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OPINIÓN - MARTES, 15 DE JULIO DE 2008

 

OPINIÓN / PERSONAL Y TRANSFERIBLE

Guerra a la corbata
 


Domingo Ramos
domingoramos@elpueblodeceuta.com

 

Dicen los cánones que la corbata es un signo de elegancia, que realza el uso de la camisa y destaca la versatilidad al cuerpo y le añade estilo, elegancia, calor y textura a la camisa. Se ha tenido por ser una prenda de vestir imprescindible en el hombre y así, como el sombrero a principios del siglo veinte hasta bien entrados los años cuarenta, era parte de obligada presencia en el varón, aun de clase social menos pudiente.

Pero miren por donde nos ha llegado un Ministro de Industria, Turismo y Comercio socialista (Miguel Sebastián) que se ha presentado descorbatado en el escaño anunciando, además, según hemos leído, que exime a sus funcionarios del uso de la corbata, salvo para asistir a los actos oficiales, ignorando que no hay nada mas oficial que una sesión plenaria de quienes representan la soberanía popular.

Se tiene conocimiento, también, de que el señor Ministro es Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales, Doctor en Economía, Profesor de Fundamentos de Análisis Económicos. Que ha sido Director General de Planificación del Ministerio de Economía y Hacienda y que ha prestado servicios en el Departamento de Estudios del Banco de España. Su última ocupación, antes de ser nombrado titular de Industria, ha sido la de Asesor Económico del Presidente del Gobierno Rodríguez Zapatero, con cuyos antecedentes no dudamos que estará al día respecto del incremento de los precios de consumo, el aumento de la tasa de paro en niveles desde hace muchos años desconocidos, la nómina de mas de dos millones de parados, la destrucción de quinientos mil puestos de trabajo y la desaparición del veinticinco por ciento del tejido industrial, el desorbitado incremento del costo de las hipotecas, la bajada del superávit público, el temor de los pensionistas a que no puedan cobrar sus pensiones, pasando por alto, dirá él, si la corbata se luce con nudo simple, doble simple, Windsor, Medio Windsor, Pequeño, Cruzado, o si el tejido y el color también tienen su importancia para lucir la prenda. Hasta Carlos Satrústegui, Director General de Lester, la marca de corbatas por excelencia, le da su importancia al complemento en el vestir, apuntando que, según el nudo de la corbata, se puede catalogar al hombre de persona dejada, si la lleva por obligación, si es presumido. A todo ello, el Ministro de Trabajo, (profesional del Comercio y que ha desempeñado cargos de Concejal y Alcalde en Hospitales de Llobregat y otros en la Generalidad Catalana) que igualmente tiene que estar al tanto de la recesión económica de nuestro país, hace causa común con su colega y anuncia que también irá “descorbatado”. Solo les falta decir que asistirán en zapatillas de tenis al hemiciclo (si sigue así la cosa, nunca mejor dicho que todo se andará).

Ante tanto esnobismo que nos dado por denominar “guerra a la corbata” y que puede ser imitado por aquellos quienes lleguen a considerarlos distinguidos, nosotros nos hemos preguntado si en vez de carne de gallina, a estos señores, a la vista del negro porvenir económico que ya se le vislumbra a los españoles (con materias de competencia del Ministro de Industria, Turismo y Comercio) y la no menos inquietud que supone el censo de desocupados, (situación que afecta al Ministro de Trabajo e Inmigración), habrán dejado el hueco de la prenda de cuello para abrocharse ahí los huevos, o sea, se los habrán puesto de corbata, y cuentan ahora la milonga de que “se asiste mejor descorbatado a los actos que les obliga sus cargos, a excepción de aquellos que sean oficiales”.
 

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