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sociedad - MIÉRCOLES, 21 DE MAYO DE 2008


carlos chocron. m.z..

entrevista
 

Carlos Chocron: «Heredé el interés por la Naturaleza de mi madre pero
¡ahora soy ecologista!»

El empresario teme que el ser humano no se
dé cuenta de las consecuencias de su acción sobre la Naturaleza cegado por “el interés económico y el bienestar inmediato”
 

CEUTA
Gonzalo Testa

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Extraordinariamente ágil, a sus 78 años el empresario ceutí Carlos Chocron asegura con ironía que lo ecologista le salió, más o menos, a los 75. Eso sí, durante los últimos tiempos ha hecho un curso acelerado que le lleva, por puro instinto, a cerrar el grifo en cuanto percibe que está malgastando el agua. Premio Encina 2008, el joyero se felicita por la “extraordinaria acogida” social que tuvo su iniciativa para plantar 6.500 árboles de diferentes especies en la ciudad. Al poner el primero, se rompió el húmero. Hoy, terminada la empresa, repasa modesto su resultado.

Pregunta.- Carlos Chocron, Premio Encina 2008. ¿Merecido?

Respuesta.- Pues no sé si del todo, porque de lo que estoy seguro es de que hay muchas personas que se han preocupado y han dedicado mucho más tiempo que yo a tareas medioambientales. Lo mío ha sido circunstancial, una idea que se plantea, se acepta y me entusiasma.

P.- Ahora que su iniciativa de plantar 6.000 árboles le ha valido este galardón, ¿podría recordar otra vez cómo se fraguó?

R.- Creo que ya lo he contado mil veces... La idea surge hace casi diez años, cuando era presidente del Rotary Club de Ceuta. Entonces propuse plantar 5.000 árboles, pero la iniciativa se quedó ahí por razones familiares. Despúes lo planteé de nuevo, salió adelante y afortunadamente ha concluido con éxito y con 6.500 árboles plantados coincidiendo, además, con el LX aniversario de la empresa y el respaldo de Patek Philippe y Rotary.

P.- Hay quien critica a los ecologistas por preocuparse más de las plantas que de las personas, pero ustedes tampoco han pecado de eso

R.- Para mí es una gran satisfacción el haber contribuido con esta procesa a aumentar un poco las arcas de la Asociación Síndrome de Down gracias a la plantación especial que hicimos cobrando una cantidad simbólica y que tuvo una demanda tremenda por parte de la ciudadanía, que ha tenido una extraordinaria acogida social.

P.- ¿Se recuerda usted ecologista de siempre?

R.- No sé si de siempre... He sido ecologista, pero tal vez no muy ecologista. A mí la Naturaleza siempre me ha preocupado, interés que heredo de mi madre, ¡pero la vena me ha salido a los 75 años! [Risas] Hace poco estaba en Barcelona y al ver que tenía el grifo abierto instintivamente pensé ‘¡aquí no hay agua, no se puede desperdiciar!’

P.- Una vez terminada la plantación, que se ha desarrollado tanto en el Monte Hacho como en García Aldave, ¿ha tenido tiempo de ver si crecen o no las criaturas?

R.- ¡Por supuesto! Algunos están ya hechos unos hombrecitos.... [Risas]

P.- Ahora que además de su satisfacción personal se ha ganado un premio, ¿se ha planteado repetir en años venideros?

R.- Yo creo que ahora me toca animar a otras personas a seguir por este camino porque si no me van a llamar El niño de las plantas... En cualquier caso siempre estamos pensando en cosas para hacer.

P.- Quizá no sea muy cortés hablar de Medio Ambiente y de dinero, pero ¿es muy costosa una iniciativa de este tipo?

R.- Los árboles los cedió la sociedad Obimasa, aunque la plantación hay que pagarla. En cualquier caso eso no es lo importante. Lo fundamental es que los árboles están ahí y que, aunque se pierda alguno, ahí quedarán al menos 5.000 para el disfrute nuestro y de las futuras generaciones.

P.- Casi todo lo que se escucha en los medios sobre Medio Ambiente es preocupante. ¿Algo le atormenta especialmente?

R.- Oigo lo de los casquetes polares, las conferencias de Al Gore... Creo que realmente nos enfrentamos a un problema gordo en el que todos aportar un granito de arena.

P.- El problema es que en nuestro afán por generar más riqueza nos cargamos el planeta, ¿no cree?

R.- Es obvio. El que tiene una fábrica quiere seguir trabajando y creciendo, a veces a costa de los mares y los ríos cercanos... Estamos perdiendo especies enteras de seres vivos...

P.- ¿Nos daremos cuenta de ello antes de que llegue el agua al cuello?

R.- Me parece que no porque sigue primando el interés económico y el bienestar inmediato sobre la conciencia y la prevención de lo que puede pasarles a nuestros descendientes con esta evolución.
 


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