¿Qué llevó a una mujer ceutí perteneciente a una familia
de gran tradición y rancio abolengo militar, ligada a la
alta burguesía, a dejar de lado una vida de comodidad y
lujos para convertirse en la espía española de la KGB, una
de las infiltradas más destacadas e inteligentes de la
oficina de intelegencia rusa durante la Guerra Civil? El
escritor Javier Juárez, que presentó ayer noche su libro
‘Patria, una española en el KGB’, nos habla sobre los
primeros años de vida esta singular, heróica y enigmática
mujer, antes de dar el salto hacia la militancia en las
filas insurgentes en España.
Pregunta.- ¿Qué relaciona concretamente con Ceuta a
África de la Heras, la espía española al servicio de la KGB?
Respuesta.- La familia de las Heras, de la que ella forma
parte, estuvo muy entroncada con la historia de Ceuta. Su
tío es Julian Francisco de las Heras, que fue alcalde de la
ciudad, además de juez. Su otro tío, el general Manuel de
las Heras, murió curiosamente en el año 30 repeliendo la
insurrección republicana de Jaca. Su padre, Ceilo de las
Heras, era escribiente militar. Ella vive en Ceuta, se educa
aquí y se casa con 19 años con un teniente de la legión que
se llamaba Francisco Javier Arabat, del cual se separó antes
de poner rumbo a Madrid hacia 1932. Su primer marido,
Francisco Javier, era natural de Segovia, pero lo conoció en
Ceuta, ya que el padre de éste era militar en la ciudad.
P.- En Madrid es donde, finalmente, toma la determinación
de convertirse en espía.
R.- Efectivamente, pero no fue algo que se produjo de la
noche a la mañana, sino que pasaron muchas cosas. Ella,
durante su vida en Ceuta y hasta los 25 años, tuvo una vida
bastante convencional ligada a la alta burguesía ceutí,
plenamente integrada en los actos sociales y asistencias al
Círculo Hispano-Marroquí. No hay constancia de que tuvo
ningún tipo de participación política durante esos años en
Ceuta. La única amistad que se le conoce y que tuviera algún
tipo de vinculación política -en este caso, con el
anarquismo- fue Isabel Mesa, que fue una conocida
sindicalista de la CNT en Ceuta y fundadora del entonces
conocido como el ‘Sindicato de la Aguja’, de costureras y
modistas, al que pertenecía Isabel. Cuando ella se traslada
a Ceuta lo hace por cuestiones personales y, aunque no se ha
podido corroborar, existe la versión de que lo hace
acompañando a un amante ceutí.
P.- Cuando ella se traslada a Madrid, en esta ciudad ya
existía una militancia muy activa, ¿no es cierto?
R.- Efectivamente. Cuando llega a Madrid, se aloja en una
pensión muy cerca de la Puerta del Sol, en pleno centro de
Madrid, pensión donde coincide con los amigos Luis Pérez
García Lago y Amaro del Rosal, el primero sindicalista de
UGT de la Federación de Banca, mientras que el segundo era
militante del Partido Socialista, además de un conocido
dirigente de UGT. Es con ellos con quien África empieza,
realmente, a introducir en la política, en unos años donde
en España esta política estaba ya muy radicalizada. Se
convierte en militante del PSOE y de UGT, y comienza a
mantener una relación sentimental con Luis Pérez García
Lago. En estos momentos, en 1964, según he podido confirmar
a través del Archivo Histórico Nacional, hubo una serie de
intensas manifestaciones en Madrid, enfrentamientos con la
Policía y una huelga general. Y ella participó. Según un
libro escrito por Amaro del Rosal durante su exilio, África
de las Heras trabajó como enlace entre el cuartel general
donde se localizaba el principal foco insurrecto relacionado
con la UGT, en una academia de contabilidad de banca que
estaba en el centro de Madrid en la calle León.
P.- ¿Cómo participó en el movimiento?
R.- Ella transportaba hacia el cuartel información y armas
que después llegarían a las barricadas. Cuando la Policía
anula estos focos insurrectos y García Lago es cogido por
los oficiales, África de las Heras consigue huir con Amaro
del Rosal en un tren nocturno que les lleva hasta Ourense,
en Galicia. De ahí, él marcha hacia Portugal, mientras que
ella regresa a Madrid.
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