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OPINIÓN - LUNES, 19 DE MAYO DE 2008

 

OPINIÓN / LAS NOTAS DEL QUIM

Viernes que te di
 


Quim Sarriá
quimsarria@elpueblodeceuta.com

 

Obvio es que nuestra ciudad no tiene los Pirineos al alcance de las ruedas del coche. Como mucho, tiene al alcance de la vista el Jebel Musa, en Marruecos, del que se han aprovechado en tiempos pretéritos de la “Mujer Muerta” o “Atlante Dormido” o “Elephas” ¿En qué quedamos si ninguno de esos nombres es propiedad de la ciudad?

Escribo el anterior párrafo porque hecho de menos las maravillosas vistas de los Pirineos en éste tiempo. El deshielo siempre ha resultado, para mí, un espectáculo formidable y espectacular, llenando, de paso, los embalses. Ahora no ocurre lo mismo, ha nevado poco allá.

Como estoy en Ceuta, mi ciudad de siempre quiera que no, y esos espectáculos naturales quedan en la retina de mis recuerdos y me tomo la vida con filosofía reservándome los viernes para mí. Es un acuerdo tácito con el resto de mi familia y ello conlleva que cada vez nos llevemos mejor.

Un viernes en mi vida significaba, y significa, el desahogo de una semana estresante cargada de obligaciones para todo el contexto de la sociedad. Desde lo laboral, hasta lo social pasando por los deberes familiares.

Un viernes en mi vida, significa que me reúna con los amigos y conocidos para hablar de todo lo divino y humano que pudiera caber en las relaciones conversacionales entre personas. Si es entre copas, mejor.

Durante mis largos años de estancia fuera de Ceuta y durante mis frecuentes reuniones con gente de toda clase, nunca pude observar una camaradería entre gente dedicada al servicio de la ciudadanía mediante la información como la que pude observar entre los profesionales de nuestro diario “El Pueblo de Ceuta” y otro medio de información.

No soy, ni de cerca ni de lejos, un libertino. No tengo pinta de funcionario estatal con querida en piso comprado con dinero birlado, mientras la mujer reza el rosario con gesto compungido pero con el ceño fruncido. No tengo amante con la que dar el pego en una sociedad apolillada e hipócrita que no se atreve a zanjar los asuntos íntimos por el qué dirán. No soy alcohólico ni estoy afiliado a los Anónimos.

Aclarado quién soy, voy dado a disfrutar plenamente en momentos puntuales y ello conlleva que me reserve los viernes tomándolos como un sacrificio más en el incierto deambular de la vida. Incierto porque nunca se sabe qué deparará el futuro. Eso lo dejo a los santeros y santeras, que con algo han de comer en ésta perra, para ellos, vida.

Un viernes cualquiera. Un viernes en que me meto en una taberna cuyos camareros, perdón, barmans se desviven por los clientes. Un viernes en que tomo birras sin pasarme pero que vienen acompañadas por suculentas tapas que hacen despreciar las mejores cenas. Un viernes en que los amigos nos desahogamos en confidencias que no se utilizan para informar. Un viernes en que las mujeres lucen sus más bellas sonrisas dibujadas en unos rostros iluminados y que hacen menos malos al mismo viernes. No al de Robinson Crusoe sino al propio viernes de la semana.

El de Crusoe no tiene pasta para la birra. Y uno no está como para regalar birras a todos los Crusoes llegados. Menos ahora que Hacienda aprieta.

Uno ve, en el casi ocaso de su vida, a un grupo de jóvenes profesionales del periodismo envueltos en los aromas de la camaradería arropada por las bebidas, con las sonrisas a flor de labios y ojos chispeantes de alegría… ¿qué puedo decir? Absolutamente nada. Solo alegrarme de que existan.

Saltando de tema, recuerdo ahora que hace unos años escribí un artículo de opinión sugiriendo a nuestras autoridades que crearan una naviera propia de la Ciudad. Ignoro si leyeron el mencionado artículo pero creo que ahora lo toman como un proyecto serio.

Estas cosas son las que tiene que hacer la Ciudad y sus autoridades. Crear empresas y con ello incrementar puestos de trabajo y de paso ganarse el favor de otros entes. Con decir sandeces no se come, se llora. Lo que es lamentable.

Y que lo digan Vds.
 

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