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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 21 DE MAYO DE 2008

 

OPINIÓN / LAS NOTAS DEL QUIM

Falsa polémica desatada
 


Quim Sarriá
quimsarria@elpueblodeceuta.com

 

Una de las variables en la vida de uno está en esa rutina cotidiana del deber familiar contrapuesto al deber laboral cuando se trata de atender las necesidades de cualquier miembro de la familia. Eso hace que la agenda de uno se vea trastocada cuando se ve obligado a hacerlo por incidencias que no permiten dejarlas de lado, sobre todo cuando afecta a los hijos pequeños.

Bueno, entrando en la materia sobre la que expreso ésta opinión y escrita sobre la polémica desatada por la supuesta reducción de militares, veo que las cosas se sacan de quicio creando una situación que en nada beneficia a nadie.

Cuando un Ministerio, en nuestro caso concreto el de Defensa, decide hacer efectivos acuerdos, a los que llegan los responsables técnicos que desarrollan los proyectos que conciernen a la labor del propio Ministerio, lo hacen tras repasar detallada y someramente todos los pros y los contras que se pueden dilucidar de la puesta en marcha de esos proyectos.

Una vez concretado con firmeza la vialidad de cual o tal acuerdo, éste es comunicado sin contraorden que haga posible su cancelación o rectificación, principalmente cuando son resoluciones comunicadas por el Jefe de Estado Mayor del Ejército. Escribiendo en plata: una vez disparado el cañón es totalmente imposible hacer regresar la bala.

La creencia generalizada de que todo está forzado por las intenciones del Ministro de turno, no se corresponde, generalmente, con la realidad. A fin de cuentas es un político pero no un profesional de los asuntos que conciernen a su Ministerio correspondiente y por lo tanto las decisiones que se tomen no son debidas a la propia iniciativa del titular del Ministerio sino a profundos estudios de personal profesional militar que trabajan en beneficio, siempre, del cometido propio de su competencia.

Como es sencillo de entender, las decisiones que toma un Ministro –ya sabemos que es una Ministra, pero para esto no vamos a polemizar en la Igualdad- para promulgar normas que afecten a asuntos internos del organismo, no tienen porqué ser ventiladas en el ámbito público de la información por cuanto no afecta al verdadero fin de la existencia del Ministerio sino al funcionamiento concreto de su propio engranaje.

Sin más disquisiciones, que por otra parte difícilmente pueden comprenderse, es perfectamente lógico que las decisiones que tome el Ministerio se basan en estudios e investigaciones muy concretas que avalen el desarrollo de normas que mejoren, siempre, las disponibilidad de la principal herramienta del mismo que es, ineludiblemente, nuestro Ejército.

Lo que no comprendo, francamente, es la enorme dimensión que quieren darle nuestras autoridades políticas a una norma, que es confidencial en todo caso, basada en resolución interna del propio Ejército y con ello lleve a los familiares de los supuestos afectados a unas actuaciones ilógicas dentro de lo incorrectamente político.

Todo el conjunto sobre el que se levanta la polémica es, sencillamente, una norma orgánica de adaptación del Ejército, como otras normas que siempre han venido desarrollándose, principalmente por los modernos cambios que siempre avanzan.

Lo que sí resulta significativo es que una norma, de rango interno de un Ministerio responsable de la defensa total de nuestro país y que reviste rango de confidencial, sea comunicada de manera pública con el agujero que ello representa en el sistema.

La actitud de quienes airean estas cosas, fuera del entorno al que le corresponde, es de una responsabilidad extrema llevada por ambiciones personales y que perjudican enormemente el entorno de seguridad del país. No se si me entienden.

Como la falsa polémica ya ha sido desatada, encima refrendada por nuestras propias autoridades políticas, no está de más significar que dentro de la misma hay y habrá diversas informaciones sin fundamento que sólo hará incrementar una especie de alarma social en determinado sector ciudadano, pero que en realidad ni es alarma ni es nada.
 

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