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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 18 DE JUNIO DE 2008

 
OPINIÓN / DESDE LA GRADA

Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios

Por Manuel Montero


Cuando todavía retumban en los oídos del aficionado caballa los ecos de Montilivi, llega el momento de extraer conclusiones de lo que ha sido la temporada de la AD Ceuta, para cuanto antes mirar al futuro y levantar cabeza. Ahora, pocas horas después de lo que pudo haber sido y no fue, hay que ver el vaso medio lleno en lugar de medio vacío. Porque, aunque en el último suspiro se hayan apagado las ilusiones de una ciudad entera, lo importante es que estas volvieron a brillar con luz propia. Todo, en un curso futbolístico en que predominaron las luces por encima de las sombras. Y es que, en el cómputo global, la campaña puede calificarse de exitosa.

Por ello, si ´al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios´, es de justicia enumerar los aciertos de la junta directiva presidida por Felipe Escane, que a la larga sirvieron para dejar al equipo a las puertas de Segunda División ´A´. La primera decisión y, según el que sucribe la más relevante, fue la contratación de José Enrique Díaz como director deportivo; ya que, sin encargarle la tarea a un profesional, no se hubiera conformado el equipo con que se ha contado. Al margen de que supieron dejarle hacer y que el sevillano gozara de la suficiente autonomía para incorporar hasta diecisiete jugadores a una plantilla que estaba por confeccionar. Eso con un altísimo porcentaje de acierto, al firmar futbolistas como Fran Amado, Pepe Martínez, Álvaro, Txiki, Santacruz, Lledó, Alberto, De Lerma o Tato, entre otros, quienes partiendo de cero conformaron un bloque sólido. Otra decisión acertada de la directiva, en este caso compartida con el propio José Enrique Díaz, fue la contratación del técnico murciano Benigno Sánchez, que en el último tercio de temporada supo transmitir al vestuario las ganas y la ilusión con que llegó a falta de quince jornadas. Sin dejar en el tintero que, en el otro lado de la balanza, también hubo fallos. Errores que, con la experiencia adquirida, deben servir para en un futuro evitarlos.

Llegado a este punto, a falta de concretarse la renovación de entrenador y director deportivo, es la hora de apostar por la continuidad de un proyecto que debe contar con quienes lo comenzaron. Por ello, esperando que la directiva encabezada por Felipe Escane supere las dudas tras el último varapalo, toca primero felicitarles y después darles ánimo. La temporada es larga y, como desde estas líneas siempre hicimos, cuando se equivoquen estaremos para alabarlos o criticarlos; eso sí, siempre constructivamente hablando.
 

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