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sociedad - DOMINGO, 15 DE JUNIO DE 2008


parte de los 40 ingleses. c.j.

turismo
 

Ceuta se suma al itinerario turístico de una empresa de viajes por mar

Cuarenta ingleses llegaron ayer al puerto
deportivo en seis embarcaciones de eslora media para disfrutar un día en la ciudad
 

CEUTA
Sergio Cobos

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Doce de la mañana. Siete embarcaciones deportivas de mediana eslora y alta gama sueltan el amarre en la dársena deportiva del puerto de Ceuta. La mayoría de estos yates tienen bandera británica, una nacionalidad que se confirma al ver el tono de piel de los primeros tripulantes que pisan tierra en el dique, saltando de los barcos. Son unas cuarenta personas atraídas por la navegación de motor y vela, que tienen su lugar de origen “en las costas del sur de Inglaterra pero que veranean en Marbella, Sotogrande y Tarifa, entre otras ciudades del litoral andaluz”. Llegan a la ciudad en el marco de ‘SunSeeker’, una iniciativa empresarial internacional que reúne a grupos reducidos de personas con lo s que llevar a cabo una travesía a través del Estrecho para visitar determinados puertos del norte de África, un viaje que se efectúa tadem ás desde el puerto de Barcelona hacia Mallorca y en Portugal”, indica Anni, delegada de la dirección de esta entidad. Esta vez le ha tocado a Ceuta. “Buscábamos alguna ciudad con encanto africano y Ceuta sólo la conocíamos de oídas”, agrega esta joven agente turística, que indicó que la ciudad “ha pasado la prueba para futuras expediciones”. Sobre la travesía, “la nielba ofreció un clima un tanto lúgubre en el Estrecho de Gibraltar”, apuntó el británico Michael, que informó que “la falta de visibilidad obligó a que las embarcaciones viajaran a menor velocidad al ir tan parejas unas con otras”. Aún así, el viaje “fue muy agradable, ya que contrastamos la metereología y el nivel de las mareas” para confeccionar la carta de viaje, un plan de ruta que en la confluencia del Mediterráneo con el Atlántico “te puede ahorrar más de un susto”, sentenció. El grupo visitó los lugares más típicos de la ciudad, como el Mirador de Isabel II y el de San Antonio, en la falta del monte Hacho,. Precisamente en este emplazamiento hicieron la parada del almuerzo. Tras el suculento ágape marroquí en el restaurante Oasis, con la barriga llena y el semblante feliz, emprendieron el viaje de vuelta a las seis de la tarde.
 

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