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OPINIÓN - LUNES, 4 DE AGOSTO DE 2008

 

OPINIÓN / BREVE HISTORIA DE MARRUECOS

4. Poblamiento (II): otros efectivos demográficos
 


José Luis Navazo
yebala06@yahoo.es

 

Hace unos 2500 años, los historiadores apuntan la posibilidad de una migración procedente de Etiopía hacia el actual Marruecos: sedentarios en el Norte; jinetes y cazadores en el Sur. Capitulo aparte merece el asentamiento de la población de origen hebreo, que propició la eclosión de numerosas tribus bereberes judías hasta el mismo Sáhara como ya señaló Martín Gilbert en 1979.

Durante el Bajo Imperio romano podemos rastrear, vía el Estrecho de Gibraltar pasando por Ceuta y Tánger hasta Túnez, pequeños contingentes de población germánica, los vándalos, en busca de botín y tierras donde instalarse: en el 429 Genserico cruza las aguas con unos 80.000 hombres, mujeres y niños para, tras recorrer el Rif (¿también el corredor de Taza?) y la Kabylia, asentarse en la antigua Cartago hasta el 533, del que sus descendientes son expulsados por el Imperio Bizantino. Quizás esta migración pueda explicar, en parte, la abundante presencia de individuos con tez blanca, ojos claros y pelo rubio entre las poblaciones cabileñas del Maghreb: Rif en Marruecos y Gran Kabylia en Argel. Por su parte, la orgullosa población árabe, alcanzó Marruecos en tres oleadas: la conquistadora entre los siglo VII y VIII, a lo largo de 8 duras y cruentas campañas desde el 649 al 715; los refuerzos de los Beni Hillal (la incendiaria invasión hilalí tan bien descrita por Ibn Khaldún), venidos de la misma Arabia en el siglo XI; por último los remanentes de los Beni Maquil, durante los siglos XIII y XIV. Todos ellos dieron nombre a numerosas tribus y dinastías: Beni Malek, Beni Amir, Oudaias, Beni Moussa, Sefiane, Cherarda o Rehamna, entre otras. Está por evaluar su aportación demográfica.

Al sur del Trópico de Cáncer, el Sáhara estaba habitado por población de origen negroide. La reorganización del ejército emprendida por el sultán Alauí Mulay Ismail (1672-1727) incorpora contingentes negros o “abids” con los que equipa una guardia pretoriana, la famosa “Guardia Negra” integrada por unos diez mil efectivos (5º del total), concentrada mayoritariamente en la imperial ciudad de Mekinés y que tras su deceso, en curioso paralelismo con la ruina del Califato Omeya de Córdoba, se dedica al pillaje sumiendo al país en el caos y la guerra civil. Durante toda la Edad Media y particularmente durante los siglos XV, XVI y XVII, Marruecos fue fecundado por importantes masas de población hispana procedentes de Al-Andalus; la “diáspora andalusí” (hebrea y musulmana) se acelera tras la toma de Granada y la desastrosa expulsión de los judíos en 1492, finalizando con la emigración morisca tras las persecuciones de los siglos XVI y XVII, con el Imperio Otomano al acecho. Los primeros contingentes de “granadinos” fundan Xauen y Tetuán (Al Mandari). Entre 1609 y 1611 los moriscos expulsados de España por Felipe III se instalan en Salé El Nuevo (actual medina de Rabat), activando desde 1627 el corso trasladándose a Salé; residual en el siglo XVIII, la “República de las Dos Orillas” es debelada en 1818 bajo el reinado del sultán alauí Mulay Sliman (1792-1822). Según la tradición, las murallas que atraviesan el centro de la moderna Rabat fueron construidas por moros hispanomusulmanes expulsados de Hornachos (Extremadura), durante el proceso de la Reconquista.
 

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