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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 14 DE MAYO DE 2008

 

OPINIÓN / PERSONAL Y TRANSFERIBLE

Espíritu de concordia en el Partido Popular
 


Domingo Ramos
domingoramos@elpueblodeceuta.com

 

Están sacándose del tiesto todas las manifestaciones, hechos y cuantas acciones se vienen llevando a cabo últimamente por grandes prebostes del Partido Popular y así hemos visto como a través de los medios de comunicación se resaltan las declaraciones de Mayor Oreja, Federico Trillo, Álvarez Cascos, Gustavo de Arístegui, etc. que nos afirman que han formado “equipo” con María San Gil y la apoyan en su decisión de cesar de la Comisión para la Redacción de la Ponencia Política de dicho Partido que se discutiría en el Congreso a celebrar en Valencia en junio próximo. Y se alzan voces de adhesión y apoyo (además de las citadas, las de Esperanza Aguirre, Vidal Cuadras, Daniel Sirera, Ángel Acebes, Eduardo Zaplana, etc.) por la decisión de la presidenta de los populares en la Comunidad Vasca, de abandonar el citado órgano “por diferencia de criterios a su juicio fundamentales” y el “habérsele reescrito diez artículos de su proyecto”. Maria San Gil, por otra parte y por lo que nosotros podemos deducir, no está de acuerdo con la política de acercamiento a los partidos nacionalistas como la propugnada por el mismo Mariano Rajoy y el otro ponente José Manuel Soria (diputado por la Provincia de Las Palmas).

Con Mariano Rajoy han hecho causa común Soraya Sáenz, Esteban Pons (¿futuro Secretario General del Partido?), Francisco Camps y Rita Barberá, quedando en una situación (nos da la impresión “de espera” en previsión de lo que pueda resultar) Rafael Montoro, Manuel Pizarro, Javier Arenas, Miguel Arias, Martínez Pujalte y otros. Todo ello conlleva incertidumbre y falta de sosiego a los diez millones trescientos mil votantes y setecientos mil afiliados que ven como el partido por el que optaron, unos con su voto y otros, además, con su participación en las actividades del mismo, se viene desmoronando y, lo que es peor, perdiendo confianza de cuantos quieren un partido unido así como una nación sin desmembración ni federación de comunidades que es lo que se viene propugnando y que, al parecer, ahora se propone para su discusión en el Congreso de los afiliados y votantes populares.

Hace falta, pues, señores del Partido Popular, espíritu de concordia para que existan acuerdos comunes que den conformidad y unión a la inmensa cantidad de españoles que esperan se acaben esas duras y críticas manifestaciones contra la dirección de esta entidad política emanadas, lo que es peor, de miembros destacados de la misma sin tenerse en cuenta que, hace nada, se ganaron unas elecciones con mayoría absoluta y que de aquí a los tres próximos años se enfrentará a otros procesos electorales en Galicia, Cataluña, en el Parlamento Europeo y en las Elecciones Locales. Son, éstos últimos, motivos suficientes (a más de la desmembración de la nación española, la crisis económica galopante que nos abruma, el incremento del paro, la baja de las cotizaciones a la Seguridad Social, la inseguridad del futuro de las pensiones, etc.) para desear el entendimiento entre quienes ya tienen demostrada, a través del Partido Popular, su encomiable acción de gobierno como ya se hiciera en 1996 y en el año 2000 y que, a través del mismo, se imponga un orden que venga a resolver los problemas actuales y los que nos aguardan de no adoptarse las medidas correctoras e indispensables que serían necesarias para ello.
 

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