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OPINIÓN - SÁBADO, 17 DE MAYO DE 2008

 

OPINIÓN / LAS NOTAS DEL QUIM

El derecho a la información
 


Quim Sarriá
quimsarria@elpueblodeceuta.com

 

Un día más que comparto con algunos ciudadanos ceutíes de cierto peso en el ámbito social local. Un día que aprendo cada vez más de las humanas condiciones de entender las cosas y darlas a conocer dependiendo en primer lugar de las normas cívicas emanadas de la Constitución.

Con esto significo que todos los ciudadanos tienen derecho a recibir información veraz y como la Constitución excluye toda forma de censura previa –pretensión que algunos políticos quieren aspirar- hace que se consagre un derecho genérico a difundir y recibir información veraz a la vez que protege el derecho a la intimidad y el honor de todos los ciudadanos.

La protección del honor y de la intimidad de los ciudadanos se entiende cuando éstos no dan pábulo público para que se informe de sus actividades. Y como venimos observando que algunos ciudadanos utilizan éste modo de hacer público sus propias actuaciones, previo cobro o no de una gratificación, es cuando todos tienen derecho a usar el sistema de información que la propia Constitución consiente.

Todo lo concerniente a determinado personaje de proyección popular -no se confundan, no me refiero a los del PP, aunque ser pueden incluir algunos- es que entra dentro de lo humanamente posible y respetable el deseo de mantener su vida privada fuera de los deseos de información, pero resulta menos comprensible que quiera alcanzarse ese status mediante alguna forma restrictiva del derecho de la información porque se da por sentado que ese personaje dispone de los mismo derechos y prerrogativas que cualquier ciudadano, en una democracia plena y en un Estado de Derecho, pero no más.

El personaje público debe ser consciente de que no observa el mismo comportamiento en su relación con la prensa o los medios de comunicación en general, como lo demuestran algunos que han decidido poner su vida privada y su intimidad en el escaparate previo cobro de cantidades importantes. Cuando abren esa vía implican que abren su intimidad a todos los vientos.

Una cosa de suma importancia es que esos personajes usen su influencia para delimitar el derecho a informar con lo que se deduce que los medios de comunicación pueden hgacer de su capa un sayo resulta tan ajeno a la ley como imaginar que cabe delimitar dicho derecho a informar a instancias de un particular.

Lo que lamento, siempre en mi opinión personal, es que algunos políticos, sobre todo los peperos, utilicen el manido sistema de desinformación para engañar a los ciudadanos y hacerles creer que quienes ni saben ni visten como ellos están en contra de los ceutíes. Montan una especie de “sarao” con fines demasiados oscuros para ser aceptados como lógicos en las aspiraciones reales de nuestra ciudad y confunden jureles con caballas.

No exponen la verdad de las cosas, como por ejemplo que no somos una Comunidad Autonómica, y hacen creer que tenemos unos derechos que están muy lejos de nuestro propìo derecho constitucional. Ceuta no es más que una Ciudad Autónoma y como tal tiene sus propias limitaciones que no puede exigir ciertos derechos o privilegios que no pueden tener ni tienen el más mínimo punto de comparación con una Comunidad Autónoma.

Toda exigencia del reconocimiento de un derecho inalienable viene precedida de una exposición totalmente abierta de las razones y/o motivos existentes y ponderables para formular dicha exigencia. Razones que no tienen vuelta de hoja refrendadas por transparencias informativas y sobre las que no se puedan poner peros de ninguna manera. Otra cosa sería pasar la patata caliente a los ciudadanos. Ignoro si me entienden.

Quienes anuncian el hundimiento de una economía son los propios autores que hacen posible ese hundimiento. Tras largos años de tenernos con el esparadrapo en la boca y colocarnos entre la espada y la pared no es de recibo, hoy en día, que sigamos manteniendo una fe ciega en falsas informaciones que no se pueden sostener con la más mínima lógica. Si queremos una democracia plena, no basta con pedirla de viva voz, hay que demostrar con hechos que queremos esa democracia con todos los derechos inherentes a la misma.
 

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