PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - VIERNES, 18 DE ABRIL DE 2008

 

OPINIÓN / PERSONAL Y TRANSFERIBLE

La informalidad de las navieras
 


Domingo Ramos
domingoramos@elpueblodeceuta.com

 

Estamos hasta la saciedad de exponer nuestras quejas por los servicios que nos vienen prestando las empresas navieras que operan en el trayecto Ceuta-Algeciras-Ceuta, quejas que quedan expuestas no ya solo por quienes nos dedicamos de una u otra forma a rellenar folios que luego se plasman en letras impresas en los diarios de información escritos, sino también por las cartas al director, las notas de prensa de las Asociaciones de Consumidores y Usuarios, la Plataforma Motera de Ceuta, la misma Consejería de Sanidad y Consumo, los editoriales de prensa, o sea, toda una gama de denuncias por los despropósitos con que nos “obsequian” las citadas compañías (y generalizamos porque, después de más de sesenta años viajando en este medio, nos ha pasado de todo: desde dejarnos “tirados” con esposa y seis hijos en un coche porque no había plazas para automóviles (al dejar el coche en un garaje y volver al navío con pasaje sin vehículo hemos comprobado como en el habitáculo para el transporte de automóviles quedaba espacio para mas de veinte coches, obligándosenos a tener que viajar al día siguiente a recoger el vehículo, aparte de los trastornos laborales que ello conllevaba).

El pasado domingo, sin ir más lejos, se suspende la salida de las cinco de la tarde, sin previo aviso ni mas explicación que “el servicio queda suspendido”. En ocasiones, disponiendo de un billete de la Clase Club, le indican a su titular que no hay plazas en dicha clase, por lo que, aun habiendo pagado el incremento para disponer de esta mejora en el viaje, hay que conformarse con buscarse una butaca donde se pueda sin que, quizás por haber existido overbooking, no se disponga de asiento y se tenga que hacer la travesía de pié y “tirando” de niños pequeños. En otra ocasión, estando mas de tres horas la embarcación “al pairo” por una avería eléctrica, hubo que recurrirse a increpar, sino con dureza sin con severidad, a la azafata para que se informara al pasaje de las causas que estaban provocado esa parada en medio del Estrecho con un fuerte temporal de Levante, indicándosenos entonces lo de la avería eléctrica.

Comentaba el otro día nuestro compañero de ventana en este diario y también amigo José Antonio Carretero que las navieras que operan en la línea marítima más cara del mundo, según dicen, en el último mes y medio han cancelado más de cincuenta salidas y no tenemos más remedio que preguntarnos si la Administración no puede obligar a las mismas, como por ejemplo hace con la RENFE, a que establezca como condición sine qua non el que “salvo por causa de fuerza mayor, el viajero afectado por cancelación, interrupción o retraso del viaje, tenga derecho a recibir la indemnización correspondiente“ o aquella otra de que “cuando un viajero fuera informado de la cancelación del viaje en las cuatro horas previas a la fijación para su inicio, tendrá derecho, además, a una indemnización a cargo de la RENFE consistente en el doble del importe del título del transporte”. Antes al contrario, las navieras penalizan al viajero que trate de anular o aplazar su billete, pero compensaciones por los gastos, trastornos o perjuicios ocasionados como consecuencia de retrasos, suspensiones o cancelaciones, ningunas. Están, pues, mas que justificadas las numerosas quejas pero, como se puede comprobar, todas caen en saco roto o en papeleras cuyo único destino es vertedero correspondiente.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto