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OPINIÓN - DOMINGO, 15 DE JUNIO DE 2008

 
ANÁLISIS

Miscelánea semanal

Por Manuel de la Torre


Lunes, 9


Manuel Leyton, ‘El Coli’, fue un banderillero que murió en Las Ventas del Espíritu Santo de Madrid, un 15 de agosto de 1964. Aquella tarde de verano, con el sol tapado entre nubes, un novillo de Rodríguez Arce acabó con la vida de un torero de plata conocido por mí, debido a que alternaba en sitios que yo solía frecuentar. El Coli iba ese día, por azar, en la cuadrilla de su paisano Copano. Novillero que actuaba esa tarde con El Pepe, hermano de Ángel Teruel; y El Estudiantes, mejicano él. Se corría el tercer novillo de la tarde, cuando El Coli se dispuso a cerrarlo en tablas, corriéndole con el capote cogido por una mano. Pero fue alcanzado por el animal que le propinó una certera puñalada por la espalda que le partió el corazón. Ingresó muerto en la enfermería. Yo estaba en la plaza, en el tendido siete, y desde allí pude ver perfectamente como se consumó una tragedia que nunca he olvidado y que he venido recordando algunos veranos. Ayer, cuando aún estaba saboreando la victoria de Nadal, sonó el teléfono. Y a través de él pude oír la voz del hijo de El Coli: Manuel Leyton, que vive en Almería. Me había leído, buscando en Internet escritos literarios sobre la muerte de su padre, y tras preguntar en el ‘Pueblo de Ceuta’, le dieron mi teléfono. Le conté muchas cosas relacionadas con aquel gitano de ojos verdes, jerezano de buena estampa y conquistador de muchos quilates... Y el hijo supo agradecérmelo con palabras muy sentidas.

Martes, 10

Los propietarios de la Manzana del Revellín emiten un comunicado ambiguo y orientado primordialmente a tratar de dejar a Juan Vivas con las posaderas al aire. Y para ello han reconocido con dos años de retraso que es una monstruosidad trasladar el Mercado Central de Abastos al proyecto Centro Cultural y Comercial de la manzana. En ese escrito reconocen los propietarios que en un principio dieron el visto bueno al traslado porque creyeron que era necesario para no atentar contra el bien general. El bien general es la gran obra que Vivas tenía en mente. Y a la que le han ido surgiendo obstáculos a porrillo. Lo cual ha sido motivo de felicidad para sus enemigos. Los dueños de la manzana han aireado que están arrepentidos de haber dado el visto bueno, en su día, para ese traslado del mercado a la manzana, porque lo consideran un uso incoherente, indeseado y depreciador del conjunto edificatorio (sic). En una palabra, cuando no se han salido con la suya en el aspecto económico, los propietarios de una parcela que lleva mucho tiempo bajo sospecha, han “cantado la palinodia”. Con el único fin de menoscabar la credibilidad del presidente de la Ciudad. Y a mí me parece, además de que el comunicado sea confuso, incierto, vago..., que a lo mejor dentro de nada vemos a los propietarios largando en otro comunicado que las partes se han vuelto a sentar a la mesa de los acuerdos y han conseguido coincidir en tantos puntos sobre el uso de la Manzana del Revellín, que hasta el Mercado central de Abastos tiene cabida en ella.

Miércoles, 11


Si supiera encauzar sus energías, Pedro Gordillo sería un personaje capaz de ganar muchas más voluntades que las que ha conseguido hasta ahora en su trayectoria como político. Pero a veces se pierde entre bastidores impopulares y dice cosas que le perjudican más de lo que él podría pensar. No obstante, nadie es perfecto, hay veces que conviene destacar ese arrebatamiento que se apodera de él y lo convierte en una máquina que durante equis tiempo no cesa de contar su verdad. La verdad de esta semana, la del vicepresidente de la Ciudad, ha sido aplicada a Juan Luis Aróstegui. Una verdad que debe haberle hecho daño al secretario General de Comisiones Obreras. Gordillo le ha dicho a éste que se olvide de querer mangonear en AMGEVICESA. Empresa de la que el primero es presidente del consejo de Administración. Hasta aquí todo normal. Pero luego llegaba lo gordo: “Algún día explicaré la influencia que ejerció el señor Aróstegui para colocar a su señora”. La amenaza se las trae. En principio, porque a nadie le agrada llegar a su trabajo y encontrarse con los compañeros mascullando maldades sobre lo denunciado. “Claro, con un marido así, cualquiera puede conseguir un puesto de trabajo tan estupendo”. Hay gente para todo. Y, desde luego, la advertencia es dura para quien está en todo momento dispuesto a darnos lecciones de honradez. Pues bien, seguro que el citado Aróstegui, por tener ya más concha que un galápago, hará oídos sordos a lo dicho por Gordillo, y saldrá por peteneras. Nota: mi gozo en un pozo. Acabo de oír a Gordillo dar marcha atrás y pedirle disculpas a Aróstegui. Este hombre no tiene enmienda. Actúa a impulsos y termina siendo manejado como el viento lo suele hacer con la flor del vilano. La sombra alargada de Juan Vivas puede mucho.

