Esta carta al director, más que carta, deberíamos
denominarla denuncia y, ¿por qué no?, aviso, dirigido
directamente a Acemsa y a la Asamblea de la Ciudad Autónoma
de Ceuta. Tal vez, de este modo, se den por aludidos de
manera directa los responsables de un grave problema
originado en la Barriada de los Rosales y, por cercanía, en
la de Juan Carlos I. Tal vez, de este modo, no podrán decir
que no sabían nada, que no tenían constancia o que nadie los
avisó. Un periódico es un diario, un reflejo de la sociedad
y sus necesidades. He aquí una de ellas.
El relato de los hechos es claro y, créanme, realista hasta
el último detalle. En su día, por una imposición que
seguramente convendría a alguien ajeno a los vecinos, se
individualizaron los contadores de agua de ambas barriadas.
La empresa encargada de llevar a cabo este acondicionamiento
e individualización de los contadores, se esforzó en hacer
una verdadera chapuza. Se instalaron tubos de cobre con un
insuficiente grosor de pared, cogidos con abrazaderas de un
metal fácilmente oxidable y candidato perfecto a una
previsible corrosión temprana.
El recorrido de estos tubos es tan largo, que excede
cualquier medida lógica aplicable en estos casos. Pasa por
debajo de las viviendas, atravesando lugares donde se
filtran aguas fecales y donde, obviamente, la humedad y los
gases corrosivos que se acumulan son nefastos para el
mantenimiento lógico y necesario de cualquier instalación de
fontanería.
No contentos con esto, los responsables de aquella empresa
fantasma, que nadie recuerda y nadie conoce, decidieron
hacer pasar metros y metros de estos tubos por los lugares
donde están instalados los contadores de la luz. Una gran
idea, perfecta para provocar una desgracia.
En este punto nos hacemos una pregunta: “¿Quién autorizó
esta instalación negligente junto a los contadores de la
luz?, ¿fue Endesa?”. Tal vez deberían buscarse responsables
también en esa empresa, por no emitir un informe negativo al
respecto.
Las consecuencias de tan nefasta instalación y, por
supuesto, tan lamentable gestión por los correspondientes
responsables son múltiples. Algunas de ellas son evidentes,
como el aumento en la facturación del agua, provocado por
las pérdidas de esos tubos podridos, el tremendo peligro de
muerte por electrocución de algún vecino que tenga la mala
suerte de pisar el agua que se acumula en las habitaciones
de los contadores de la luz, cortes de suministro,
molestias, gastos, etc., etc.
Los vecinos nos preguntamos qué empresa fue la encargada de
instalar material defectuoso, de que la instalación la
hiciera personal no cualificado (albañiles haciendo de
fontaneros, por ejemplo), de hacer pasar los tubos por
lugares inadecuados, etc. Pero, sobre todo, nos preguntamos
quién dio el visto bueno a esta nefasta instalación. Puestos
a hacer rodar cabezas, que rueden las de los de arriba, que
para eso les pagan, para asumir responsabilidades ante
situaciones tan lamentables.
Seguir añadiendo detalles a este escrito lo alargaría
demasiado. En resumen, queremos a los responsables, queremos
que asuman su mala gestión, queremos que una empresa
solvente y con garantías realice urgentemente una nueva
instalación para que los vecinos de los Rosales y Juan
Carlos I podamos disponer del agua que como ciudadanos de
Ceuta nos corresponde, con la dignidad que nos confiere el
simple hecho de serlo y, cómo no, de pagar como tales cada
factura emitida por Acemsa.
Los vecinos de los Rosales pretendemos dos cosas. Una de
ellas, la principal, es evitar que ocurra una desgracia y
otra, que den una solución rápida y efectiva a un problema
ocasionado por la nefasta gestión de alguien que deberá dar
la cara pronto. Los vecinos de los Rosales haremos
movilizaciones y enviaremos notas de prensa a todos los
medios de comunicación, locales y nacionales, para que esta
situación se haga pública al mayor nivel y sirva de presión
para que aquellos que tengan cualquier grado de
responsabilidad en esto salgan a la luz y sufran las
consecuencias.
Además, si hay millones de euros presupuestados para
barriadas en las que, en su mayoría, las viviendas son
ilegales y se supone que ni existen administrativamente,
¿por qué no los hay para los ciudadanos que cumplimos con la
legalidad y pagamos religiosamente nuestros impuestos y
demás obligaciones?. A eso se le llama gastar dinero público
para que algunos mantengan la calma. Inaudito.
Que den la cara y solucionen ya este problema. Es lo único
que queremos.
Un vecino de Los Rosales
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