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OPINIÓN - VIERNES, 27 DE JUNIO DE 2008

 

OPINIÓN / LAS NOTAS DEL QUIM

Alertas previstas o imprevistas
 


Quim Sarriá
quimsarria@elpueblodeceuta.com

 

Saben Vds. una cosa?, pues que me encantan sobremanera esas personas que suelen colgar su profesión en la percha del despacho cuando terminan su jornada laboral o profesional.

Un arquitecto, un juez, un general, un alcalde, un presidente, un delegado, un… deja de serlo cuando finaliza su jornada y se convierte en ciudadano corriente y moliente con el que es posible alternar en la vida social sin tener que guardar distancias. Salvo en momentos de alerta.

Al margen de las necesarias medidas de seguridad, que siempre deben estar presentes, acercarse a uno de estos profesionales con intenciones de conocerlos mejor como personas que no como lo que representa ofrece una alternativa social que mejora, con mucho, la convivencia ciudadana.

Desgraciadamente no siempre es así. Muchos se consideran semidioses y miran por encima del hombro o se desprenden del entorno con una dura mirada al responsable de su seguridad. Estos arrastrarán siempre el adjetivo de desagradables soberbios. Es así de claro, a qué negarlo.

Significo todo esto en que hay importantes personajes públicos y políticos que representan, a su vez, la sencillez más extraordinaria. Estos son los que me gustan.

No es normal en mí no cambiar de tema a medida de que voy escribiendo y por ello, siguiendo esta pauta de ser normal, cambio de tercio en cuestión de alertas.

La “miembra”, ¿porqué tendré manía con esta palabra inexistente?, de nuestro Gobierno nacional, ministra de una nueva y ¿moderna? concepción de gobernarnos, ha soltado la “alerta” acerca de que las “miembras” del elenco laboral serán las primeras en salir en época de reajuste económico.

Lógico que sea la mujer la primera en ser despedida de una empresa, en una economía de mercado, si después de tantos años viviendo en un régimen marcado por la “pata quebrada y en casa” todavía cuesta asimilar, por muchos sectores de la población española, el desarrollo sostenible de un cambio que exige la incorporación plena de la igualdad de mujeres y hombres en todos los ámbitos.

Hago un inciso. Eso de poner mujeres antes que hombres no es correcto, creo yo, no por discriminación de sexo si no por correlación de letras: la H va delante de la M ¿no?, cierro el inciso.

La ministra Aído cree que nuestro modelo social parte de la tajante división de ámbitos en función del sexo como el masculino pertenece al trabajo y el femenino, ¿porque no suprime la masculinidad del femenino y lo clava en femenina?, al doméstico y del cuidado.

Creo que la ministra debe buscar mejores asesores de los que tiene, en el sentido de hacer mucho más comprensible su postura, y no entrar a la manera de Belmonte para que la mujer española culmine la labor emprendida por la propia ministra. No todas las mujeres españolas tienen la capacidad de ella, por desgracia, y más aún cuando toman decisiones incorrectamente políticas.

Si la propia ministra afirma que el mercado de trabajo español reconoce el deber de trabajar de los hombres y su primacía sobre el derecho de las mujeres… ¿por qué no proyecta, de principio, cambiar ese concepto?

Soy muy respetuoso con el derecho de la mujer a ser igual en todo al hombre… pero eso tiene muchos matices por cuanto la madre Naturaleza nos ha hecho así y hay cosas en la que jamás de los jamases podemos tener la igualdad, como por ejemplo tener los hombres un aparato reproductor, ni que la mujer sea físicamente más fuerte que el hombre, a excepción de esas especímenes femeninos de la raza humana cargadas de músculos desarrollados en gimnasios y apoyados en pastillas que dejan bizco al propio Dios que las creó, y ello confiere que deben existir unas cotas, que no significan exactamente esa “tajante división”, que la mujer no puede alcanzar. Si las alcanzaran sería “Supewomen” en persona.

Desde aquí le pregunto a la ministra Aído: ¿son despedidas primero las juezas antes que los jueces? ¿son despedidas las directoras antes que los directores? ¿son despedidas antes las periodistas que los “periodistos”?... con esto quiero significar que no siempre son despedidas por razones de sexo sino por razones de necesidad de la empresa correspondiente, porque no es lo mismo, pongamos un ejemplo, despedir a un cargador capaz de subir cien ladrillos que a una cargadora incapaz de hacerlo ¿no?

Le recuerdo que estamos en un país dominado por la economía de mercado y no en un enorme centro de empleo protegido. Seguir los pasos de Fidel Castro o de Margarita Nielken dan resultados que todos sabemos y vemos.
 

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