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OPINIÓN - JUEVES, 1 DE MAYO DE 2008

 

OPINIÓN / SNIPER

Marruecos: un vigilado 1º de Mayo
 


José Luis Navazo
jlnavazo@telefonica.net
 

No solo, naturalmente, en el país vecino. Como es público y notorio, tradicionalmente esta emblemática fecha ha sido el icono reivindicativo para los trabajadores de todo el mundo aunque, en lo que a Marruecos se refiere, los sindicatos prometen un día “caliente”. Un indicio de lo que se avecina fue la espectacular y sonada dimisión, anunciada el 19 de abril durante el congreso de la CDT (Confederación Democrática del Trabajo) por su número uno, Noumir Amaoui, de la retirada de sus nueve representantes en la Cámara de Consejeros (algo así como nuestro Senado para entendernos, de hecho la Segunda Cámara del Parlamento) en Rabat. Khalid Alami, sindicalista y jefe de filas del grupo dimisionario, se explica: “no podemos cerrar los ojos ante las continuas manifestaciones de diplomados en paro ante las puertas del Parlamento”. Quizás esta extrema medida de fuerza inspirara al parlamentario Benkirán, histórica figura tanto del islamismo marroquí como dentro de las filas del PJD (Partido de la Justicia y el Desarrollo), para animar a sus compañeros de fila a repetir la jugada, algo que fue desestimado por el moderado secretario general del partido, Saâd El Othmani, pero cuyo cartucho ahí queda en la recámara por si fuera necesario percutirlo, mientras el 21 de abril y en declaraciones a “Le Soir” el ambicioso secretario general de la juventud del PJD, Abdelaziz Rabbah, confirmaba un secreto a voces: las relaciones de los islamistas moderados con el Makhzén y hasta con el mismo soberano Alauí, Mohamed VI, no pasan precisamente por sus mejores momentos. Chungo.

Las calles de Marruecos viven un ambiente tenso, con las cinco principales centrales sindicales del país (UGTM, UNTM, CDT, UMT y FDT) tachando las medidas de choque adoptadas por el devaluado gobierno de Abbas El Fassi, después de tres rondas de negociaciones, de “ridículas” e “insuficientes”. El salario mínimo actual es de 1.870 dirhams y 600 dirhamns la pensión de retiro; los sindicatos exigen una subida, respectivamente, a los 3.000 y los 2.000 dirhams (les ayudo: 1 euro ronda los 11 dirham). Tímidamente, los marroquíes de cierta edad recuerdan los sucesos del 20 de junio de 1981, 16 de diciembre de 1990 y 5 de julio de 1995, mientras en Tetuán siguen frescos en la memoria los durísimos enfrentamientos (hay familias que aun no saben el destino de sus desaparecidos…) del 11 de enero de 1.984 entre los manifestantes y las “Fuerzas Auxiliares”, los militarizados efectivos integrados en el ministerio del Interior y a cuyo frente figura, actualmente, el cuestionado y veterano general Hamido Laânagri. Sin duda el contexto político ha cambiado sensiblemente (el Marruecos en transición democrática del joven rey Mohamed VI no es la satrapía de su padre, el autoritario Hassan II), pero la situación social no solo ha empeorado, sino que está tocando fondo: el precio de productos alimentarios básicos como el trigo ha aumentado un 45,4º y el aceite ha subido en seis meses hasta un 50%.

Vivo como saben en Marruecos y aun no sé como miles y miles de familias logran llegar a fin de mes con un ridículo salario mínimo. ¡Pobre país!. Los ricos son, cada día, más neciamente ricos mientras las masas de pobreza no dejan de aumentar. Mal fario.
 

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