irse”.

Por lo tanto, he aquí otro motivo para defender el que siga ocupando su puesto García-Arreciado. De quien conviene decir lo siguiente: su saber estar en los momentos más complicados por los cuales ha pasado el socialismo ceutí, tras la dimisión de su secretaria general: María Antonia Palomo. Tal es así, que me da a mí en las pituitarias que Salvador de la Encina, diputado tan influyente en la calle Ferraz, hará todo lo posible porque su compañero de partido permanezca como delegado del Gobierno en Ceuta.

Y en lo tocante a las relaciones con Juan Vivas, apostaría doble contra sencillo a que éste vería la continuidad de JGA como la mejor solución para poder proseguir las conversaciones acerca de los trueques de parcelas y edificios que la Ciudad y el Gobierno se traen entre manos. De lo contrario, si se produjera la llegada de un nuevo inquilino al edificio sito en la plaza de los Reyes, habría un inevitable empezar de nuevo. Con los consiguientes trastornos que cualquier comienzo causa entre partes. Y lo peor de todo, créanme, sería ver cómo hace las primeras prácticas un delegado del Gobierno. A ciegas y bajo la espada de Damocles.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto