Ya es absolutamente oficial. Desde
que José Fernández Chacón tomó posesión en la mañana de ayer
en los salones del Ministerio de Administraciones Públicas
ante la propia ministra, el ministro del Interior y la
vicepresidenta del Gobierno, Ceuta cuenta con nuevo delegado
del Gobierno.
Esta misma semana se producirá el famoso traspaso de poderes
en la sede gubernamental de la Plaza de los Reyes. Chacón
recibirá además esos consejos necesarios de quien le
precedió para alertarle de tal o cual cosa. Es lo que tiene
cuando un proceso de cambio se hace como se debe... hay
continuidad. Las personas serán distintas pero el proyecto y
la línea marcada continuará. Arreciado no le podrá traspasar
esa personal retranca con la que enjugó determinados lances
políticos utilizando ese florido lenguaje que identificaban
el nivel de aguante del onubense. José Fernández Chacón las
ha tenido duras con Imbroda por ese especial caracter del
presidente melillense y abanderado permanente del PP. Será
distinto aquí, o al menos se intuye que así sea por el
diametralmente opuesto talante del presidente de Ceuta,
también del PP. Pero aunque las buenas relaciones
institucionales son evidentemente importantes por
necesarias, la realidad de Ceuta debe ser el punto y
objetivo común. La especial situación de crisis por causas
de falta de competitividad económica en relación al nuevo
escenario que se avecina en la zona, con un Ipsi que a veces
entorpece, con una maquinaria burocrática administrativa
nada experta para lidiar con fluidez la especial situación
fiscal de Ceuta [importaciones y exportaciones], los precios
del transporte de pasajeros [vital para el ceutí, y
trascendental para la economía en el sector turístico], la
extrapeninsularidad, la frontera terrestre pero sin aduana,
la seguridad y el terrorismo internacional, amen de
revitalizar la administración pública estatal en Ceuta, son
un claro Norte en la brújula del elegido representante del
Gobierno central.
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