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OPINIÓN - DOMINGO, 27 DE ABRIL DE 2008

 

OPINIÓN / LAS NOTAS DEL QUIM

Lógica ilógica
 


Quim Sarriá
quimsarria@elpueblodeceuta.com

 

Me doy una vuelta por el edificio del Ayuntamiento de nuestra ciudad, llamarlo Palacio de la Asamblea no me cuadra, para visitar a mis conocidos “hacinados” dentro del mismo. Uno de estos conocidos, más que conocido es amigo, es un fijo de las noticias caballas y responde siempre a cualquier dilema que le planteo de una manera sencilla, cierta y aderezada con el cachondeo típico con el que se distingue. Es un amigo que dispone de informaciones precisas y muy completas, hasta tiene a mi abuelo registrado, con las que su cerebro trabaja a destajo.

Otro de los conocidos que visito en mi “aventura” de recorrer el edificio del Ayuntamiento, más que conocido es también amigo, se encuentra “hacinado” en las profundidades ventiladas del edificio, en un cuartucho que parece la celda de un fraile franciscano, para reafirmar esta escenificación: hasta dispone de claustro en forma de patio interior con bar incluido. Ese patio interior exhibe unas tuberías de desagüe con alguna que otra fuga y ofrece, además, una representación de la flora autóctona en forma de plantas solitarias cuyas raíces se enroscan en la propia tubería de la que se nutre del sucio, apestoso líquido elemento para sobrevivir.

Cuando subo a la primera planta, mediante un ascensor que siempre está subiendo y bajando (lógico, ese es su cometido), para tratar de hablar con uno de los mandamases municipales, me encuentro cara a cara con nuestro presidente Juan Vivas que acaba de salir de sus dependencias acompañado por el alcalde de Estepona y un largo séquito. Si nos atenemos a la condición de nuestro presidente, el acuerdo al que han llegado es ilógico: un presidente de Ciudad Autónoma llega a acuerdos de colaboración con un alcalde de municipio provinciano… cuando lo menos que se podía haber realizado era un acuerdo de colaboración con el presidente de la Junta de Andalucía, así estarían empatados en cuanto a jerarquía ¿no? Ahora bien, si el acuerdo es entre alcaldes de dos ciudades, entonces me quedo con mi afirmación de que no me cuadra lo de Palacio de la Asamblea. Lógico dentro de la ilógica realidad ¿no?

Después de recorrer parte de las dependencias municipales me doy un garbeo, sin garbo, por la zona del mercado de abastos. Entonces mi mente bulle en ideas arquitectónicas y construyo en el éter una edificación formidable, con estación de autobuses incluida, que haría de esa zona un emblema poderoso para la ciudad. Ya tengo construido, en la mente, ese edificio que albergaría un montón de cosas en un diseño ilógico dentro de la lógica. Los grandes maestros se caracterizan por la ilógica de sus creaciones ¿no?, aunque yo no me considero tanto.

Entretanto, en la Gran Vía, unos voluntariosos lectores de todas las edades narran las líneas de un libro apoyado, amorosamente, en un atril y ayudados por micrófono y altavoces para la delicia de cuatro o cinco espectadores, mientras el resto de ciudadanos que pasan por el lugar lo hacen apresuradamente. No se por qué. Supongo que estarían hartos de quijotes y sanchopanzas.

Más arriba, en el arranque del Revellín muy cerca de donde posan con chulería jóvenes uniformados, motorizados y armados, un tenderete reclama la firma de cuantos ciudadanos pasan por sus alrededores. Firmas con las que quieren frenar la supuesta reducción de otros uniformados no tan jóvenes en un intento ilógico de llevar a cabo lo que se podría tachar de rebelión camuflada… ¿por qué no recolectaron firmas contra la guerra de Irak? Les da igual que sus maridos o hijos mueran en una guerra ilógica mientras no se les quiten las prebendas y privilegios posteriores… ¡qué país!

Ya de vuelta a la redacción de “El Pueblo de Ceuta” me encuentro con el dilema de no haber encontrado rosas con las que obsequiar a otras tantas y bellas rosas que trabajan en el diario.

Es una costumbre que he adquirido en mis largos años de trabajo en tierras extrañas de la que no he tenido más remedio que adquirir sus condicionantes culturales y sociales. Y escribiendo de condicionantes, es ilógica la reclamación que hace uno de los diputados de nuestra ciudad en el Congreso. No entiendo cómo no entiende ese diputado de que los extranjeros residentes en nuestro país tenga cobertura sanitaria y los españoles residentes en el extranjero no la tengan en su país de origen. Los españoles residentes en el extranjero ¿no tienen cobertura sanitaria en el país de residencia? ¿No tienen cobertura en los países que visita a través de acuerdos sobre temas sanitarios entre gobiernos? Una reclamación ilógica dentro de un contexto lógico.

En fin, que este escrito es de una lógica aplastante dentro del ilógico realismo de nuestra ciudad ¿no creen?
 

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