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OPINIÓN - JUEVES, 24 DE JULIO DE 2008

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

Siempre he pensado que, el odio, el rencor y la envidia, son el escudo protector tras el que se escudan todos los inútiles, a los que su incapacidad intelectual les lleva a odiar y envidiar a todos aquellos que les superan.

A todos estos, faltos de inteligencia necesaria para ser algo en la vida sin necesidad del “dedatil” o la publicidad barata para conseguir la gorra y le pito con mando, les duele y les molestas que haya personas con capacidad intelectual suficiente, que por sus propios méritos hayan conseguido llegar a alcanzar algún puesto, cosa que por capacidad intelectual ellos jamás hubiesen alcanzado.

En mí pequeño diccionario, ese que tiene más años que yo ¡que ya es decir!, he buscado el significado de ambas palabras, y al encontrarlas y ver lo que significan me han hecho aferrarme a mí idea de lo que son estos personajillos del tres al cuarto, a los que la tómbola de la vida les regaló la gorra y el pito.

Odio: “Antipatía, aversión, rencor hacia algunas personas o cosas cuyo mal desea”. Envidia: “tristeza o pesar del bien ajeno, animadversión contra el que posee una cosa que no poseemos”.

Anoche escuchando a María Antonia Iglesias, periodista y escritora y al So Pena, comprendí que en sus cerebros, carcomidos por el gusanillo de la ignorancia, anidan el odio, el rencor y la envidia. Sobre todo envidia, teniendo en cuenta el significado de la palabra aunque, por supuesto, no podemos dejar pasar por alto su odio a todo y todos aquellos que no compartan sus ideas.

El tema debate establecido por el moderador del programa era si el asesino de Juana Chaos, merecía la cadena perpetua. Una chica, me parece que era del PP, apostaba por la cadena perpetua. Jamás, la chica, habló de la pena de muerte. La señora Iglesias, como una fiera enjaulada saltó diciendo: “La pena de muerte a la gente de la derecha le encanta”.

La chica insistía que nunca había nombrado la palabra “pena de muerte” solicitando al moderador, por activa y por pasiva, que reprodujese lo que había dicho. Pero no se pusieron sus palabras. ¿Por qué, Jordi, por qué, con lo fácil que es rebobinar lo grabado?.

La señora Iglesias, me vino a demostrar lo que es la envidia, pues ante la carencia de fundamentos, para defender su teoría, envidió a la chica por unos conocimientos intelectuales superior a los suyos. O sea lo que es el significado de la palabra envidia “animadversión la que posee una cosa que nosotros no poseemos”.

Mire señora Iglesias, Antonio Gala, genial escritor y nada sospechosos de ir contra sus ideas, en su artículo “La Tronera” del pasado 18 de julio, al referirse al asesino, no arrepentido de sus crímenes, de Juana Chaos, en sus últimas líneas escribía: “Porque no siempre la pena de muerte es incomprensible. Y, por el contrario, mucho su deseo” (Sic).

Me imagino, señora Iglesias, que don Antonio Gala, el genial escritor español, no será para nada sospechoso, para usted, por sus ideas.

Ahora, eso sí, no me extrañaría que también envidiara, al genial escritor cordobés, por poseer lo que usted, a pesar de ser escritora no posee, un alto nivel intelectual.
 

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