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Las declaraciones del vocal de
seguridad de la Federación Provincial de Asociaciones de
Vecinos, José María Romero no tienen desperdicio alguno. Ha
dicho a las claras lo que la mayoría de la población conoce
pero no trasciende en lo oficial, ni a veces en medios
públicos.
El problema de seguridad en las barriadas es un hecho con el
que conviven los vecinos día a día. Los representantes
vecinales alarman de esa problemática que en la mayoría de
las ocasiones están derivados de tintes meramente sociales;
y pese a las múltiples reuniones con las fuerzas y cuerpos
de seguridad mantienen esa sensación de inseguridad en sus
carnes. Y es que para ser justos hay que anticipar, para
conocimiento general, que esa llamada sensación de
inseguridad es absolutamente subjetiva. La realidad es que
la Policía trabaja y, además, no es tonta.
¿Que es cierto que no existe presencia permanente policial
en barrios como El Príncipe, Juan Carlos I...?, correcto,
pero tampoco están permanentemente los funcionarios
policiales en barrios como Parque Ceuta o Villajovita, o
Solís o...
El problema no es sólo por la falta de presencia permanente
de la Policía, sino que parte de una base mucho más profunda
en la que hay que ponerse a trabajar cuanto antes. En este
campo de actuación llevan gran ventaja a las instituciones
aquellos que saben ‘pescar’ entre las desgracias de una
sociedad que se encuentra con escasísimos recursos, con una
importante falta de oportunidades para incorporarse a la
‘ciudadanía de la primera velocidad’ en Ceuta, y saben
extraer para causas poco deseables a elementos que no
encuentran su lugar en este entorno urbanita ceutí. Este es
uno de los grandes motivos por lo que la administración
tanto la local como la central deben intervenir de modo
directo en los factores educacionales de estas zonas
deprimidas. Externalizar esta ‘obligación’ cediendo la
responsabilidad en asociaciones ‘puente’ es un ejercicio
principalmente irresponsable, sobre todo, si antes no se
cuenta con los informes pertinentes de quien de estas
asociaciones saben bien, o sea los servicios de información
y los de la inteligencia española.
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OPINIÓN / EDITORIAL
