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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 16 DE ABRIL DE 2008

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

La cultura del NO
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Hace un par de días, yo que de ordinario no veo la televisión, en uno de esos ratos que uno no tiene qué hacer, sintonicé la Primera de TVE y en esos momentos estaba en pantalla Jordi Pujol.

El ex honorable de Cataluña, que no tiene un pelo de tonto y que en los años que estuvo al frente de la Generalitat dominó más que bien su terreno, hablaba precisamente de esa cultura del NO, que con tanta frecuencia se vive en nuestros días.

Y algo que, en teoría, debiera considerarse como nefasto él lo atenuaba y lo tildaba de bueno y además de democrático:” es bueno y democrático poder decir NO, porque frente a eso también se puede decir SI, en otras ocasiones”.

Él, cuando pronunciaba estas palabras, estaba pensando en el problema del agua para Cataluña y en esa disparidad de criterios que hay y ha habido entre las corrientes políticas, en las que lo que unos dan como bueno, o al menos aceptable, los contrarios lo consideran perjudicial, se oponen a ello y dejan pasar el tiempo sin que el verdadero problema se haya solucionado.

Jordi Pujol que, en tantos años al frente de la Generalitat, tuvo que frecuentar la Moncloa en la que estuvieron Adolfo Suárez, Felipe González y José María Aznar, no habló mal de ninguno de ellos, pero de Suárez llegó a decir que todavía no ha recibido el homenaje que España le debe.

Sobre González decía que comenzó con serios enfrentamientos entre ambos y que al final habían terminado bien, mientras que de Aznar dijo que habían empezado muy bien y terminaron sólo regular.

Está claro que en todos esos contactos y en todas las apreciaciones del que fue honorable, estaba en juego el término solidaridad al que con tanta frecuencia se alude en el mundo que hoy vivimos y que tanto los políticos como ciertas “ongs” citan a cada paso.

Aquí también el catalán, que antepone su catalanidad a su propia esposa, nos daba una lección de saber negociar, cuando no se tiene nada y se quiere conseguir cualquier cosa:”La solidaridad hay que aplicarla con lo ajeno, no con lo propio”. Con más rotundidad no se puede hablar de un término tan extendido, al que tildó de “ser una hipocresía”.

Con pocas palabras enlazaba esa cultura del NO, con la verborrea política en la época de elecciones, y como él, repito, se declaró catalanista, por encima de todo, no podía por menos de mandar un mensaje, perfectamente cifrado, al Gobierno de España. Seguía con el asunto o con el problema del agua en Cataluña:” La obligación de resolver los problemas es del Gobierno Central, puesto que el Gobierno Central es el Gobierno de todos los españoles”.

Me alegró oír esto al ex honorable, lo que no me agrada tanto es que exculpe, como exculpó, “porque son una minoría”, a los que queman las banderas de España, o a esos mismos que queman las fotos del Jefe del Estado. A eso, parece que, no le daba él demasiada importancia, y es que aquí cada uno se dirige hacia donde más puede sacar, o lo que es lo mismo :”uno es partidario de lo suyo”, en este caso Cataluña y “lo 2º es su familia que no es precisamente lo mejor”.

Un político de renombre puede hacer encaje de bolillos con sus palabras, aunque sea defendiendo, a su manera, la cultura del NO, o condenándola según vengan los aires. Todo un catalán.
 

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