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OPINIÓN - DOMINGO, 20 DE JULIO DE 2008

 
ANÁLISIS

Miscelánea semanal

Por Manuel de la Torre


LUNES. 14

Adolfo Blanco, Fito para quienes lo conocen sobradamente, anda ya muy atareado. Pues un año más está dedicado a organizar una Feria por la cual muy pronto correrá el vino y la alegría. Fito, amén de ser un destacado tirador de pichón y de plato, es un tipo con quien me encanta hablar. Porque tiene el don de decir las cosas con el único fin de que la risa sea la que impere durante los minutos que uno esté de cháchara con él. Y a fe que lo consigue. En esta ocasión, me lo encuentro por la plaza de los Reyes. Vestido de la manera que suele hacerlo. De punta en blanco. Pero luciendo las prendas con esa sencillez tan suya. Nada que ver con quienes se tienen por pintureros. Y tras los saludos de rigor, pasa a contarme que había estado en la tierra del tuvo. Que no es otra que Jerez de la Frontera. Donde se acostumbra, plagio de señoritos venidos a menos, a decir mi padre tuvo, mi abuelo tuvo, mis tías tuvieron... Una presunción que se suele combatir diciéndoles a los presumidos si acaso pertenecen a la tierra del tubo (sic). Lo cual es la mejor forma de pararles los pies a quienes acostumbran a hacer tales ostentaciones. Y que Fito conoció, hace ya la tira de años, por mí. Y él, con su humor característico, suele practicarla cuando le toca relacionarse, que son muchas veces, con amigos jerezanos que alardean de que tiempos pasados fueron mejores en sus casas.

MARTES. 15

La última vez que hablé con Pepe Jordán fue cuando el Pontevedra jugó en Ceuta y él iba paseando con el trío arbitral por la avenida de Sánchez Prados. Y ha sido esta mañana que nos hemos visto por el mismo sitio y casi a la misma hora. Con Jordán, creo repetirme, pero no me importa, da gusto charlar de cualquier asunto. Sabe conversar. Lo primero es que presta suma atención a cuanto se le dice. De modo que luego se hace necesario oírle a él con igual complacencia. Me pone al tanto de cómo Mario Melero, que así se llama el árbitro que dirigió el Ceuta-Pontevedra y que me fue presentado por él, ha ascendido de categoría. A Jordán, por su forma de ser, le viene muy bien ese cargo que le permite relacionarse con los colegiados cuando arriban a la ciudad. Ya que reúne una serie de requisitos que le avala como la persona más indicada para desempeñar esa tarea. Ha sido árbitro, posee una buena educación y le sobra tacto para saber lo que no debe decir. Ah, cuando estábamos a punto de despedirnos se nos ocurrió recordar las actuaciones de José Antonio Camacho como comentarista en Cuatro, durante el Campeonato de selecciones europeas, y coincidimos en que había pegado un petardo como glosador. Y es que cada cual vale para lo que vale...

MIÉRCOLES. 16


Fue en abril cuando a mí me dio por hacerle una columna a Elsa Rovayo. Artista ceutí, conocida por el nombre artístico de La Shica, y que forma un lío en cada una de sus actuaciones. La Shica baila, canta, interpreta, y se mueve en el escenario como si fuera una sombra chinesca. Es una artista que se atreve con todo en cuanto se sube a un escenario. Y es así, porque confía ciegamente en el sentido que tiene del espectáculo callejero y lo reproduce encima de las tablas como si lo estuviera ensayando en el patio de su casa. Sin que se atisbe en ella el menor rastro de sobreactuación. Creo que algo por el estilo escribí en aquella columna de una primavera ceutí, sobre una mujer que ha luchado denodadamente para ganarse la atención de las empresas y el favor de los públicos. Lo cual va unido. De todo ello hablo con José Antonio Martel, ‘Quico’, sentado a una mesa situada fuera de un bar céntrico, tras ponerme éste al tanto de que La Shica había armado un alboroto en Lorca y que ya la estaban esperando en Santander, como en otros muchos sitios, para rendirse ante el arte que derrocha una ceutí: Elsa Ravayo, ‘La Shica’.

