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					Organizado por el Ministerio de Educación y Ciencia, el 
					Centro de Profesores y Recursos de Ceuta y la colaboración 
					del Centro Asociado de la Universidad Nacional de Educación 
					a Distancia (UNED) en la ciudad autónoma, se celebrará del 5 
					al 8 de mayo las llamadas ‘I Jornadas de EspaÑol como nueva 
					lengua en Ceuta’ con las que se pretende mejorar la labor 
					docente mediante estrategias de enseñanzas del español “como 
					nueva lengua” y dotar, entre otras, de unas herramientas 
					útiles a los profesionales de la educación para garantizar 
					una comunicación exitosa con “hablantes que no tienen el 
					español como lengua materna”. Una de las herramientas es el 
					conocimiento del Daría para adaptar la comunicación con el 
					alumno de habla arabófona. 
					 
					Hasta aquí bien. Es más, muy bien. Sobre todo porque son 
					técnicas que aportan ayuda al extranjero que no ‘controla’ 
					nuestro idioma. Pero, en definitiva, ¿de qué estamos 
					hablando?. Hablamos de que el Ministerio gasta recursos 
					públicos para escenificar de este modo (porque no le queda 
					otro remedio) el gran fracaso del MEC por la inadaptación de 
					una metodología y de un curriculo adecuado que complementara 
					la masiva nacionalización de marroquíes que a mediados de 
					los 80 se vieron (unos con más justicia que otros) con el 
					DNI español en sus manos. Pero no es cuestión de recordar 
					ahora actuaciones más o menos criticables. Este no es le 
					tema ahora. 
					 
					Han pasado casi 25 años y estamos hablando de algo tan 
					impensable en países como Francia (de arraigada tradición de 
					residencias marroquíes y nacionalidades sujetas a ella) dado 
					que, camino de cumplir la primera del siglo XXI, la tercera 
					generación de españoles, o sea los nietos de aquellos 
					nacionalizados, continúan con serios problemas de 
					aprendizaje por culpa de cierta irresponsabilidad o dejadez 
					paterna de no persistir en que sus hijos dominen no ya la 
					lengua vehicular y constitucional de la nación que se lleva 
					impresa en el Documento Nacional de Identidad, sino el 
					compromiso de colaborar en la educación cultural. Algo que 
					ha generado año tras año un elevadísimo porcentaje de 
					fracaso escolar. Por ser justos, habría que decir que 
					existen casos por decenas en que sí se ha logrado con éxito 
					que estos niños de padres nacionalizados han alcanzado no ya 
					el éxito escolar, sino que han sabido aprovechar por derecho 
					las ventajas de la formación universitaria de este su país. 
					 
					Existen casos muy concretos actualmente (del mundo de la 
					sociedad o de la política en Ceuta) que deberían ser un 
					clarísimo referente y un espejo donde mirar. Es más, también 
					ellos deberían comprometerse para modificar pautas de 
					comportamiento en el hogar que contribuyan al éxito de 
					futuras generaciones. Esta sí sería una labor comprometida 
					con su país. 
					 
					Sin embargo, la desgraciada realidad es que algunos 
					aprovechan el camino más corto: solicitar la cooficialidad 
					del árabe. Algo impensable por no ser ese idioma uno de los 
					recogidos en la Constitución española, lógicamente. 
					 
					En cualquier caso, qué listos son los catalanes y que bien 
					miran por sus intereses (los demás sí que estamos cortados 
					por el mismo patrón del hidalgo caballero que Cervantes 
					bautizó como El Quijote en su más que notable descripción de 
					lo español). 
					 
					El que los profesores se formen en técnicas para ‘conectar’ 
					con el alumno arabófono está muy bien. Está peor que haya 
					que hacerlo con un alumno español de tercera generación. 
					Pero ya que hay adoptar medidas y aunque, nuestro intelecto 
					nos da para comprender de que lo que se intenta no sólo no 
					es malo, sino adecuado, lo menos que se puede pedir es que 
					se evite la brutal ambigüedad del título de las jornadas: 
					‘El espaÑol como nueva lengua en Ceuta’. Vamos que no hay 
					por donde coger el titulito. Feliciten al autor y regalenle 
					un gran cubo de de m… por lo demás, bien. 
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