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					El verano pasado, justo antes de irse de vacaciones, con los 
					buenos datos tradicionales del segundo trimestre de la 
					Encuesta de Población Activa (EPA) en la mano, el delegado 
					del Gobierno atribuyó a la escasa “vocación para trabajar” 
					de muchos ceutíes el que la tasa de desempleo local siguiera 
					disparada. Entonces, hace nueve meses, sólo el 50,2% de los 
					ceutíes estaba trabajando o buscaba hacerlo. Hoy esa 
					estadística ha crecido 6 puntos y, en el caso de los 
					hombres, ya supera la media nacional. 
					 
					El 29 de julio del año pasado, justo después de que el 
					delegado del Gobierno diagnosticara “un suave pero 
					apreciable incremento del empleo y un suave pero apreciable 
					descenso del paro” en los datos de la EPA del segundo 
					trimestre del año y lamentase la existencia de “muchas 
					personas que si no existieran los Planes no estarían 
					inscritas en el INEM porque ni tienen ni han tenido nunca 
					vocación para trabajar ni formación profesional”, este 
					periódico publicó un reportaje titulado ‘¿Los más vagos de 
					España?’ que, utilizando los mismos datos que Arreciado, 
					demostraba que al menos sobre el papel el onubense tenía más 
					razón que un santo. 
					 
					Hace tres años, en 2005, la tasa de actividad de los 
					españoles [que mide el porcentaje de población mayor de 16 
					años que está trabajando o quiere hacerlo] era del 56,9% 
					(68,4% en el caso de los hombres y 45,8% en el de las 
					mujeres). El año pasado, ese ratio había crecido dos puntos 
					en todos los órdenes a nivel estatal, pero en Ceuta había 
					sucedido todo lo contrario: si en 2005 el 57,5% de los 
					ceutíes estaba ocupado o quería estarlo, en julio del año 
					pasado sólo compartían esa intención el 50,2%. 
					 
					La legitimidad de la EPA 
					 
					Es decir, que en la ciudad con los índices de desempleo más 
					altos de España casi la mitad de sus pobladores no 
					demostraba el menor interés por encontrar trabajo con la 
					doble legitimidad de que, a diferencia de las del INEM, la 
					EPA no se circunscribe a los desempleados inscritos como 
					tales, sino que estudia a toda la población para conocer su 
					situación y sus aspiraciones laborales. 
					 
					Además de un apreciable recorte en el número de parados, la 
					EPA publicada esta semana sobre el primer trimestre del año 
					arrojó otros datos significativos. 
					 
					La tasa de actividad de los ceutíes ha crecido hasta el 
					53,6% y ya adelanta a la de otras provincias como Ourense, 
					Lugo, Cáceres y buena parte de las dos castillas. Por sexos, 
					la femenina sigue siendo la última de toda España de largo 
					(37,6%), pero en el apartado masculino un 70,5% de los 
					residentes en la ciudad están dispuestos e interesados a 
					trabajar. En toda España sólo tienen esa actitud el 69,3% 
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