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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 16 DE ABRIL DE 2008

 
OPINIÓN / LIBRE DIRECTO

Para leer entre líneas

Por Eduardo Sánchez


Ala edad de trece años, experimenté por primera vez el daño que se le podía hacer a una persona mientras hacia deporte. Jugaba en el “Imperio de Ceuta” de infantiles por aquellas fechas. En este partido de base, pude presenciar en directo, como el delegado del equipo contrario al finalizar el primer tiempo, arrancaba del corner el banderín y, subiéndose en la espalda del arbitro (ya que este último era muy alto y el otro muy bajo) le agredió con continuos golpes en la cabeza hasta hacerlo caer al suelo, más tarde, lo hospitalizaron. El motivo de la agresión, de vital importancia para el agresor, su equipo al finalizar la primera parte perdía 2-1 y no lo concebía.

Este hecho, se quedó en mi retina para toda la vida. No podía comprender y no comprendo con el paso de los años como una situación de deporte, dónde, el ser humano tanto como jugador/ entrenador/directivo o espectador debe salir psicológicamente reforzado tras un tiempo de placidez y diversión, se convierten en verdaderos animales de selva cuando entran en un estadio.

La competición de cualquier deporte solo tiene tres resultados posibles; ganar, empatar o perder y siempre no vamos a ganar. Se puede hacer mal o bien en el desarrollo del juego, ya sea como arbitro, jugador o entrenador, pero nadie merece que atropellen su integridad o lo humillen públicamente por perder o empatar un partido.

El árbitro, persona vestida de negro, de la cual, nadie estará contento nunca con su actuación por muy bien que lo haga. Si gana uno, el que pierde, siempre dirá que el árbitro ha tenido parte de culpa. Si empatan los dos, al arbitro se le recriminara por cualquiera de ellos que, se le escapado un penalti en el minuto noventa, unos y otros se marcharán enfadados. Si no logran su objetivo, el árbitro es el responsable. Si su club va mal, los árbitros tienen la culpa. En resumen ¿Nadie ha pensado realizar una competición sin árbitros y reglas? Se puede aplicar solamente la Ley del más fuerte.

Ahora bien, no recuerdo haber vivido una situación en la que los jugadores de un equipo hayan agredido a un entrenador por la mala disposición del equipo en el campo y no haber ganado. Ni tampoco, recuerdo que se le haya agredido al delantero de un equipo por sus compañeros por haber fallado un gol o a su portero por recibirlos.

O quizás, no recuerde que una plantilla haya agredido a su presidente por no haber fichado adecuadamente al entrenador o no haber pagado la prima o el sueldo de los jugadores. Pero si recuerdo, muchas ocasiones en que, la “furia” de la impotencia deportiva, un mal día o un equipo superior, son motivos suficientes, para pegarle un “trompada” a un árbitro o a un asistente para justificar lo injustificable.

Este fin de semana pasado, un joven colegiado de Ceuta que realizaba la función de asistente en un campo de fútbol de esta Federación Ceutí, fue agredido por una persona, y le llamo así, porque pienso que los animales a veces son más racionales. La ilusión de unos años arbitrando o asistiendo en las bandas, ha desaparecido en un segundo, con un puñetazo en la boca para este joven árbitro. Su error, ser juez de banda en la Ciudad de la convivencia de distintas culturas y razas. Lo positivo de todo esto, el arrepentimiento del ejecutor de la agresión públicamente, con ello, ha demostrado que ha vuelto a la normalidad de lo que es la vida y el respeto por los demás. Ahora bien, el daño esta hecho. Puedo pensar que, podemos tener un momento malo en la vida, pero siempre, hay una victima por medio. Demasiadas circunstancias se dan en el mundo para que llevemos también la violencia a los estadios o campos de deportes sin motivo o con motivo.

Esta situación, no es nueva para los que estamos en el fútbol desde hace años, aunque sufriendo lo que, nadie se atreve a contar por miedo, intereses o por temor a la represión que aplican algunos representantes del fútbol a los que intentan mejorar la organización deportiva desde hace años en la ciudad. Otro tipo de agresión que también ha existido y existe en la oscuridad de la red que tienen extendida por la ciudad.

Es muy complicado estar en el momento justo de la agresión en cualquier terreno de juego e impedirlo o deducir lo que puede pasar por la mente de cualquier agresor en un santiamén, pero con la aplicación de medidas adecuadas se puede evitar males mayores ¿quién hoy en día le planta cara al problema?

Ahora bien, la gente del mundo del deporte y toda la sociedad, están obligadas a poner los medios y luchar continuamente por reducir el número de agresiones en los terrenos de juego o estadios de competiciones nacionales y de base. La buena disposición que ofrecen estos “cantamañanas” cuando ocurre un hecho, no pasa por salir públicamente en la prensa o en los medios audiovisuales y decir al momento” vamos a tomar soluciones” y hasta mañana. Soluciones que, a los pocos días han olvidado en un cajón. La“gentuza” seguirá campeando a sus anchas en los campos y los responsables del fútbol y el deporte ceutí, viviendo a lo grande con sus amigotes. ¿A esto se le llama gestión?

Todos, conocemos en Ceuta que, situaciones como la de este árbitro, quizás, hasta más grave, se han producido en los últimos treinta años. Durante este periodo se habló y habló de agentes de la autoridad en los terrenos de juegos en categorías como Regional o juveniles e incluso en partidos de base con riesgo. Se discutió sobre las ambulancias en los terrenos de juego con motivo de algunos incidentes ocurridos con la salud de los deportistas (hay que recordar el niño que se tragó la lengua de un golpe). Se comunicó en varias ocasiones, el cambiar los horarios a las categorías que podían resultar peligrosas para el buen desarrollo de la competición (Regional) y de suspender a perpetuidad del fútbol a los agresores. Se dialogó con todos en contratar un ATS en los campos, alternado días (lo único, que a veces se cumple). Y se conferenció sobre muchas situaciones favorables para nuestro fútbol local y la de situar “directivos federativos” en los campos para vigilar las situaciones adversas durante las competiciones locales. Pero ¿que se ha hecho en los últimos veinte/treinta años? Nada de nada, duela a quién duela, y si se sigue con esta pésima trayectoria, será muy difícil levantar la cabeza a un fútbol ceutí que esta apunto de ser guillotinado.

Por distintos motivos que no quiero cuestionar hoy, la Federación de Fútbol ni los Clubes han sabido dar con la tecla con respeto a este asunto en los últimos años. Las agresiones siguen sucediendo, la desidia de algunos clubes sigue aumentando y el abandono de los jugadores al llegar a la pubertad está a la orden del día, pero todos quieren “Subvenciones y Subvenciones”, cuyo final no es beneficiar al fútbol ceutí como deporte base, sino pagar altos sueldos.

Con todo esto en la mente, recapacito y pienso: El candado está cerrado, la puerta sigue cerrada, yo no valgo y ¿Quiénes son los que valen en esta Ciudad?

Pero dispensen, no me acordaba que, estamos en Año Olímpico (¿?) y la AD. Ceuta va a subir a la 2ª A, todo arreglado de nuevo.
 

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