JUEVES. 17


Pepe Mata y Juan Carlos Pérez Ortega están sentados a una mesa situada en la terraza de una cafetería céntrica. Me acerco hasta ellos y me invitan a sentarme. Y también a que pida lo que quiera. Puesto que estos sindicalistas pertenecen a la hermandad del desprendimiento. Ni que decir tiene que acepté lo primero y les agradecí lo segundo, pero sin consumir nada. Que vivimos un momento donde hay que dar ejemplo y no hacer dispendios. Y, mucho menos, abusar de la economía ajena. Fueron ellos, Juan Carlos y Pepe, quienes me dijeron que había muerto José María Rodríguez Portillo. Quien fuera muchos años secretario general de la Federación de Trabajadores de la Enseñanza de Ceuta. Pero yo lo recordaba más de su etapa como concejal de Deportes. Si bien nunca tuve la oportunidad de hablar tres veces seguidas con él, siempre me pareció, desde la distancia, un hombre responsable, según sus declaraciones, y un trabajador infatigable en las tareas que asumía. Pepe y Juan Carlos, atentos conmigo, como es habitual en ellos, me preguntaron qué pensaba yo acerca de que Antonio García Gaona quiera ser presidente de la Federación de Fútbol de Ceuta. Pienso lo que vosotros podréis leer mañana, viernes, en la contraportada de este periódico.

VIERNES. 18

No pocas veces he dicho que mi relación con Clemente Cerdeira y García de la Torre ha sido de esas que comienzan sin prisas pero sin pausas y que van madurando a fuego lento. Hasta que llega un día en el cual te das cuenta de que se han forjado unos lazos de entendimiento que a nada obligan pero que acaban propiciando una serie de atenciones entre partes cuyo curso es ya imparable. De modo que cuando aún tenía frescos los recuerdos del acto en el cual le fue impuesta la Medalla al mérito en el trabajo, en la Delegación del Gobierno, Clemente se acuerda de mí, nuevamente. Y lo hace enviándome un libro a la redacción de este periódico. Pero no es un libro cualquiera, por supuesto que no; es su libro: ‘86 años y otros tantos artículos’, que ese es su título. Y que leeré con sumo gusto y máxima atención. Puesto que su contenido sobre ese Marruecos que él ha vivido intensamente, y que tanto ha estudiado, es materia a la que uno debe acceder sin ninguna demora. Tampoco me gustaría olvidar el detalle que ha tenido el escritor al recordar a ‘El Pueblo de Ceuta’, en su página de agradecimientos. Por haber comenzado en este medio su andadura como escritor de periódicos.

SÁBADO. 19


Yolanda Bel tiene que apechugar casi diariamente con una labor muy complicada: la de explicar de la mejor manera posible las decisiones tomadas por la Asamblea de la Ciudad. Ser portavoz del Gobierno supone estar siempre a tiro de los francotiradores. Es una labor desagradecida donde las haya y hay que echarle mucha tranquilidad para no perder el oremus y andar siempre a la gresca con quienes están apostados esperando cobrarse la pieza de turno. Entiendo los malos ratos que debe pasar Yolanda y por ello he repetido hasta la saciedad que en el empeño puede la portavoz más que quemarse achicharrarse. Y si encima, de un tiempo a esta parte, ha venido soportando rencillas personales dentro de su partido, nunca agradables, la verdad es que hay que reconocerle un grado elevado de paciencia. Pero no todo en la vida de la consejera de Medio Ambiente, y portavoz del Gobierno, iba a ser cuesta arriba. Lo digo porque Javier Arenas, que sabe más que Lepe, decidió que Bel formara parte del Comité de Coordinación de Política Autonómica del PP, y allá que la hizo viajar hasta Málaga. Y de allí habrá regresado, tras permitirse ciertas licencias, con renovados bríos y dispuesta a cumplir lo mejor posible su papel de hermeneuta. O sea, de interpretar bien los hechos del Gobierno y explicarlos de manera clara y concisa.
 

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