Jueves, 12


Juan Vivas anunció con algo más que precipitación una obra faraónica con idea de que ésta quedara como legado de su paso por la presidencia de la Ciudad. Y, desde el primer momento, se le echaron encima quienes no estaban dispuestos a permitirle que su proyecto se hiciera realidad. Surgieron los obstáculos y durante un tiempo sólo se habló en Ceuta de una manzana convertida en discordia permanente. Se sacaron a relucir trapos sucios de cuando Aróstegui –¿para quiénes trabaja este hombre?- era concejal. Y, desde luego, las bocas se desataron contando que la parcela había sido motivo principal para que varios diputados de GIL apoyaran el voto de censura contra Antonio Sampietro. Se airearon mil historias y la parcela todavía es motivo de escándalo. La verdad es que el presidente sigue pensando que es el lugar idóneo para darle cobijo al Mercado Central de Abastos. Pero ha decidido dar marcha atrás y ha renunciado a esa primera decisión que tanto revuelo levantó en la ciudad. ¿Cuáles han sido los motivos?... Uno, sin querer dárselas de listo, está enterado de cuanto ha venido aconteciendo para que el presidente haya terminado por dar el cante. Y creo que está en su perfecto derecho, como presidente que es, de tomar tal decisión. Pero no menos cierto es también que le ha faltado, en el instante de anunciar el fracaso de su proyecto, generosidad con quienes le ayudaron en los momentos difíciles. Aquellos días en los cuales vociferaban contra él la gente que dirigía Aróstegui: un sindicalista que tiene licencia para insultar al presidente y encima es tenido por éste como si fuera su ángel protector. Inconcebible. Aquí se cumple el refrán: Hay amores que matan.

Viernes, 13


Ayer hallé a Inmaculada Ramírez cuando caminaba hacia el Ayuntamiento y me paré con ella. Y le dije que días antes la había visto y que había pasado por mi vera como alma que va en pena. Iría ensimismada en mis cosas y seguro que no te vi. Me dijo la portavoz socialista. Y nos pusimos a charlar sobre la actualidad de la Manzana del Revellín. Tema tan manido ya como siempre apasionante debido a los muchos intereses que se están jugando en ese proyecto que nació maldito. La diputada socialista, con la sutileza que caracteriza a las mujeres y con ese sexto sentido que poseen, me entró en corto y por derecho: “Manolo, cuéntame algo de la Manzana del Revellín, porque yo creo que tú debes saber tela marinera del asunto”. Y yo le respondí como suelo hacer en estos casos: te contaré muchas cosas si me prometes que lo que te diga no sale de Portugal. Y entre las risas que afloraron y que ella llevaba mucha prisa porque tenía que reunirse con los miembros de la oposición, cambiamos de tema. Aunque todavía hubo tiempo para que Inmaculada Ramírez, cuando le dije que Juan Vivas carecía de rival que pudiera sustituirle en la presidencia, me mirara de arriba abajo y me dijera que nanay de la China. Que no estaba de acuerdo cono mis palabras. Pero sin torcer el gesto ni, mucho menos, decirme la guasa correspondiente. Cada día me convence más la forma de ser de la señora Ramírez.

Sábado, 14


Los sábados, salvo que me surja cualquier contratiempo, suelo darme mi paseo por el centro antes de recalar en el restaurante La Pérgola, donde nos reunimos los de siempre para hablar de las mismas cosas de siempre. Y durante mi caminar por la Avenida de Sánchez Prados me encuentro con alguien a quien aprecio y con quien suelo pegar la hebra con sumo gusto. Él pertenece al Partido Popular y lo primero que me dice, cada vez que nos vemos, antes que nada, es que soy más de izquierda que la Pasionaria. Chanza que acepto de buen grado viniendo de él. Hoy venía mi conocido con ganas de no dejarme hablar. Y lo ha logrado. Y, claro, me ha hecho sufrir un buen rato mientras destacaba las cualidades de Pedro Gordillo. “Es como es... Y hay que aceptarlo con esa manera suya tan carente de superficialidad. Luego le ha tocado el turno a Francisco Márquez. Y me lo ha descrito como una persona muy responsable y cuya disciplina militar es muy apreciada por Juan Vivas. En suma: que el consejero de Hacienda, según mi conocido, es político de mucho fiar. Tampoco ha escatimado elogios para Juan Manuel Doncel. Del Consejero de Fomento destaca lo buena persona que es en todos los aspectos. De Vivas, bueno, qué quieres que te diga que tú no conozcas de nuestro presidente. En fin, la verdad no tiene más que un camino: no hay nadie en la ciudad que pueda sustituirle. ¿O no, Manolo?... Mira, a mí lo que más me gusta del Gobierno es su sonrisa. ¿De qué hablas, aclárate? De la sonrisa de Mabel Deu. La consejera de Educación y Cultura.
 

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