PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - SÁBADO, 12 DE JULIO DE 2008

 

OPINIÓN / EL OASIS

Mujeres en el gobierno
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Muchas son las mujeres que componen el Gobierno de Juan Vivas. Y a mí me gustaría que todas fueran desfilando por esta pasarela de la contraportada para que ninguna pudiera sentirse desdeñada. De las mujeres hay que estar siempre muy pendientes. Y ya no digamos nada acerca de las que han decidido hacer de la política un medio de vida a tiempo completo.

Es cierto que las hay que suelen figurar cada día en lugares destacados de los medios. Mientras otras apenas se dejan ver. Con lo cual no suscitan el menor interés y pasan tan inadvertidas para la gente, mucha gente, que llega a pensar que, más que consejeras o viceconsejeras, son funcionarias. Lo cual tiene ventajas e inconvenientes.

Veamos. La más destacada entre todas las mujeres del Gobierno presidido por Vivas es, sin duda, Yolanda Bel. Porque en un momento determinado, tal vez dejándose llevar por una arrebatada ambición de poder, dio un paso al frente y aceptó la responsabilidad de convertirse en portavoz del Gobierno. Un puesto que quema más que exponerse sin reservas durante la canícula en un descampado astigitano. A cambio le ofrecía la oportunidad de hacerse notar. De convertirse en la mujer estrella del Gobierno del PP en Ceuta.

De modo que si se pregunta por la calle a cualquier ciudadano por Yolanda Bel, de diez personas nueve son capaces de dar una información exhaustiva de quien destaca no sólo por su aspecto andrógino sino, además, por tener todos los días que sacarles las castañas del fuego a sus compañeros de gobierno.

Detrás de la consejera de Medio Ambiente, y portavoz del Gobierno, YB, destaca en popularidad la consejera de Educación y Cultura: Mabel Deu. Otro peso pesado de la política local. La señora Deu, que es mujer atractiva y cuya fotogenia la realza aún más, cuenta asimismo con ese decir las cosas con el titubeo y melosidad de las tímidas y que tantos adeptos le consigue entre hombres y mujeres.

Y si a todo eso le unimos la experiencia que ha ido adquiriendo durante los años que lleva actuando como consejera, no me extraña que sea requerida cada día más por los periodistas y goce de popularidad y simpatía a partes iguales. Eso sí: empieza a ser envidiada.

Carolina Pérez, por antigüedad en tareas de gobierno, le tendría que haber sobrado tiempo para haberse convertido ya en una figura indiscutible de la política. Pero ella, por su forma de ser y porque tampoco ha sido aconsejada bien por quien puede hacerlo, se ha conformado con ser lo que es. Y ha perdido esa lozanía de política que teniendo oportunidades de hacerse cada vez más influyente ha decidido encerrarse en su mundo y no dar más de sí. Lo cual no es ni bueno ni malo. Pero conduce al aburrimiento. Aunque el sueldo haga el milagro de sobrellevarlo más que pacientemente.

Con Adela Nieto, en cuanto termine la persecución de la que viene siendo objeto su marido, existen fundadas esperanzas de que recupere la tranquilidad y comience a notarse la labor de una mujer, de muy buena formación, que ha llegado al cargo con ánimos de destacar por medio de un trabajo bien hecho. No la pierdan de vista.

Bien que me gustaría hablar de las demás consejeras y viceconsejeras. Pero, al margen de problemas de espacio, apenas si hallo motivos para atreverme a enjuiciarlas. De momento. Así que, por favor, no se me molesten.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto